ONGs: solidaridad subvencionada en el siglo XXI también.
NGOs: subsidized solidarity in the 21st century too.
ONG: solidariedade subsidiada também no século XXI.
Colectivo Etcétera
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) empezaron a tener un cierto protagonismo cuando el Banco Mundial (BM) decidió convocarlas, en 1982, para estudiar el papel que estas tendrían que jugar en el contexto de la política liberal que en los siguientes años se iba a aplicar en la mayor parte del planeta; sin embargo, fue en 1988 cuando ya se integraron totalmente dentro de la concepción neoliberal que viene aplicando el BM en las relaciones que mantiene con los gobiernos. Es, por tanto, el BM quien ejercerá el papel de padrino y patrón principal de unas organizaciones que tendrán el deber de desempeñar una función cada vez más destacada en la labor de suplantar a los Estados en la asistencia social.
Palabras clave: Ayuda al desarrollo, cooperación internacional, educación comunitaria, educación social, empresa, ganancia, negocio, organización no gubernamental, religión, sociología, subvención.
Abstract
Non-Governmental Organizations (NGOs) began to play a certain role when the World Bank (WB) decided to call them together in 1982 to study the role that they would have to play in the context of the liberal policy that would be applied in the following years in most of the planet; however, it was not until 1988 that they were fully integrated into the neoliberal conception that the WB has been applying in its relations with governments. It is, therefore, the WB that will play the role of godfather and main patron of organizations that will have the duty to play an increasingly prominent role in the task of supplanting the States in social assistance.
Keywords: Development aid, international cooperation, community education, social education, company, profit, business, non-governmental organization, religion, sociology, subsidy.
Resumo
As Organizações Não Governamentais (ONG) começaram a ter um determinado papel quando o Banco Mundial (BM) decidiu convocá-las, em 1982, para estudar o papel que teriam de desempenhar no contexto da política liberal que iria ser implementadas nos anos seguintes aplicam- se na maior parte do planeta; Contudo, foi em 1988, quando foram plenamente integrados na concepção neoliberal que o Banco Mundial tem vindo a aplicar nas relações que mantém com os governos. É, portanto, o BM que desempenhará o papel de padrinho e principal patrono das organizações que terão o dever de desempenhar um papel cada vez mais proeminente na tarefa de suplantar os Estados na assistência social.
Palavras-chave: Ajuda ao desenvolvimento, cooperação internacional, educação comunitária, educação social, empresa, lucro, negócios, organização não governamental, religião, sociologia, subsídio.
Introducción. La filantropía convertida en opción política
La globalización del capitalismo a nivel internacional, que se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XX, recoge ahora sus frutos integrando a todos los países en sus circuitos económicos. Ahora, más que nunca, depende la periferia del centro, el Sur del Norte, porque los países empobrecidos están tan endeudados que son incapaces de dar un solo paso sin obtener permiso de las grandes instituciones económicas representantes del capital (Fondo Monetario Internacional -FMI-, BM). En la actualidad, casi todos los países dependen de los centros financieros externos y tienen muy poco margen de maniobra respecto a sus propios recursos para encauzarlos en inversiones no autorizadas.
La política ultraliberal, que se acabó de configurar plenamente con la caída del muro de Berlín, aplicada por el FMI y el BM, hace que los Estados deudores de la periferia, e incluso del centro, se vean obligados a aplicar las recetas económicas del desarrollismo, unas recetas que ponen el énfasis en la política del mercado, llevando a todo lo que significa política social de los Estados a una situación residual.
El liberalismo entiende que no tiene sentido el desarrollo de actividades económicas públicas, y que estas deben pasar a lo privado, principalmente las que puedan dar beneficios y, además, que el Estado debe dedicarse a incentivar económicamente a los exportadores, hacerse cargo de la deuda privada contraída, congelar los salarios, a la vez que hacer participar a los sindicatos de esa política liberal, y disminuir drásticamente el gasto público.
Los gobiernos que se encontraron con la disyuntiva de mantener cierto bienestar social, o incentivar a la empresa privada, siguiendo el mandato de los organismos económicos internacionales, han optado por esta última opción (España es un ejemplo patético, con la colaboración de partidos y sindicatos), y esta política de capitalismo duro, de ajuste implacable a las leyes del mercado, conlleva inexcusablemente la marginalidad, la inseguridad laboral, la eliminación de subsidios, la liberalización de precios, la miseria y la desatención.
Este hecho tiene gravedad en los países del centro, pero mucho más en la periferia, donde las condiciones políticas y sociales son más dantescas, donde el capital impone su dominio más salvaje y produce el hambre, el analfabetismo, las precarias condiciones sanitarias, unidas a una corta esperanza de vida, la violencia estructural, y la superpoblación urbana.
