Educación, exilio y enseñanza en los campamentos de refugiadas y refugiados saharauis
Education, exile, and teaching in Sahrawi refugee camps
Educação, exílio e ensino nos campos de refugiados saarauís
Amira Sidahmed Mohamed-Fadel
Juventud Activa Saharaui
https://orcid.org/0009-0008-4332-8416
amiramohsid@gmail.com
Resumen
La historia del colonialismo -y la ocupación, en tantos lugares como, por ejemplo, en Palestina- sigue haciendo estragos en nuestros días: este es el caso de la población saharaui, cuya historia transcurre entre ello, y el exilio. Gran parte de esta población vive en los campamentos de refugiadas y refugiados en Tinduf, al suroeste de Argelia, en medio del más inhóspito lugar del mundo. Dicho exilio obligó a la población saharaui a crear un Estado desde cero con sus respectivos ministerios. En lo que respecta a la educación, se creó un sistema con una cierta base colonial, pero, sobre todo, persistiendo gracias a la apuesta que hace la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) por la enseñanza como herramienta para la liberación de su tierra, una tierra rica en recursos naturales como son el fosfato, y otros minerales, los cuales son robados y explotados, como recursos naturales que son, por la colonización española en su momento y, actualmente, por la ocupación marroquí. El sistema educativo saharaui se divide principalmente en las etapas educativas obligatorias, y las escuelas de educación especial, junto a la formación profesional, y del profesorado, pudiéndose considerar la Universidad de Tifariti. La escasez de materiales y la falta de infraestructuras es bastante notable, lo que supone un desafío para mantener el sistema de enseñanza, y ofrecer una educación de calidad, donde la feminización de la enseñanza es un hecho, así como la lucha contra el analfabetismo.
Palabras clave: Colonialismo, educación comparada, educación especial, imperialismo, inclusión educativa, refugiado, Sáhara, Sáhara Occidental.
Abstract
The history of colonialism -and occupation, in many places, such as Palestine, for example- continues to wreak havoc today: this is the case of the Sahrawi population, whose history spans both colonialism and exile. A large part of this population lives in refugee camps in Tindouf, southwest of Algeria, in the heart of the most inhospitable place in the world. This exile forced the Sahrawi population to create a state from scratch, with its respective ministries. Regarding education, a system with a certain colonial basis was created, but, above all, it persists thanks to the Sahrawi Arab Democratic Republic's (SADR) commitment to education as a tool for the liberation of its land, a land rich in natural resources such as phosphate and other minerals, which are stolen and exploited, as natural resources, by the Spanish colonization at the time and, currently, by the Moroccan occupation. The Sahrawi education system is divided primarily into compulsory education stages and special education schools, along with vocational and teacher training, including the University of Tifariti. The shortage of materials and infrastructure is quite notable, posing a challenge to maintaining the education system and providing quality education, where the feminization of teaching is a reality, as is the fight against illiteracy.
Keywords: Colonialism, comparative education, special education, imperialism, inclusive education, refugee, Sahara, Western Sahara.
Resumo
A história do colonialismo -e da ocupação, em muitos locais, como a Palestina, por exemplo- continua a causar estragos nos dias de hoje: é o caso da população saarauí, cuja história abrange tanto o colonialismo como o exílio. Grande parte desta população vive em campos de refugiados em Tindouf, no sudoeste da Argélia, no meio do lugar mais inóspito do mundo. Este exílio obrigou a população saarauí a criar um estado de raiz com os seus respectivos ministérios. Em relação à educação, criou-se um sistema com uma certa base colonial, mas, sobretudo, que persiste graças ao compromisso da República Árabe Saharaui Democrática (RASD) com a educação como ferramenta para a libertação da sua terra, uma terra rica em recursos naturais como o fosfato e outros minerais, que são roubados e explorados, como recursos naturais que são, pela colonização espanhola da época e, atualmente, pela ocupação marroquina. O sistema educativo saarauí está dividido principalmente em etapas de educação obrigatória e escolas de educação especial, juntamente com a formação profissional e de professores, incluindo a Universidade de Tifariti. A escassez de materiais e a falta de infraestruturas são bastante significativas, representando um desafio à manutenção do sistema educativo e à oferta de uma educação de qualidade, onde a feminização do ensino seja uma realidade, assim como o combate ao analfabetismo.
