El aporte de los jóvenes universitarios cubanos en la lucha contra la Covid-19

 

 

Karel Antonio Rodríguez Zuñiga

Universidad de Holguín. Holguín, Cuba.

https://orcid.org/0000-0003-2261-3484

karel1rodriguezzuniga@gmail.com

 

Daniela Villanueva Rivas

Universidad de Holguín. Holguín, Cuba.

https://orcid.org/0000-0001-7098-7769

danielavillanuevarivas@gmail.com

Camila Escobar Primo

Universidad de Holguín. Holguín, Cuba.

https://orcid.org/0000-0003-1570-0563

escobarprimoc@gmail.com

 

RESUMEN

El artículo expone las experiencias de dos estudiantes de la carrera Marxismo Leninismo e Historia en el enfrentamiento contra la Covid-19, en “zona roja”. La pandemia las obligó a pensar sobre “quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos”, reflexiones filosóficas que enfrentan al ser humano sobre el sentido de su vida y el lugar que ocupan como jóvenes, así como el sentido de la identidad y el cumplimiento de sus deberes. De una idea inicial acerca de qué podían aportar, fue cristalizando en la práctica social, en las expresiones de los conciudadanos y compañeros, en la revisión del deber revolucionario, el siguiente problema: Qué aportes nos proporcionó como jóvenes estudiantes de carreras pedagógicas universitarias la actuación en la primera línea de lucha ante los embates de la pandemia.

Palabras clave: Aporte educacional, comunismo, Covid-19, Cuba, doctrina política, educación, estudiante universitario, filosofía, marxismo, pandemia, socialismo. 

 

The contribution of young cuban university students in the fight against Covid-19

ABSTRACT

This paper exposes the experiences of two students of the Marxism, Leninism and History degree in the confrontation against Covid-19, in the “red zone”. The pandemic forced them to think about “who we are, where we come from and where we are going”, philosophical reflections that confront human beings about the meaning of their life and the place they occupy as young people, as well as the sense of identity and fulfillment of their duties. From an initial idea about what they could contribute, the following problem crystallized in social practice, in the expressions of fellow citizens and colleagues, in the review of revolutionary duty: What contributions did the performance provide us as young students of university pedagogical careers on the front line of the fight against the onslaught of the pandemic.

Keywords: Educational contribution, communism, Covid-19, Cuba, political doctrine, education, university student, philosophy, Marxism, pandemic, socialism.

A contribuição dos jovens estudantes universitários cubanos na luta contra a Covid-19

Resumo

O artigo expõe as experiências de dois estudantes do curso de Marxismo, Leninismo e História no enfrentamento à Covid-19, na “zona vermelha”. A pandemia obrigou-os a pensar “quem somos, de onde viemos e para onde vamos”, reflexões filosóficas que confrontam o ser humano sobre o sentido da sua vida e o lugar que ocupam enquanto jovens, bem como o sentido de identidade e cumprimento de seus deveres. A partir de uma ideia inicial sobre o que poderiam contribuir, o seguinte problema cristalizou-se na prática social, nas expressões dos concidadãos e colegas, na revisão do dever revolucionário: Que contribuições a atuação nos proporcionou enquanto jovens estudantes das carreiras pedagógicas universitárias? na linha da frente da luta contra o ataque da pandemia.

Palavras-chave: Contribuição educacional, comunismo, Covid-19, Cuba, doutrina política, educação, estudante universitário, filosofia, marxismo, pandemia, socialismo.

INTRODUCCIÓN

A partir del 11 de marzo del 2020 nuestro país, Cuba, se vio sumido en un hecho inédito para las generaciones actuales, nuestros padres y abuelos: un virus movilizó las acciones de las autoridades, el Ministerio de Salud Pública, todas las personas se conmocionaron. La Organización Mundial de la Salud declaró la Covid-19 una pandemia. Parecía que la naturaleza tomaba venganza de la acción humana sobre ella, como alertó Engels (1981) en su obra El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. La humanidad se vio amenazada de una manera comparable a una guerra mundial.