Este contexto explica por qué el BM y el FMI creen imprescindible la aportación de las ONGs, y han obligado a muchos Estados a que las tengan en cuenta para llevar a cabo programas de ayuda, con el fin de mantener una cierta estabilidad social.
Solamente en América Latina, de 1988 a 1990, se triplicó el número de proyectos de las ONGs, hasta el punto de que se llegó a administrar ya antes, en 1986, la cantidad de 1000 millones de dólares, y el número de ONGs se incrementó rápidamente hasta alcanzar las 4000 en 1990.
Parches al daño provocado por el capital
No se debe a razones humanitarias o solidarias el hecho de que el FMI y el BM promuevan y financien a las ONGs, sino más bien a que consideran que éstas son las empresas más adecuadas totalmente -y para convencernos han desplegado una gran campaña publicitaria/ideológica de buena imagen- para aplicar un parche al daño provocado por los ajustes estructurales del capital: llegar a parte de la población afectada por los recortes sociales.
La aplicación de ayudas o proyectos locales en sectores específicos, unido a su carácter temporal, y a que el donante es extranjero, hace que el beneficiario se sienta incapaz de convertir esa beneficiencia en derecho estable y permanente.
Los gobiernos suprimen el Estado de Bienestar para derivar esas partidas de dinero hacia la empresa privada (las empresas españolas se beneficiaron en 1995 de una rebaja de cuotas a la Seguridad Social y de bonificaciones a la contratación laboral que suman un total de cerca de siete mil millones de euros, que se dice pronto), y las ONGs hacen de amortiguadores del malestar social, prestas a actuar donde la miseria sea impresentable, y donde las manden incidir sus patrones (gobiernos locales y autónomos de la nación, instituciones políticas -UE, ONU, OCDE- o financieras -FMI, BM-) (Colectivo Etcétera, 1997).
Los principales beneficiarios de los programas de las ONGs son, por tanto, los donantes capitalistas, pues gracias a ellos se desarrolla una ideología que confunde sobre el origen de la pobreza, sobre quién la provoca, y se desvía la atención a las verdaderas causas. A este despliegue, también se apuntan sectores intelectuales de los Estados que años atrás hubieran tratado de incidir en las reformas sociales públicas, hasta el punto de que han llegado a convertirse en la actualidad en propagadores, cuando no funcionarios, de estas organizaciones paragubernamentales (Nadal, 2023).
¿La caridad católica de toda la vida? ¿Desideologización?
Entre nosotras y nosotros, la mayoría de las ONGs practican un discurso cuyo espíritu humanista-cristiano es sospechoso. Una gran parte de ellas, las históricas, están vinculadas a la Iglesia Católica (Cáritas, Intermón, Cruz Roja, Ayuda en Acción, Justicia y Paz, etc.) y hablan siempre de sociedades enfermas, injusticia, dolor ajeno, compasión, responsabilidad ante el sufrimiento, etc. Mantienen contantemente un discurso culpabilizante que te emplaza a apoyarlas. De esta manera, instrumentalizando el hecho de que nuestro bienestar se basa en la miseria del Tercer Mundo, nos piden unas donaciones con las que podríamos evitar que un niño o una niña se mueran de hambre en Somalia, Etiopía o Ruanda.
Todos/as ellos/as desvían el auténtico problema de la responsabilidad: no somos culpables de esa miseria ni de haber nacido donde hemos nacido; de lo único que somos responsables es de tener el Estado que tenemos y la explotación que soportamos. Además, muchas de estas ONGs, las católicas, hablan de derechos humanos cuando ellas están bajo el paraguas de una Institución-Estado que, a lo largo de su dilatada y cruel historia, jamás los ha respetado, ya que siempre ha estado en connivencia con los causantes de extender la miseria.
La Iglesia Católica juega a todos los papeles: es capaz de estar a la vez con los/as oprimidos/as y con los/as opresores/as. Para cada cual tendrá un discurso, y se adaptará a los tiempos y a las circunstancias. Idealiza lo pobre, lo indígena, la miseria. Está en contra del hambre, pero no cuestiona sus causas. Se fotografía con los/as dirigentes de los gobiernos, los/as mandatarios/as, los/as financieros/as, y también con los/as desposeídos/as.