Palavras-chave: Colonialismo, educação comparada, educação especial, imperialismo, inclusão educativa, refugiado, Saara, Saara Ocidental.
Introducción. El Sahara Occidental.
El Sáhara Occidental es el único país del mundo que se encuentra dividido por un muro de norte a sur, el Muro de la Vergüenza, “de más de 2700 kilómetros plagado de minas antipersonas” (del Pozo, 2023, p. 197) -separando así a toda su población-, siendo el más minado del planeta (Reviejo, 2020), con todos los peligros que eso supone para su población. La historia del pueblo saharaui se remonta a muchos siglos antes de la Conferencia de Berlín en 1884, donde las grandes potencias europeas se repartieron África. Los saharauis fueron tribus nómadas que residían en la tierra del Bidan al noroeste de África. Pero es con la llegada del colonialismo español cuando se establecen los límites del Sahara Español, como se conocía por aquel entonces (Barreñada, 2022).
Con el comienzo de la presunta descolonización de los países africanos, a principios de los años 60, comienza el movimiento de la liberación del Sáhara Occidental, conocido como el Frente Polisario (Mouzo, 2025). El colonialismo español sigue hasta 1975, período en el cual el Sahara español fue considerada una provincia más del Estado español, la provincia 53 (Bengochea, 2024). Es, con el Tratado Tripartito de Madrid el 14 de noviembre de 1975 (United Nations, 1975), cuando España vende el Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania, donde comienza la invasión, y la guerra entre estos tres países. Anteriormente, el 30 de octubre de 1975, comenzó la Marcha Verde, conocida por los saharauis como la Marcha Negra, mediante la cual comenzó la invasión civil del Sáhara Occidental, con la entrada masiva de miles de marroquíes al país escoltados por el ejército marroquí (Fernández, 2022).
Con el comienzo de la guerra, gran parte de la población siguió malviviendo bajo la ocupación, mientras que la otra parte se vio obligada a exiliarse en el desierto de la Hamada, al sur de Argelia, en la provincia de Tinduf, donde actualmente residen más de 200.000 refugiados/as saharauis, sobreviviendo a base de la ayuda humanitaria (Hassena-Ahreyem, Pérez-Chávez & Rodríguez-Rodríguez, 2023). En ese campamento, donde llevan más de cinco décadas, se encuentra la sede del Frente Polisario, el legítimo representante del pueblo saharaui. Además, se puede decir que se ha creado un Estado en el exilio, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Las principales necesidades a las que se enfrenta la población saharaui son la falta de agua, de saneamiento, e higiene, además de la seguridad alimentaria, a pesar de haber mejorado en los últimos años: siguen sin cumplirse los estándares básicos para cumplir dichas necesidades (Sobejano, 2018). Sahrawi Refugees Response Plan 2024-2025 (United Nations, 2023) afirma que el 75% de lo que el alumnado consume, dentro de la citada población, proviene de ayudas humanitarias extranjeras, y solo el 23% es del mercado regional, lo que produce muchas carencias nutricionales, causando enfermedades crónicas.
Son muchas las adversidades con las que se encuentra el pueblo saharui, pero una de las grandes problemáticas es la educación, ¿cómo es construir un sistema de enseñanza de calidad dentro de un campamento de refugiados?, ¿qué oportunidades educativas, y futuro, tiene la población saharaui?, ¿realmente es posible una educación en un campamento de refugiados? La evidencia es que sí, se puede tener una educación en un lugar distópico así, a pesar de las limitaciones, esto en parte es gracias a las mujeres saharauis, las cuales se encargan del tejido social y educativo de la población, además de su empoderamiento y lucha por tener una sociedad más igualitaria, y una representación mayor en la política saharaui, siendo la RASD uno de los pocos Estados africanos donde una mujer ocupó el puesto de ministra del interior. Todo ello ha hecho que las mujeres saharauis construyan una identidad colectiva sin precedentes, y centrada en la supervivencia generada por toda la experiencia vivida (Martínez, Bejarano y Téllez, 2023).