Inicialmente vimos el fenómeno desde lejos (Escambray, 2020). Pero una vez que se suspendió el curso escolar y comenzamos la educación superior y general virtual, nos percatamos de la magnitud del fenómeno, que fue creciendo para la humanidad a medida que pasaron los días. La pandemia nos obligó a reflexionar sobre el sentido de la vida y el lugar que ocupamos como jóvenes, el sentido de la identidad y hacia donde nos conducimos. En este sentido apelamos a las lecciones de Martí, Mella y Fidel quienes junto a nuestros héroes nos mostraron el camino. Al realizarse las convocatorias para diferentes tareas, primeramente, reflexionamos sobre nuestro aporte personal como estudiantes de carrera pedagógica y en especial de Marxismo Leninismo e Historia. Una vez involucrados en tareas de diferente complejidad y riesgo, el problema tomó otro curso menos cotidiano, más teórico, en el sentido que pudimos aplicar los conocimientos adquiridos en los primeros años de la carrera tanto los referidos a la Historia, como a la teoría filosófica y económica del marxismo.

El problema tomó un giro total: en vez del que llevábamos en mente apareció otro que fue cristalizando en la práctica social, en las expresiones de nuestros conciudadanos y compañeros, en la revisión de nuestro sentido de la vida, quedando diseñado así: ¿Qué aportes nos proporcionó como jóvenes estudiantes de carreras pedagógicas universitarias la actuación en la primera línea de lucha ante los embates de la pandemia?

1. UNA VISIÓN EMPÍRICA

Los métodos teóricos, empíricos, permitieron establecer un análisis de la labor desplegada por los jóvenes universitarios en las tareas de impacto. Ante el llamado a los jóvenes con el objetivo de apoyar la lucha contra la covid- 19 y constituir contingentes en las diferentes trincheras para el enfrentamiento de la pandemia que tantas vidas le ha cobrado a la humanidad, nos incorporamos de inmediato.

En los primeros momentos, la juventud universitaria estuvo en el control y organización de las colas, en lo personal, esta tarea nos aportó mucho, como futuro profesional de educación en Marxismo-Leninismo e Historia, porque por su contenido social, nos ofreció la posibilidad de interactuar con todo tipo de personas con diferentes modos de pensar, distintos niveles culturales… lo cual contribuyó a comprender más las necesidades de la población y anteponer antes que nuestros intereses individuales, los intereses comunes.

Además de organizar y controlar todo lo referente a las colas, se hacía trabajo político con esas personas que llegaban a desorganizar y alterar el orden. Distintas son las experiencias en torno a estas situaciones. Explicábamos el porqué de los problemas que generaba el bloqueo de Estados Unidos contra nuestro país, también.

Concluida la tarea anterior, dimos nuestra disposición para cumplir tareas en la zona roja (lugar con alto riesgo para la vida, que para trabajar en ella hay que tomar un gran número de medidas de seguridad y protección, lugar donde se tuvieron a los pacientes infectados con coronavirus): la primera tarea en zona roja fue en la sede Manuel Fajardo de la Universidad de Holguín, donde las experiencias son numerosas e inolvidables.

2. RESULTADOS

Todos los comienzos son un poco difíciles y más cuando no tienes idea de lo que vas hacer, sumado a eso: por todos lados te están diciendo los riesgos a los que te vas a enfrentar, y sabes que si saltas un paso o violas una de las medidas puedes convertirte de voluntario a paciente, pero decides olvidarte de todo, sacar la capa de superhéroe con la que jugabas en tu infancia y dar el sí, y es aquí donde empieza toda la aventura.

Llegas y descubres que no tienes que tener renombre para lo que vas hacer, que no importan títulos u oficios; allí todos somos iguales, todos somos voluntarios que unidos al ejército de batas blancas queremos quitarle protagonismo a la Covid-19. Recordábamos aquellas burlas y bromas de infancia que les hacían a las tías de limpieza o al jardinero, o personas que por su bajo nivel escolar se marginaban hasta cierto punto, una vez dentro cuando teníamos que cumplir los gajes de esas personas, nos percatamos cuán importante son dentro de la sociedad.

