Repensando el aula invertida: ¿innovación o estancamiento?

 

Lidia Ana Pérez Sánchez

Universidad de Málaga, Estado español

https://orcid.org/0000-0001-7358-6522

lidia19ana@gmail.com

José Santiago García

Universidad de Málaga, Estado español

https://orcid.org/0000-0002-0599-090X

josesantiago1309@gmail.com

 

RESUMEN

 

El aula invertida, o flipped classroom, es una metodología que ha tenido gran repercusión en los últimos tiempos. Se considera idónea para implicar al alumnado, pues constituye el eje central de la acción educativa. Sin embargo, varios estudios muestran desventajas que aparecen en la práctica. En esta investigación, se toma como participantes a un grupo de estudiantes del Grado en Educación Primaria que han tenido una experiencia con el aula invertida. De este modo, se pretende conocer cuáles son sus perspectivas, atendiendo a tres criterios: ventajas del aula invertida, inconvenientes y comparación con el sistema tradicional. Esta investigación será de carácter cualitativo, siguiendo el método fenomenológico heurístico. Se hará uso de la entrevista como instrumento de la investigación. El objetivo principal es que el futuro profesorado reflexione sobre la práctica educativa y comente sus reflexiones acerca de esta metodología catalogada como innovadora. Tras el análisis de datos, se resaltan como ventajas el trabajo en grupo y la elección de metodologías para implementar en el aula. No obstante, la evaluación no consensuada, el escaso tiempo y los desacuerdos con el profesorado serán los inconvenientes más destacados. En general, se llega a la conclusión de la similitud del aula invertida con el sistema tradicional.

Palabras clave: aula invertida, universidad, educación, innovación, metodología activa, fenomenología, heurística, didáctica, teoría de la educación.

 

Reconsidering the flippled classroom: innovation or stagnation?

ABSTRACT

 

The flipped classroom is a methodology that has had a great impact in recent times. It is considered ideal for involving students, since it is considered the central axis of educational action. However, several studies show disadvantages that appear in practice. In this investigation, a group of students of the Degree in Primary Education who have had an experience with the flipped classroom are taken as participants. In this way, it is intended to know what their perspectives are, based on three criteria: advantages of the flipped classroom, disadvantages and comparison with the traditional system. This research will be qualitative, following the heuristic phenomenological method. The instrument of the investigation will be the interview. The main objective is for future teachers to reflect on educational practice and comment on their reflections on this methodology considered innovative. After data analysis, advantages such as group work and the choice of methodologies to implement in the classroom are highlighted. However, non-consensual evaluation, limited time and disagreements with teachers will be the most prominent disadvantages. In general, the conclusion is reached that the flipped classroom is similar to traditional system.

Keywords:  flipped classroom, university, education, innovation, active methodology, phenomenology, heuristic, didactics, theory of education.

 

Reconsiderando a sala de aula invertida: inovação ou estagnação?

RESUMO

 

A sala de aula invertida, ou flipped classroom, é uma metodologia que tem tido grande repercussão nos últimos tempos. Considera-se idônea para envolver os alunos, pois constitui o eixo central da ação educativa. No entanto, vários estudos mostram desvantagens que aparecem na prática. Nesta pesquisa, um grupo de estudantes do curso de Educação Primária que tiveram experiência com a sala de aula invertida é considerado como participantes. Dessa forma, pretende-se conhecer quais são suas perspectivas, atendendo a três critérios: vantagens da sala de aula invertida, inconvenientes e comparação com o sistema tradicional. Esta pesquisa será qualitativa, siguindo o método fenomenológico heurístico. Entrevistas serão usadas como instrumento de pesquisa. O objetivo principal é que o futuro corpo docente reflita sobre a prática educativa e comente suas reflexões sobre esta metodologia catalogada como inovadora. Após a análise dos dados, são destacadas vantagens como trabalho em grupo e a escolha de metodologias para implementar na sala de aula. No entanto, avaliação não consensual, tempo limitado e discordâncias com os professores serão as desvantagens mais proeminentes. Em geral, chega-se à conclusão de que a sala de aula invertida é semelhante ao sistema tradicional.

Palavras chave: aula invertida, universidade, educaçao, inovaçao, metodologia ativa, fenomenologia, heurística, didática, teoria educacional.