La cuestión jurídica
En el plano internacional, la cuestión del Sáhara Occidental está muy clara, desde las primeras resoluciones de la ONU, donde la Corte Internacional de Justicia negó la pertenencia del territorio del Sahara Occidental a Marruecos (Wynter et al., 2018), afirmando así que el Sáhara Occidental es un territorio no autónomo, siendo el más extenso y poblado de los 17 territorios no autónomos que existen hoy en día… es más, la Corte considera aplicable la Resolución 1514 (Naciones Unidas, 1960), para la descolonización del territorio, cumpliendo así con la voluntad del pueblo saharaui (Barreñada, 2020).
Presuntamente, los estatus y la situación del Sáhara Occidental se revisan anualmente en el Comité especial de descolonización de la Organización de las Naciones Unidas, pero, aun así, después de tantos años de negociación, el referéndum prometido a los saharauis en los años noventa no llega, y la guerra de desgaste sigue, empeorando así la situación de la población saharaui, tanto en el exilio, como con la población que sufre cada día por las violaciones y torturas bajo la ocupación marroquí (de Currea-Lugo, 2011).
Tras muchos años de ocupación, esta solo se intensifica y cronifica con el tiempo, ya que, a la no respuesta al derecho del pueblo saharaui a su autodeterminación, se suma que este tampoco posea la soberanía sobre sus recursos naturales, los cuales están siendo expoliados por la ocupación marroquí (González, 2018).
La cuestión mediática
El Sáhara Occidental sufre un prolongado bloqueo mediático, el cual limita la difusión y la visibilidad acerca de la situación política y social. Este silencio informativo conlleva una influencia considerable en la percepción global de las violaciones de derechos humanos que sufre el pueblo saharaui tanto bajo la ocupación como en el exilio. Reporteros Sin Fronteras califica como “desierto informativo” la situación del periodismo en los territorios ocupados del Sahara Occidental, debido a la represión y persecución que sufren los periodistas saharauis que informan sobre lo que sucede en dicho territorio. Mientras, hacer periodismo desde los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), supone una tarea llena de limitaciones y desafíos, debido a la falta de recursos en todos los aspectos de la vida, por ende, en medios de comunicación e información también (Carrión, 2023). Fernández y Sánchez (2023) recalcan lo ajenas que viven las sociedades occidentales a la violación de derechos humanos que vive el pueblo saharaui, junto a muchos otros pueblos, ya que esto no se visibiliza en los informativos y/o diarios.
A nivel internacional, debido a la falta de cobertura mediática, se puede afirmar que la pendiente descolonización -y la ocupación del Sáhara Occidental- es un caso callado mediáticamente, donde se invalida la lucha de todo un pueblo maltratado y silenciado ante los ojos del mundo. Por ello, el activismo digital saharaui se encuentra en auge, donde a través de las plataformas digitales buscan romper dicho silencio, aunque esto suponga un gran reto por las restricciones ya mencionadas (Wynter, 2022).
Mientras, en España, la información acerca de la ocupación del Sáhara Occidental es prácticamente nula, ya que este tema no ocupa ni las cabeceras de los grandes periódicos del país, ni los telediarios del mismo. La información que se puede obtener queda condicionada por la situación política del país en cada momento, por lo que se puede ver que la que fue durante 18 años la provincia 53 de España, hoy es un caso desconocido para la ciudadanía española (Díaz, 2023; García, 2024).