Los primeros momentos son incómodos, debes despojarte de tu ropa y convertirte casi en astronauta, por el cúmulo de ella que teníamos que ponernos para poder entrar en la llamada zona roja. Aunque el sudor era incontenible y la vista se nos nublaba, sabíamos que era necesario dar el extra y cumplir la totalidad del protocolo de bioseguridad.

Este primer contacto con la pandemia nos hizo comprender el esfuerzo tan grande que estaba realizando nuestro país para garantizar la salud de todo el pueblo, lo cual solo es posible gracias a nuestro sistema de salud pública, en los días de enfrentamiento directo. Las jornadas de trabajo eran muy intensas, el agotamiento físico tocó a nuestras puertas.

Con la convicción de resistir y vencer pudimos cumplir con dignidad la tarea que nuestra Revolución nos encomendó. El cumplimiento de esta misión aportó valiosas experiencias a cada uno de los jóvenes involucrados en dicha tarea. Nos hizo comprender la necesidad de cuidar nuestra Revolución al precio que sea necesario y el valor de la idea que expresó Fidel a los jóvenes el 13 de marzo de 1991:

Voy a decir algo, con el deseo de que ninguno de ustedes lo olvide. La Revolución, la independencia del país, la libertad del país, el honor del país, la fuerza del país no es nadie, sino cada uno de ustedes. Yo digo que esta idea es muy importante. Cada uno de ustedes debe decir: ¡Yo soy la Revolución!, ¡yo soy la independencia del país!, ¡yo soy el honor del país!, ¡yo soy la fuerza, el ejército del país! (Castro, 1991).

Entendimos la necesidad de trasmitir cada una de estas experiencias vividas a las futuras generaciones como profesionales de la educación, para que comprendan el porqué la juventud cubana es y si será continuadora de la obra revolucionaria, la necesidad del estudio de esta historia actual como forma de enseñanza y aprendizaje para aquellas generaciones a las que nos tocara la misión de enseñar e inculcar valores patrios.

En esta etapa se han escrito páginas de glorias y de victorias porque esta juventud demostró con acciones y actos de valentía que somos continuidad histórica. Al estar en la zona roja pudimos ver con claridad y más de cerca, todas las consecuencias del virus al ver a las mujeres con niños y a las personas de la tercera edad con el riesgo de haber contraído la covid. Fue impresionante ver a los niños con ganas de jugar, saltar, correr y no poder salir de esas cuatro paredes. Todo aquello nos sensibilizó aún más, lo que conllevó a que, desde la distancia prudente, y con todas las medidas de protección, hiciéramos acciones de divertimento para estimular su buen estado de ánimo: un payaso, chistes. También hacíamos nuestra función de educadores, y tratábamos temas de nuestra historia.

Una experiencia muy linda fue con una niña de primer grado. A la pregunta: “¿tú conoces a Fidel?”, contestó bien segura: “sí, ese es el padre de todos los cubanos”. Al resto de los niños le explicábamos la importancia de ser como Fidel y la necesidad de conocer sus valores éticos y humanos, y como para nuestro comandante los niños eran muy especiales, al igual que para Martí, ya que él dirigió la Revolución para ofrecerles la felicidad.

Con los abuelitos las experiencias fueron inolvidables ya que ellos cada vez que entraba a zona roja siempre nos recibían con palabras de agradecimiento. Con ellos discutíamos los temas de actualidad, para que estuvieran informados de lo que acontecía en Cuba y el mundo. Ellos nos dieron lecciones de historia cuando hablábamos de estos temas: sus experiencias de la crisis de octubre, de Girón, los discursos de nuestro comandante en jefe, los días del periodo especial. Aprendimos que hay que abundar más en las vivencias de nuestro pueblo acerca de la etapa de la Revolución en el poder. Decenas de héroes anónimos caminan a nuestro lado, son vecinos nuestros, y de los estudiantes de cualquier nivel, y no siempre se aprovechan esas potencialidades para conocer una historia viva. Con las personas de la tercera edad conocimos acontecimientos de la historia, que no están reflejados en las bibliografías, acontecimientos en la historia de nuestra Revolución que se desarrollaron cuando ellos eran jóvenes.