 

INTRODUCCIÓN

Las nuevas tecnologías han cambiado radicalmente la forma que tiene el ser humano de relacionarse con el resto. Por tanto, el entorno escolar necesita cambios que se adapten a esas relaciones. Es el alumnado el que está exigiendo esa transformación, ya que no se siente parte de esa supuesta comunidad que se debería configurar en los centros. Con el objetivo de erradicar esa metodología tradicional donde la parte académica toma el relevo junto a la comunicación unidireccional por parte del docente al discente, han ido apareciendo nuevas metodologías activas que buscan el desarrollo integral de la persona que ha crecido en esta sociedad digitalizada. Esa tradicionalidad, es decir, la necesidad de recibir indicaciones en cada paso (Zavala et al., 2023), se ha visto que no consigue involucrar al alumnado, por lo que implementar otro tipo de estrategias facilitarían ese objetivo esencial.

Una de esas metodologías activas que se han ido incorporando en las escuelas durante estos últimos años es el aula invertida, comúnmente conocida acorde a su término anglosajón: flipped classroom. Estas vivencias han llegado a las diversas aulas universitarias, sin ser menos las que conforman las facultades de Ciencias de la Educación. En estos casos, la implementación de estas metodologías no solo es útil para mejorar el propio aprendizaje del alumnado, sino también para cuestionarse sus limitaciones y virtudes, con el objetivo de conocer si es óptimo hacer uso de ellas en su futuro como docentes. Es así como esta investigación surge tras la experiencia de un grupo de estudiantes que han experimentado esta metodología en una de sus asignaturas en el tercer curso del Grado de Educación Primaria.

De este modo, se generarán reflexiones en el futuro profesorado, que tendrá que ser capaz de adaptarse a las próximas generaciones. El papel del docente no debería ser el que siempre se ha considerado, pues lo único que produce son relaciones nefastas donde no se prioriza el diálogo. De hecho, la participación en las metodologías tradicionales es escasa, por lo que imposibilita el avance del futuro profesional de la educación. Por tanto, esta investigación no solo parte como una forma de conocer si funciona el aula invertida, sino también para ver cuáles son las percepciones de un alumnado universitario que tendrá que ocupar el rol de docente en un futuro.

En sí, el aula invertida tiene como supuesta finalidad dar el protagonismo al alumnado en vez de al profesorado para que sean los primeros los que dirigen los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se comienza con una serie de temáticas establecidas por el profesorado para que el alumnado pueda decidir cómo presentar ese contenido al resto. Por ende, la única decisión que ha tomado el docente es el contenido, el qué, mientras que el cómo, la forma de presentar ese contenido, tendrá que ser una decisión del alumnado. Ahí es donde entra el cambio de roles, ya que desde siempre ha sido el profesorado quien ha tomado todas las decisiones sin tener en cuenta al resto de miembros que conforman el entorno educativo.

Sin embargo, siendo esta la idea inicial de esta metodología, es esencial reconocer si la práctica consigue ese objetivo o si, por el contrario, presenta una serie de restricciones. Para ello, es necesario dar voz a aquellas personas que han podido experimentar el aula invertida. Sin esas experiencias, se seguirán creando teorías desde la mirada del espectador y no del verdadero protagonista de la historia. Así, se construirán opiniones tras su desarrollo, conociendo cómo es el proceso y aquellas características que deben mejorar.

A su vez, el profesorado tiene el deber de reflexionar sobre lo que implementa en su aula, por lo que el camino idóneo es vivenciar la metodología. Sin pensamiento no se pueden generar nuevas ideas, sino que simplemente se siguen manteniendo las opiniones ya establecidas. Si la teoría nos hace seleccionar la metodología sin práctica, se estarían dejando de lado las acciones y las vivencias; se estaría aceptando sin tener en consideración las valoraciones de las personas que la utilizan.

En consecuencia, este estudio tomará en cuenta las opiniones reales de un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación para construir una opinión basada en teorías e investigaciones previas. De esta manera, se podrán evaluar las emociones y los juicios del alumnado que se ha enfrentado tanto a una metodología tradicional como al aula invertida. Es así como el eje central del estudio consiste en conocer la perspectiva del alumnado del Grado sobre el aula invertida, indagando en las ventajas e inconvenientes que han encontrado en esta metodología, y realizando una comparativa con el sistema tradicional. Teniendo en cuenta que la comunicación unidireccional y las clases magistrales han sido los ejes centrales de la gran mayoría de sesiones que ese grupo de participantes ha vivenciado, la comparación es necesaria para observar si realmente el aula invertida consigue una mejora.

Este trabajo, por tanto, inicia con una revisión del contexto científico que engloba esta metodología activa: el aula invertida. Así, se podrá conocer el punto en el que se encuentra esta temática y las opiniones que se han generado con las diversas implementaciones en distintos contextos. Seguidamente, se comenta la metodología empleada para esta investigación que consiste en un estudio cualitativo desde un enfoque fenomenológico heurístico. También se especifican las características del grupo de participantes, el instrumento empleado y las estrategias de análisis de datos. Continúa con los resultados tras la observación realizada, y termina con las conclusiones de los hallazgos, donde se especifican también las limitaciones del estudio y las deducciones para posibles estudios.