Los discursos de muchas ONGs contienen contradicciones y engaños: pretenden que la población ayudada consiga participar en las decisiones que afectan a su vida, pero ellas solo dan cuenta su trabajo a su patrón, a quien les ha financiado, y no a los/as beneficiarios/as. Se mezcla el voluntarismo como mano de obra barata con la pretensión de los/as izquierdistas de las ONGs, de ser mejores gestores/as del capitalismo que los/as actuales dueños del poder, lo que les hace dedicarse a la búsqueda de subvenciones y de financiación para proyectos. El Estado reparte, primero a las ONGs católicas, luego a las vinculadas al partido en el poder y a los sindicatos, después a las internacionales (Médicos sin fronteras, etc.), y el resto a las demás.
Las ONGs están compuestas básicamente por jóvenes progresistas, más bien desideologizados, que buscan fuera lo que sería más incómodo ver aquí (marginación, precarización, etc.). Con la ayuda se impone nuestro modelo occidental de satisfacer las necesidades.
Todas las ONGs ponen la mano a las instituciones, pues no tienen suficiente con la recaudación particular, y algunas sin demasiados escrúpulos, pero el poder pone condiciones y les pide fidelidad y especialización.
Ya han entrado las leyes del mercado en el mundo de la solidaridad: unas ONGs para el hambre, otras para catástrofes, aquellas para educación, otras para planes de desarrollo ya pactados, las nuevas que llegan de la mano empresarial -vinculada al Opus Dei- se encargan de la capacitación de líderes. Las hay asistenciales, de compromiso misionero… con el tiempo, habrá una ONG para cada problema, para cada situación de riesgo. Se especializarán, pero continuarán siendo incapaces de solucionar los conflictos.
La política de subvenciones conlleva la picaresca, la corrupción, el amiguismo, los intereses partidistas y el silencio de lo que no interesa divulgar. Se apuntan a cualquier festival montado por las empresas discográficas para publicidad de los/as cantantes con fondo humano; los periódicos colaboran gratuitamente casi cada día publicando anuncios en demanda de solidaridad para con los/as necesitados/as a beneficio de alguna ONG, lo que les da prestigio humano. La televisión monta programas con el fin de sacar dinero para alguna organización, y crea espectáculos de tinte lastimero para mover las almas de los/as espectadores/as; los gobiernos, tan interesados ellos, colaboran con loterías (sorteo de la Cruz Roja), congresos y talleres sobre metodología de presentación de proyectos, de capacidad gestora, sobre voluntariado y conciencia social…
Conclusiones
Se deja de lado la ética porque se prefiere el dinero. El “todo vale en aras del pragmatismo” hace perder la identidad, y las organizaciones de voluntarios/as se convierten en una subcontrata barata aplicada a los ámbitos de la pobreza y la miseria. No cuestionan nada, no preguntan si el antiguo famoso 0,7% es un engaño donde cabe la inversión capitalista de un país a otro país desfavorecido, la venta de armas, la ayuda a empresas nacionales que se instalan en otro país y que reciben el dinero disfrazado de colaboración al desarrollo, el pago a favores de las clases dirigentes…
Las ONGs dependen de esas subvenciones para mantenerse a sí mismas, para mantener esas macro-empresas en que se han transformado algunas de ellas, y en las que la gestión de la ayuda se come una parte importante de los fondos que tendrían que ir destinados a esos fines.
Con los años, se convierten en especialistas de las subvenciones. Saben dónde tienen que llamar, cómo presentar los papeles, cómo aplicar el marketing, el currículo, y las relaciones de poder para ser correspondidos/as. A cambio, les piden que no sean políticos/as, y que divulguen el mensaje ideológico de la necesidad de la auto-explotación y la responsabilidad personal para llegar a una mejor calidad de vida. No tienen que aportar nuevos servicios sociales a los/as necesitados/as, ni tener malas relaciones con los gobiernos de las naciones donde llega la ayuda, porque éste tendrá buenas relaciones con el donante.
Las ayudas van dirigidas a países con los que se está en una esfera comercial (España trabaja mayoritariamente con América Latina por sus mercados; con Angola, para conseguir la explotación de yacimientos y bancos de pesca; con China para tratar de abrir nuevos mercados comerciales; con Marruecos por la venta de armas y por razones estratégicas), así como otros países están vinculados a sus antiguas colonias.
Quien concede el dinero, pone los límites y las ONGs, por lo general, obedecen. Las que no lo hacen, que las hay, se integran en otro grupo que busca la solidaridad entre iguales por otros cauces más difíciles.
Bibliografía
Colectivo Etcétera. (1997). ONGs. Solidaridad subvencionada. Archipiélago, (29), 66-70.
Nadal, A. (2023). Análisis de principios y contenidos pedagógicos de Másteres de Cooperación Internacional y ONGDs. OIDLES, 17(34), 1-11. https://doi.org/10.51896/oidles.v17i34.210