La educación en el refugio
Desde que la población saharaui se vio obligada a refugiarse en el exilio, en la Hamada argelina, la RASD, desde un comienzo, empezó a organizar diferentes ámbitos, pero principalmente, a nivel educativo, debido a que pretendían combatir los altos niveles de analfabetismo que dejó el colonialismo español, alcanzando el 90% en el caso de los hombres, y el 92% en las mujeres. La principal apuesta del gobierno de la RASD fue enviar al mayor número de niños y jóvenes a estudiar a todos los países que les ofrecieron apoyo en materia de educación, por lo que se puede afirmar que las futuras generaciones saharauis y, posiblemente, los dirigentes de la RASD, estuvieron décadas formándose en países de acogida. Paralelamente, se empezaron a improvisar escuelas, donde de una forma muy básica las personas que sabían leer y escribir, enseñaban al resto de la población, haciendo de las jaimas (tiendas de campañas) aulas y, de la arena, sus libretas.
A principios de 1976, la RASD comienza a construir las primeras tarbías (escuelas de educación infantil) y madrasas (educación primaria), en todas las dairas de cada wilaya (campamento), gracias a la ayuda humanitaria. A su vez, de forma progresiva se fueron creando escuelas de alfabetización de mujeres, centros de formación profesional, centros de educación secundaria y centros de formación del profesorado, alcanzando de este modo una cifra inferior al 1% de analfabetismo, dato inimaginable para una población que vive de la ayuda humanitaria, al igual que sucede en muchos casos colonizados por “países desarrollados” (Vinagrero, 2020).
Del mismo modo, se puede afirmar que el sistema educativo saharaui tiene una organización jerárquica, siendo su cumbre el Ministerio de Educación de la RASD, luego la dirección de educación de cada wilaya y, por último, el equipo directo de cada centro educativo (Campillo, 2009). Según Pallarés y Cannet (1999), la constitución saharaui contempla de forma clara la universalidad y la gratuidad de la educación, por ello, en el artículo 7 se cita que “la enseñanza, la protección sanitaria y social son derechos de todos los ciudadanos” (Oliver, 1987, p. 273).
A su vez, Pallarés y Cannet (1999) afirman que el sistema educativo saharaui divide la educación obligatoria en dos etapas, educación infantil y primaria, que comprende de los 3 a los 12 años, que se dan en tarbías y madrasas en las mismas dairas. Mientras que la educación secundaria se da en escuelas a las fuera de las dairas o en internados. Una de las dificultades con las que se encuentra el sistema educativo saharaui es el no disponer de libros de texto propios, aunque cada vez los esfuerzos son mayores para conseguir tener libros propios y con un currículo saharaui. A pesar de ello, el Ministerio de Educación de la RASD realiza recomendaciones sobre la metodología, evaluación y los contenidos a tratar, basándose en libros argelinos.
La educación infantil
La educación infantil en los campamentos de refugiados saharauis, se dan en tarbías: los edificios suelen tener una forma ovalada, con un patio externo, y en su centro se encuentra la bandera del Sáhara Occidental, y alrededor del perímetro están las diferentes aulas (Trujillo, 2010). La educación infantil solo es obligatoria en su segundo ciclo, de 3 a 6 años. Se estima que hubo/hay escolarizados alrededor de 7640 niños y niñas (Yern, 2015). Las clases cuentan con una ratio de 20 alumnos y alumnas. De cada curso suele haber dos clases, por lo que, en la mayoría de las tarbías, hay un total de seis clases, el horario es de mañana, y una vez acabadas las clases, se le ofrece un almuerzo a todo el alumnado, por lo que supone un incentivo para las familias (Quibus, 2022).
Es importante destacar que no existe un currículo cerrado en el caso de la educación infantil. Por lo que, en este nivel, se trabajan, principalmente, competencias como el juego, la socialización, historias, canciones y conocimientos básicos del abecedario y los números, estas últimas competencias, se trabajan principalmente de una forma más directa en el tercer curso, a modo de preparación para la primaria. El equipo docente de las tarbías se encuentra formado al completo por mujeres, las cuales se han formado en escuelas de formación profesional de la RASD. Gracias a todo ello, se pasó de un 73% de analfabetismo al 100% de escolarización de todos los infantes (Campillo, 2009).