1. El modelo educativo universitario y el aula invertida

La educación actual se está enfrentando a grandes cambios en los últimos tiempos, con el propósito de acercar la escuela a la sociedad actual. Entre esos retos, se pueden mencionar la demanda del uso de las tecnologías en las aulas y la necesidad de un cambio de roles en las escuelas (Mejia-Mejia y Díaz-Flores, 2023), que permita al alumnado tomar el papel protagonista. Para ello, el profesorado debe ceder su lugar destacado en el proceso de enseñanza y aprendizaje para que sean las voces de cada discente quienes construyan la escuela. De este modo, se podrá desarrollar una educación que respete los intereses y necesidades del alumnado, y dotar a estos de herramientas fundamentales para formar una ciudadanía responsable y consciente de su propia realidad (Arboleda, 2020).

Estamos creciendo bajo premisas que se adaptan a épocas pasadas muy alejadas de la situación actual, lo que genera en las aulas un sentimiento de lejanía, pues los/las estudiantes sienten que la educación no propicia una vida para el momento en el que nos encontramos (Daher et al., 2022). De aquí surge una gran pregunta: ¿cómo podrá evolucionar una persona en un contexto que no parte de su propia vida? Si las experiencias de una persona no se tienen en cuenta en un aula, olvidando la verdadera esencia del concepto de «aprendizaje» (Behares, 2016), ¿qué va a aprenderse dentro de esas cuatro paredes? Es de gran tristeza relacionar la educación con un espacio reducido donde memorizar meros términos conceptuales, en vez de un entorno donde avanzar como seres humanos.

De esa sensación de no sentir que funciona (Sanz y López, 2022), se desarrolla un problema dentro de las aulas: la desmotivación del alumnado por participar de manera activa en su propio aprendizaje. En este punto, es necesario conocer la razón de este pensamiento, que no partiría de un acto natural e instintivo del propio alumnado, sino que se debe a que nunca se les ha ofrecido la posibilidad de pensar por sí mismos, y se han acostumbrado a ejercer el papel pasivo dentro del aula. Es por ello por lo que será imposible construir una sociedad basada en el pensamiento crítico, uno de los supuestos objetivos de la educación. Esa es la contradicción de la que Ovejero (2023) habla: ¿cómo podremos ser libres si crecemos en la sumisión y la aceptación de ideas previamente establecidas?

De esta urgencia por mejorar la escuela y fomentar el interés por el aprendizaje (Bernabé et al., 2023), se han desarrollado diversas metodologías cuyo fin es el cambio. Aquí entra la mencionada «aula invertida», que nació con el objetivo de intercambiar los papeles de las personas involucradas en un aula y aportar ese papel activo del alumnado que se necesita en la actualidad (Zavala et al., 2023). Uno de los contextos en los que mayor auge ha tenido esta metodología ha sido en la universidad, intentando, presuntamente, cambiar la educación en una etapa educativa basada en la tradicional escuela. Es así como alguna facultad de ciencias de la educación no ha sido menos, siendo esencial que el propio alumnado que ejercerá en las escuelas sea capaz de reconocer el papel clave que posee en este proceso, y se enfrente a la reflexión sobre aquello que se implementa en las aulas. En este caso, repensando la verdadera utilidad (o la ausencia de ella) del modelo flipped classroom.

Todo esto supone un cambio en la perspectiva didáctica y pedagógica de la escuela. Actualmente, y desde hace ya siglos, nos encontramos en un enfoque tradicional en el que el profesorado es poseedor de la información. Mientras tanto, el alumnado es un mero receptor de ella. De este modo, es importante avanzar hacia un enfoque más práctico, innovador y activo, en el que el papel protagonista y principal lo ejerza el alumnado, y el docente tome el papel de guía (Cano et al., 2011). Este ejercicio supone un gran replanteamiento por parte del docente conforme a su rol profesional en el aula (Tirado et al., 2023).

Quizás para algunos docentes sea difícil de asimilar el cambio. Pero, para otros, es una necesidad acorde a sus pensamientos acerca de la educación. La disputa parte a la hora de generar esa transformación educativa: ¿hacia dónde se dirige una escuela que modifica sus pensamientos sin reflexión sobre las consecuencias? Existen casos en los que simplemente se deja llevar por tendencias supuestamente innovadoras por el mero hecho de creer que esto va a ser entretenido para sus discentes sin tener en cuentas sus opiniones, aun sabiendo que las percepciones son distintas (Pozuelos et al., 2021). Este hecho podría relacionarse con la necesidad de causar buena impresión, pero sin tener la convicción de que beneficia. El aula invertida, o cualquier metodología, no supone un acto educativo innovador, ni produce aprendizaje por sí mismo, sino que es necesario conocer sus verdaderas consecuencias, pensando y repensando sobre su implementación.

Es ahí donde entra el papel del profesorado y del alumnado universitario de una facultad de ciencias de la educación. Primeramente, situaremos el rol del profesorado de la universidad, que implementa este tipo de metodologías porque la ven la solución idónea, intentando que las facultades dejen de ser vistas como un espacio obsoleto (Galindo-Domínguez et al., 2024). ¿Pero hasta qué punto funciona? Si se impone el contenido que deberá ser abordado, se especifica una evaluación sin consenso con el alumnado, y se limita la manera de exponer los aprendizajes... ¿Qué cambio se está realizando acorde a la metodología tradicional? Ser docente en una universidad es complejo, pero ahí entra la comunicación que debe producirse entre ambas partes de manera multidireccional para implicar al estudiantado (Traver-Martí y Ferrández-Berrueco, 2016). Si no se preguntan cómo han sido los resultados, estamos volviendo a esa necesidad de aparentar sin la seguridad de que lo que se realiza tiene un sentido.

Siempre es fácil señalar culpables. Pero también hay que ser honestos. ¿Dónde queda el alumnado de una facultad, en este caso, como es la de ciencias de la educación? Las aulas están en silencio, un silencio caracterizado por la presencia de ruido, pero no de una melodía agradable como es el caso del debate (Susinos y Ceballos, 2012). El intercambio de ideas es clave. La aceptación de pensamientos y actos incorrectos es el mantenimiento del sistema. Y como futuros profesionales de la educación debería ser inadmisible. Un docente no puede considerar que su idea funciona porque nadie le ha rebatido. Porque, si nadie lo hace, si nadie alza su voz, el profesorado no podrá conocer la realidad.

Es así como se mantiene una jerarquía dentro de las universidades, abandonando la democracia en las aulas (Escobedo et al., 2017). ¿Es miedo lo que paraliza al alumnado o una simple desgana por el cambio? Es necesario replantearse si verdaderamente podemos despreciar un sistema por el que no estamos dispuestos a nada por cambiar. Porque la nada es eso: mero vacío. Cuando hay vacío, se mantienen las mismas ideas de siempre, hasta el punto de aceptar una premisa que ya se sabe que es incorrecta. Por tanto, en un mundo donde se premia la productividad, ¿qué sentido tiene luchar por la nada? Se pierde el tiempo criticando una idea que luego continuamos realizando en nuestras propias vidas.

Por consiguiente, volviendo al aula invertida, no se puede simplemente introducir una idea porque a priori parece diferente, porque solo estamos disfrazando la realidad de siempre. Hay que recordar que debajo de ese disfraz que se ha construido, está el mismo sistema que tanto se critica y se ha criticado (Skliar, 2018). De esta manera, no solo se está perdiendo el tiempo, sino que también los recursos que se podrían emplear para desarrollar una escuela más justa, inclusiva y democrática.

Parece que los valores se pierden cuando se consigue ser admirado por el resto de personas. Pero esa fascinación parte del desconocimiento, al no ser capaces de reconocer que el sistema que se intenta implementar no es más que el mismo de siempre, pero siendo acompañada del término de «innovación». Las palabras no son más que la unificación de letras, pero pueden ser traicioneras si no le damos la oportunidad de conocer qué hay detrás de ellas. Por tanto, antes de gritar a los cuatro vientos que se ha alcanzado aquello que siempre se ha añorado, debemos observar si verdaderamente se ha conseguido o si, por el contrario, no es más que una ilusión que se nos vende para así mantenernos en ese silencio que parece no afectar al sistema que tan cómodo hace sentir a determinadas personas.

METODOLOGÍA

La investigación que ahora se presenta es un estudio cualitativo que tiene como finalidad comprender las percepciones de un grupo determinado de personas. De hecho, es una forma de acercarse a la realidad de las personas participantes, ya que el tiempo y el contexto en el que han experimentado la vivencia es subjetivo. El fin de este tipo de estudios es partir de las experiencias de un grupo para ir construyendo una teoría más global. Como bien afirma Flick (2007), la investigación cualitativa “toma en consideración que los puntos de vista y las prácticas en el campo son diferentes a causa de las distintas perspectivas subjetivas y los ambientes sociales relacionados con ellas” (p. 20).