La educación primaria
La educación primaria comprende las edades de entre 6 y 12 años, estableciéndose así seis cursos; en el tercer curso, el estudio de español como segunda lengua es obligatorio, junto a otras materias como historia, geografía, educación islámica, dibujo, educación física, matemáticas, ciencias naturales y árabe, en horario partido de 9:00 a 13:00, y de 16:00 a 18:00, de sábado a jueves. Gracias a todo el trabajo de la RASD y la obligatoriedad de la educación, se ha conseguido una escolarización del 99%.
En relación con el contenido, de nuevo, se utilizan libros de textos argelinos, excepto los libros de lengua española. El Ministerio de Educación de la RASD vuelve a realizar las directrices necesarias para poder llevar a cabo la práctica docente, destacando así la presencia aproximada de 30 escuelas de educación primaria. Estas escuelas cuentan con las mismas dificultades que las tarbías, carencias de materiales, mobiliario, infraestructuras antiguas, etcétera. Las escuelas suelen tener una sala de profesores, una sala de administración y una cocina para preparar los almuerzos, y la zona de descanso; el patio, carece de materiales lúdicos y deportivos (Quibus, 2022).
En relación con la evaluación, se realiza mediante exámenes finales en cada trimestre, los cuales son evaluados por cada docente. Es, en el último curso, donde se realiza una reválida y, por lo tanto, los exámenes son realizados por el Ministerio de Educación, para determinar si pasan a la educación secundaria obligatoria y/o a la formación profesional. La formación profesional en el sistema educativo saharaui no forma parte de la educación superior (Velloso y Vinagrero, 2016). En esta etapa educativa, no solo impartida exclusivamente por mujeres, las profesoras son la mayoría del equipo docente.
Educación secundaria y superior
La educación secundaria en los campamentos de refugiados saharauis supone una realidad reciente, ya que el alumnado para estudiar dicha etapa educativa debía ir a centros de internados en el interior de Argelia. En la actualidad, en cada wilaya hay unos tres centros de educación secundaria obligatoria, donde se imparten los cursos de 7º a 10º, además de la Escuela de 12 de Octubre, y la Escuela de Simón Bolívar, que se encuentran a las afueras de los campamentos, por lo que son internados, donde está el alumnado de domingo a jueves. A su vez, se ofrecen cursos de formación profesional en las wilayas orientados a las necesidades de la población y el entorno en el que residen (Velloso y Vinagrero, 2016).
En el caso específico de la Escuela Simón Bolívar, está se sostiene gracias a la ayuda humanitaria de Cuba y Venezuela, países que impulsaron la apertura de dicho centro educativo en el año 2011, con una capacidad para 700 alumnos y alumnas, cuyos docentes son saharauis que se han formado en Cuba, y/o cubanos/as. Las asignaturas se imparten tanto árabe como en castellano. En castellano: Lengua y Literatura Española, Matemáticas, Física, Química, Biología, Educación Laboral, Educación Física e Informática; y en árabe: Lengua y Literatura Árabe, Historia, Geografía y Educación Islámica. A medida que se avanza en dicha etapa educativa, aumenta la especificidad de las materias, según la rama educativa (Quibus, 2022).
En relación con la formación profesional, esta se creó con la finalidad de responder a las necesidades laborales de determinado alumnado, ya sea por no concluir la educación secundaria o por motivos de abandono. Esto es tarea de la Secretaría del Estado, la cual se encarga de suplir las demandas de trabajo en el territorio, para ello, está el centro educativo Gazuani, el cual tiene capacidad para 70 estudiantes. El centro Olof Palme, y la Escuela para mujeres 27 de Febrero, fueron creados con la misma finalidad. Los títulos que se expiden y la financiación de los mismos, se realizan por parte de entidades extranjeras. Por ello, la presencia de la cooperación internacional en esta etapa educativa se encuentra muy marcada, ya que promueve la empleabilidad y el acceso a la formación del alumnado que no acaba la educación secundaria (Monje, 2022).