En este caso, dentro de la investigación cualitativa, el estudio se basa en el método fenomenológico hermenéutico, que en palabras de Van Manen (2003), “puede definirse como el intento sistemático de descubrir y describir las estructuras de significado interno, de la experiencia vivida” (p. 28). Es decir, el objetivo es poder comprender, darle una significación a las vivencias de las personas que participan en el estudio. Así, es importante comprender tanto la fenomenología como la hermenéutica. Mientras que la primera es una descripción de lo que ha ocurrido o de las experiencias sobre las que se investiga, la segunda implica un proceso de interpretación sobre ello.

Por tanto, las reflexiones de esta investigación surgen de la propia visión del ser humano, de las vivencias que han construido a la persona. Dichas experiencias son las que dan un significado a la cuestión de la que se quiere hablar, que en este caso son las percepciones de un grupo de estudiantes que han empleado el aula invertida en la universidad.

La población objeto de estudio son estudiantes del Grado de Educación Primaria que han experimentado el aula invertida en alguna de las asignaturas dentro de su formación inicial como docentes. El número de participantes finales han sido cinco (ver tabla 1).

Estas personas han compartido la misma experiencia, es decir, han trabajado esta metodología en la misma asignatura durante el curso escolar 2019/2020, por lo que los requisitos que han debido seguir han sido iguales:

-       Trabajar la temática que le correspondiera a cada grupo.

-       Construir una unidad escrita que pudiese ser empleada en una clase de 6.º de Educación Primaria en la asignatura de Ciencias Naturales.

-       Llevar a cabo la explicación de la unidad al resto de discentes.

Tabla 1.

Características del grupo participante.

Participantes (nombre ficticio)

Año de nacimiento

Género

Temática para abordar

Técnica de presentación del contenido

Carlos

1999

H

Las plantas

Dinámicas pequeños grupos

Antonio

1999

H

El ciclo del agua

PowerPoint

Marta

2000

H

La fotosíntesis

Asamblea

Helena

2000

M

La materia

Scape Room

Pilar

2000

M

El ciclo del agua

PowerPoint

Para obtener la información requerida, se realizó una única pregunta abierta a cada una de las personas participantes: “¿cómo fue tu experiencia con el aula invertida?”. A partir de ahí, cada participante grabó un audio de forma individual sobre su experiencia, cuya duración era un máximo de cinco minutos. Tras escuchar cada uno de sus audios, se procedió a una segunda intervención, que consistió en una entrevista donde se tuvieron en cuenta tres apartados: (1) los inconvenientes que se vivieron a la hora de llevar a cabo la metodología de aula invertida, (2) las ventajas que observaron de esta metodología en el aula y (3) las diferencias o semejanzas que ven con la metodología tradicional. Estas entrevistas se llevaron a cabo en un ambiente tranquilo y cómodo para los participantes con el fin de que el clima sea el adecuado para dialogar.

El análisis de los datos se llevó a cabo siguiendo las cuatro etapas de Martínez (1998):

Fase 1. Clarificación de los presupuestos. Consiste en describir los objetivos, el marco teórico y el interés en el tema por parte de los investigadores para así comprender el enfoque que realizan para informar al lector y a la persona investigada. Así se liberan de prejuicios y no influyen en las respuestas que estos generen. Para Husserl, esta idea se denomina epojé.

Fase 2. Etapa descriptiva. Como su nombre indica, es la etapa donde se produce la descripción de las experiencias de los participantes. En este caso, es doble. En primer lugar, se realiza el audio de forma individual para construir de forma abierta la respuesta, siendo el participante quien decide qué información es más relevante. De esta manera, se reconoce los aspectos que más llamaron su atención. En segundo lugar, se lleva a cabo la entrevista para potenciar el mensaje que anteriormente se ha desarrollado.

Fase 3. Etapa estructural. Se basa en estudiar los contenidos que se generan tras la realización de la fase anterior. Esas ideas generan una serie de reflexiones e ideas que tendrán que ser transmitidas a los participantes una vez que se desarrollen los resultados por parte de los investigadores.

Fase 4. Discusión de los resultados. Esta última etapa consiste en comparar la información obtenida con otras investigaciones. Se prioriza la contrastación de ideas para así poder generar teorías que tengan como punto de partida las experiencias de los participantes de este estudio.

RESULTADOS

A partir de la recopilación y clasificación de los testimonios de los cinco participantes, se presentan a continuación las reflexiones enmarcadas en los tres bloques mencionados en el apartado anterior: inconvenientes del aula invertida, ventajas de esta metodología y comparación con la escuela tradicional. De este modo, se comentan los puntos de interés de esta investigación a partir de las experiencias del grupo de participantes.

Inconvenientes del aula invertida

El principal inconveniente que han destacado las cinco personas involucradas en este estudio ha sido que no han podido seleccionar el contenido a abordar. Destacan que, a pesar de poder elegir el proceso y los instrumentos para poder llevar a cabo su explicación, han tenido que regirse por las normas que el profesorado ha ordenado. Es así como la escasez de libertad ha resultado desmotivador, ya que consideraban que podrían tener un mayor grado de autonomía a través del uso de este tipo de metodologías. Ha sido el número de directrices, ya impuestas, las que les han hecho ver que no han sido capaces de actuar de forma independiente, sino que se han visto presos de una organización temporal y espacial, ya prevista, sin consultar la opinión del resto.

 

Uno de esos aspectos, que el docente ya ha establecido, son los contenidos a presentar. Han tenido que estudiar esos conceptos e impartirlos, por lo que se han visto sujetos a una serie de ideas que no podían dejar de lado. Es así como su presentación ha girado en torno a una serie de términos que han tenido que esclarecer, pues luego tendrían que realizar un examen. Por tanto, han tenido que construir una especie de unidad para que el resto de discentes pudiesen estudiar de forma memorística el contenido conceptual. Por ello, destacan como otro importante inconveniente la evaluación, pues a pesar de querer realizar presentaciones más dinámicas donde se incluye a todo el alumnado, han tenido que transmitir su tema para luego hacer un examen. Eso ha derivado en una presión por realizar el aula invertida de forma totalmente magistral, ya que de otro modo no sabían cómo transmitir esos conceptos.

 

Por ende, cuatro de los participantes acuerdan que el aprendizaje no se basa en la indagación, sino que están sujetos a las decisiones que ya el docente ha tomado: “Empecé muy motivado porque creía que podría hacer lo que quisiera, probar estrategias dinámicas para hacer actividades diferentes. ¿Pero cómo lo iba a hacer si tenía que dejarles claro a mis compañeros de qué iba mi tema?”, comenta Antonio. El resto de participantes hablan de situaciones parecidas, pues se sentían defraudados por ver que no habían podido decidir en ese proceso previo a la acción. “Yo quería hacer debates, pero si yo daba todas las pistas de los conceptos que teníamos que abordar, poco iban a reflexionar los demás, especifica Helena. Encima con el agobio de tener en la rúbrica de evaluación que durante los minutos de exposición teníamos que mencionar todos los apartados que nos había dado, reflexiona Marta.

 

Aquí se encuentra otro aspecto clave: el rol del profesorado. Si realmente vienen impuestas las ideas previas a la acción y la evaluación, lo único que puede decidir el alumnado es cómo transmitir ese mensaje que le ha tocado. No obstante, limita bastante aquello que se menciona en la evaluación, que en este caso se midió a través de una rúbrica. Si dentro de este instrumento hay apartados que, de algún modo, te están indicando cómo debes hacer la exposición, la libertad es escasa.

 

Sin embargo, Pilar no cree que fuese una mala situación. De hecho, considera que de este modo ha podido trabajar acorde a una serie de directrices. Se le preguntó, en la entrevista, por qué creía que así es más útil y su respuesta fue la siguiente: “útil no es la palabra, pero la realidad es que al final saldremos de la universidad y haremos lo que queramos. Si me dice qué debo hacer, al menos sé cómo sacar una buena nota en la asignatura. Las reflexiones que siguieron a esta respuesta se relacionaron con la poca capacidad que tiene el alumnado universitario de vivenciar nuevas experiencias. Seguimos en el mismo sistema de siempre y en la universidad no es menos. Cuando tienes suerte con el profesor, pues eso que te llevas, pero la verdad es que hay veces en la que te tienes que callar. Finalmente, Pilar llegó a la conclusión de que una gran limitación de este tipo de metodologías viene de la mano del docente, pues puede generar la libertad plena o mantener el mismo camino de siempre.

 

Finalmente, todos están de acuerdo en que encontraron más desventajas que aspectos positivos, pues la situación no fue la más agradable. Además, se dieron cuenta de que la escasez de tiempo jugó en su contra. Mira, si hubiésemos trabajado así durante más tiempo, quizás habría sido diferente. Pero tuvimos que hacer todo en un mes y fue caótico, dice Carlos. Sin acuerdo entre todas las partes es complicado poder llevar a la práctica este tipo de vivencias, sobre todo cuando se intenta realizarla de un día para otro. Debe haber una comunicación entre todas las partes para que realmente se pueda producir un aprendizaje significativo y no mantenerse en la misma línea de siempre. Los cambios son necesarios, pero también hay que pensarlos para que tengan un sentido.