Debido a las necesidades y las complicaciones que enfrenta la educación en los campamentos de refugiados saharauis, estos carecen de cualquier tipo de universidad. Por ello, el estudiantado se ve obligado a emigrar para realizar estudios superiores, en países como Argelia, Libia, Cuba y Venezuela, los cuales ofrecen becas a los mejores estudiantes saharauis; a su vez, la RASD recomienda que dicho alumnado realice carreras como medicina, ingenierías, magisterio, etcétera, debido a que la mayoría de las carreras no tienen una utilidad real en los campamentos de refugiados. El hecho de verse obligados a residir fuera de los campamentos de refugiados saharauis hace que en algunos casos se presente un cierto desarraigo con su origen e incluso una pérdida de identidad cultural (Gómez, 2022).
Educación especial
Teniendo en cuenta las necesidades de la población que reside en los campamentos de refugiados saharauis, la educación especial no se hizo visible hasta los años 90. Principalmente, atendía a las personas afectadas por la guerra, pero con el tiempo, comienzan a atender al resto de personas con necesidades intelectuales y/o físicas. En sus inicios, lo que realmente se ofrecía era una función asistencialista por parte de particulares, y una vez que el Ministerio de Educación de la RASD se hace cargo de ello, es cuando se crean los centros escolares de educación especial, con la finalidad de integrar a dicha población en la sociedad (Quibus, 2022).
En cada wilaya hay dos centros de educación especial, por un lado, una escuela para personas con necesidades visuales y otra, para personas con necesidades intelectuales, de audición y/o de lenguaje. La estructura de estos centros es parecida a la de las madrasas y cuenta con diferentes salas de escritura, de consulta, experimental, duchas, talleres y bibliotecas. Con ello, se busca que las personas cobren una mayor autonomía y socialicen en un entorno seguro. En cada centro puede haber un máximo de 60 personas, entre las cuales sus edades oscilan entre los 7 y los 22 años, ya que a esa edad no tienen la posibilidad de seguir en dichos centros.
Con la creación de dichos centros, se consigue normalizar a las personas que presentan cualquier tipo de necesidad, debido a que en muchos casos eran estigmatizadas por la sociedad e incluso sus familias las escondían. Por ello, en muchas ocasiones la persona encargada de cada centro es la que tiene que hablar con las familias para conseguir que estas envíen a las escuelas a sus hijos, donde se le realiza un diagnóstico y se decide su admisión en el centro. A su vez, dicho sistema sigue presentando muchos déficits ya que los campamentos de refugiados no cuentan con medios ni profesionales para detectar las necesidades especiales de los menores, sumado a la nula orientación educativa en todas las escuelas.
Con la educación especial se busca conseguir la integración y la autonomía de dichas personas, con una metodología educativa basada en el juego y la aplicabilidad de los conocimientos, donde el uso de los talles es fundamental (Navarro, Flores & González, 2020), mediante los cuales aprenden cualquier oficio, para cobrar cierta independencia económica. Una vez, cumplen los 22 años se ven obligados a abandonar la educación especial, lo que supone un retroceso en la integración social.
La educación especial, al igual que el resto de las etapas educativas, se encuentra con muchos problemas de infraestructura, sumado al hecho de demandar un mayor número de materiales específicos, insuficiente formación específica del profesorado, y falta de vehículos para trasladar a las personas que tengan movilidad reducida. Todo ello, hace que solo un centro especial de todas las wilayas tenga la capacidad de atender al alumnado con necesidades motoras, por lo que las personas que no pueden acudir a él se ven obligados a acudir a centros ordinarios, donde no se contemplan todas sus necesidades, por las mismas razones ya mencionadas (Velloso y Vinagrero, 2016).