Ventajas del aula invertida

Hemos tenido la suerte de trabajar en grupo, con que dentro de lo malo ha sido más fácil. Sobre todo, porque hemos podido decidir los grupos y estar con gente que ya sabemos que trabaja, menciona Antonio. Están de acuerdo en que la ventaja de esta experiencia fue compartir esos momentos con su grupo. Resaltan la libertad de trabajar con compañeros con los que ya sabían que trabajaban bien, por lo que no fue un proceso complicado.

 

En realidad, no debería ser así. Tendríamos que trabajar con todos, pero llega un punto de cansancio que lo mejor que te puede pasar es que sean personas conocidas. Te divides los apartados y punto, quien necesite ayude que la pida,

 

dice Pilar. La gran ventaja que destacan ha sido poder dividirse el contenido con personas que ya conocen. Muy poco profesional, puede ser, pero efectivo, comenta Marta. Por otro lado, también concuerdan en que, al menos, han podido decidir los instrumentos que han elegido para hablar de ese tema. Yo intenté hacer algo más que una clase magistral. He podido por lo menos hacer una pequeña asamblea después de hablar del tema. Algo es algo, especifica Helena. Dentro del aula invertida, se pueden hacer uso de estrategias diversas que se alejan de la comunicación unidireccional. Por ejemplo, usaron un Scape Room o actividades en pequeños grupos, lo que les permitió experimentar determinados aspectos que querían llevar a cabo. Es así como la creatividad ha podido formar parte de este proceso y han tenido que reflexionar sobre cómo les gustaría construir su sesión. Es importante que el alumnado universitario de educación desarrolle un pensamiento crítico para cuestionarse, constantemente, cómo mejorar.

 

Además, han podido compartir esa creatividad con otros discentes, por lo que todos destacan que el aula invertida debería emplearse de forma colectiva.

 

Creo que de forma individual habría sido horrible. De uno en uno hablando sobre un tema resulta muy aburrido y más cuando tienes poco tiempo. Al poder ser en grupo hemos podido disponer de más minutos y así hacer algo más divertido,

 

menciona Marta. Por tanto, ha existido un feedback continuo entre compañeros de grupo para que lo que estaban diseñando pudiese ser mejorado todo el tiempo. Yo quería pasarlo bien y aprender, con que para eso tenía que empezar yo a hacer algo distinto. Para hacer un PowerPoint, como siempre, mejor no hacer nada. Si tenemos la oportunidad de experimentar, hay que aprovecharlo, se replantea Helena.

 

En general, la gran ventaja es poder realizar estos trabajos con otras personas para ir comentando el proceso e ir enriqueciéndose unos de otros. Además, están de acuerdo en que lo importante es ir más allá de lo de siempre y trabajar con dinámicas que puedan incluir al resto de discentes (Pecci et al., 2024). Por tanto, esa pequeña libertad puede favorecer el clima en el aula y, por tanto, generar más aprendizajes en conjunto.

Comparación con la metodología tradicional

En este último bloque, se recogen las reflexiones del grupo de participantes tras haber experimentado toda su trayectoria académica el sistema tradicional, y la vivencia del aula invertida. El principal eje que todos mencionan es que el profesorado sigue siendo el que toma las decisiones, como en el caso del obsoleto sistema academicista. Aseguran que, para que una metodología realmente sea diferente e incluya al alumnado, debe haber un consenso. Sin ello, es imposible huir del Sistema, que posiciona al docente en la cúspide de la pirámide desde una mirada autoritarita. Además, el hecho de que tengan que impartir clases al resto de discentes no implica que haya innovación, sino un mero cambio de roles. En realidad si te paras a pensarlo, es lo mismo de siempre, pero el que hace el monólogo somos nosotros, dice Helena. Es, por tanto, por lo que afirman que se han sentido como si no hubiese cambiado nada, solo que ellos han impartido la sesión.

 

A su vez, otro apartado que destacan es el tener que realizar un examen después. Se intentó hacer dinámico, pero a la hora de la verdad tuvimos que hacer lo mismo de siempre. Un examen de memoria, comenta Antonio. Es, así, como el aula invertida no implica un cambio, tampoco, en ese sentido, pues acabaron realizando una prueba escrita donde tuvieron que memorizar los contenidos. Por ello, es importante determinar que las nuevas metodologías que se generan no siempre van de la mano de la innovación, ya que muchas de ellas son copias del sistema tradicional, pero con pequeños cambios insuficientes para alcanzar aprendizajes significativos.