Por todo ello, es necesario destacar todos los centros y las barreras con las que se encuentra la población saharaui para educarse en un campamento de refugiados, pero especialmente, las personas con necesidades especiales, ya que, si para cualquier persona es difícil encontrar trabajo, para ellos es aún más complejo, lo que dificulta su autonomía e inclusión. Desde una perspectiva de género, las mujeres con necesidades especiales son mucho más vulnerables en los campamentos de refugiados (Julio, 2015).
Conclusiones
Con todo lo señalado, se puede ver que la época colonial e imperialista dejó a un pueblo saharaui con muchas carencias en materia educativa, pero tras la proclamación de la RASD, el gobierno saharaui, con grandes esfuerzos, logró grandes avances en dicha materia, escolarizando a todo el alumnado de tres a dieciséis años, por lo que se puede afirmar que el analfabetismo es casi inexistente en los campamentos de refugiados saharauis. A su vez, con la finalidad de la protección de la infancia y el asegurar los derechos de la misma, el Comité de Sanidad de cada daira se encarga del cuidado de los niños y de responder a sus necesidades sanitarias y educativas desde pequeños: estos comités están a cargo de mujeres, resaltando de este modo el papel fundamental de la mujer saharaui, tanto a nivel social, político, educativo y sanitario; al realizar una comparativa con los países del entorno, se puede observar que la mujer saharaui ha conseguido una mayor libertad e implicación en el Estado, frente el resto de mujeres de países vecinos (Campillo, 2009).
En la misma línea, el sector educativo se encuentra prácticamente feminizado en el sistema educativo saharaui, hecho que ocurre en muchas partes del mundo debido a la feminización de las profesiones educativas y de cuidados (Pangritz & Andrš, 2024; Larios, 2024; Henao, 2025). La docencia en los campamentos de refugiados saharauis se encuentra mal remunerada, ya que se sobrevive gracias a las ayudas humanitarias, por lo que muchas maestras de tarbias se ofrecen de forma voluntaria a educar (Quibus, 2022). La mayoría de las maestras se han formado en la Escuela Nacional de Mujeres 27 de Febrero y/o la Escuela Olof Palme, el profesorado más joven se formó en las universidades argelinas con una formación académica específica.
Las carencias con las que se enfrenta el sistema educativo saharaui no son solo de formación del profesorado, sino también de recursos e infraestructuras, debido a la falta de material educativo que alcance para todo el alumnado e incluso escasez de recursos básicos como sillas o mesas. Para la formación del profesorado, se cuenta con la cooperación de universidades españolas, que acuden anualmente a los campamentos para llevar a cabo formaciones (Aranda, Arias & González, 2012).
Los limitados recursos de los que disponen hacen que sea imposible la variedad y la innovación educativa, afectando considerablemente en los procesos de enseñanza- aprendizaje (Gómez, 2022). Bajo mi punto de vista, sobre todo, el hecho de que la RASD se haya concentrado mucho en que haya cada vez un mayor número centros de educación secundaria en los campamentos, supuso que la educación infantil y primaria tengan probablemente menos recursos, para que se destinen a la educación secundaria.
Martínez (2023) destaca la necesidad de crear redes de cooperación internacional para dotar de recursos y materiales didácticos a las escuelas en los campamentos de refugiados saharauis, con la finalidad de promocionar dicho sistema educativo e incluso implantar nuevos modelos de enseñanza adaptados al contexto. La adaptación al contexto de los campamentos de refugiados saharauis y la innovación educativa están suponiendo un reto para los profesionales de la educación, debido a las carencias ya señaladas, sobre todo en la materia de castellano, siendo el segundo idioma oficial, e impartiéndose con obligatoriedad desde tercero de primaria (Rodríguez, 2024).
El colonialismo y el exilio siguen haciendo sus efectos a todos niveles, pero aun así la historia del Sáhara occidental es una historia de resistencia y de lucha continua, donde una nación entera apuesta por la educación como una herramienta fundamental para el avance sociocultural, la lucha por la independencia del Sáhara Occidental, y el liderazgo de la RASD como Estado en un Sáhara Occidental libre, lejos del exilio.
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