En general, lo que más destaca del sistema tradicional es la imposición, el uso del poder de una forma negativa que no tiene en cuenta a los integrantes del contexto educativo. Por tanto, es importante que el futuro profesorado experimente estas metodologías con el fin de no caer en el mismo sistema de siempre. Hay que reflexionar sobre lo que se teoriza, pues muchas veces no tiene conexión con los fines que se consideran necesarios. Siempre había creído que el aula invertida era diferente, pero cuando la usamos me di cuenta de que no, comienza Carlos cuando se le pregunta sobre este bloque y continúa resaltando el valor de ser críticos con nuestras acciones: es que como docentes tenemos mucha responsabilidad. Puedo creer que lo que estoy haciendo está bien y en verdad no. Es muy complicado. Por ello, es esencial que tanto alumnado y profesorado dialoguen y participen en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Así, no se crearán estos conflictos y se generarán debates con el fin de mejorar.

 

CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN

 

Este trabajo responde a su objetivo principal: dirigir la mirada hacia la perspectiva del alumnado universitario de educación sobre la implementación del aula invertida en el aula desde un enfoque fenomenológico heurístico, pero basado en la literatura científica. Se analiza la relación de esta metodología con el sistema tradicional para así comprobar si realmente se puede hablar de innovación educativa o un simple cambio de roles.

 

Esta reflexión, donde se pone de manifiesto la urgencia de reflexionar sobre las acciones que se llevan a cabo dentro del aula (Aguilera-Ruiz et al., 2017), invita a pensar sobre cómo nos dejamos llevar por nuevas tendencias considerando que son mejores opciones. Sin embargo, se convierten en el empleo de las mismas herramientas con distinto nombre. Se mantiene, por tanto, el mismo discurso, pero con argumentos distintos que simulan otro tipo de metodologías.

 

Por consiguiente, se llega a la conclusión, a partir de las experiencias del grupo participante, de que el aula invertida es una forma de seguir manteniendo la comunicación unidireccional, pues los temas no son de interés, sino que se amoldan a las ideas del propio profesorado. A su vez, la técnica que se suele emplear a la hora de llevar a cabo el desarrollo del tema correspondiente sigue siendo obsoleta, y tiene como fin último la aceptación de ideas sin reflexión. Son, por tanto, las técnicas que el propio alumnado implementa las que pueden generar un debate y una participación del grupo de discentes, o el cambio en la propia metodología la que genera el aprendizaje, no el aula invertida en sí, como se puede observar en determinadas investigaciones (Maya et al., 2021; Núñez et al., 2020; Salcines-Talledo et al., 2020; Sandobal et al., 2021).

 

Cabe resaltar que, por consiguiente, son las estrategias las que escapan de la tradición, pero no el aula invertida en sí (Blasco-Serrano et al., 2018). De hecho, no podrá serlo si no es el alumnado quien decide de qué se va a hablar, cómo se llevará a cabo, qué herramientas se emplearán y cómo se podrá estructurar ese tema consensuado y negociado por todos los miembros que conforman el contexto educativo.

 

No obstante, al ser un grupo reducido de personas participantes, y que además han vivido la misma experiencia, es complicado generar teorizaciones globales. Sería interesante partir de otro tipo de contextos para ver si el aula invertida podría ser de interés para alcanzar esa cooperación y esa escuela justa y democrática que se busca (Gladiola et al., 2020). Por ejemplo, como futura investigación, se podría generar este tipo de reflexiones en otro tipo de alumnado, en sesiones diversas, y que en general suelan emplear otro tipo de metodologías que no sea la tradicional (monólogo por parte del profesorado y aceptación por parte del discente).

 

Se debe tener en cuenta que para alcanzar ese objetivo es imprescindible que se consensuen las normas y los temas de los que se van a hablar. Si el trabajo surge de la imposición, la democratización del aula resulta un proceso complejo, por mucho que se cambie de roles. La escuela para todas y todos no puede ir de la mano del aula invertida porque, como en este caso, no implica participación ni pensamiento, sino informar al otro de un tema que ya han decidido por ti.

 

Como conclusión, el alumnado universitario cuyo futuro es ser docente en aulas de cualquier etapa educativa debe ser consciente de la importancia de su rol. No se pueden aceptar metodologías por el mero hecho de tener la etiqueta de innovadora porque si en la práctica se mantienen las mismas características injustas, no se genera ningún tipo de transformación en las aulas. Por ello, es importante que, desde el primer año de grado, se aprenda a pensar, y se centre en construir reflexiones teniendo en cuenta tanto los valores democráticos como la justicia social. Solo pensando se puede avanzar.

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