Los abuelos decían que la pandemia vino a probar a la juventud a ver si estaban preparados para defender, al precio que sea necesario, las conquistas alcanzadas a lo largo de estos años de Revolución. Pudimos decirles y mostrarles que la juventud cubana es y será siempre un eterno Baraguá, que la generación histórica y la dirección del país siempre podrá contar con los jóvenes para cualquier tarea, que estaremos a la altura de la tarea asignada. Todas las personas que estuvieron aisladas nos agradecieron nuestra atención y nuestro trato para con ellos. El mejor reconocimiento recibido fueron palabras de reconocimiento y la satisfacción de cumplir con el deber de servir a la Revolución y al socialismo.

Culminada la misión, nuestros familiares nos esperaban con muchas ganas de vernos, ya que se quedaron muy preocupados porque sabían que poníamos en riesgo la vida, pero a la vez sabían que ibamos a cumplir un deber sagrado. Ese encuentro fue inolvidable, porque mostraron orgullo por nuestra actitud, en especial nuestros padres, que constituyen guía y el ejemplo, pues en su juventud y hasta nuestros días han estado en la primera línea de la patria.

Después de varios días de descanso en la casa se nos contactó para de nuevo trabajar contra la pandemia, pero ahora en la primera línea del combate. Esta vez sería un combate cuerpo a cuerpo en el Hospital Militar de Holguín. En esta zona roja de igual manera que en la anterior son innumerables las experiencias, ya sea con el personal de salud o con los pacientes. La primera vez en sala con pacientes positivos al virus, nos dio un poco de temor, pero nada que no se pudiera superar. Todos los días en la mañana entrábamos a los cubículos a realizar las labores de limpieza, siempre ofreciendo palabras alentadoras a los pacientes. Uno de esos días de intenso trabajo donde el agotamiento tocaba a nuestra puerta, los propios pacientes nos daban ánimo y en muchas ocasiones nos aplaudían el trabajo y nos daban las gracias por tan noble y humana tarea. El primer aplauso estremeció el alma y esto provocó que las lágrimas corrieran por nuestras mejillas.

 Los profesionales de la salud se nos acercaban a darnos las gracias por nuestro apoyo y contribución a la lucha contra la Covid-19. Siempre les recalcábamos la necesidad de que todos los jóvenes cubanos se comprometieran a la lucha contra la pandemia.

Uno de los recuerdos más tristes en la zona roja del Hospital Militar es cuando ingresaron una niña de unos 12 años con leucemia, y estaba positiva al virus. Cuando vimos que la trasladaban a terapia nos atormentamos mucho al ver una niña con tan pocos años de vida pasando junto a su familia por ese dolor. Pero para alegría de todo el colectivo que allí trabajaba, la niña salió de alta, y negativa al virus. Eso nos hizo entender una vez más el valor incalculable que tiene la salud publica cubana, al ver la entrega de los profesionales de la salud y todo el esfuerzo que realizan para salvar las vidas de estas personas, lo cual nos permitía comprometernos aún más con la tarea.

A esta misión fuimos con la idea de que nuestro aporte personal sería extraordinario, de que pondríamos en alto el papel de los jóvenes universitarios. Sin embargo, fue más lo que nos aportó en el orden personal y de miembros de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU):

-Nos hizo más conscientes del esfuerzo de nuestro país para brindarle una atención médica de calidad al pueblo, a pesar del bloqueo.

- Pudimos ver de cerca el dolor humano y los peligros reales que implica la Covid-19.

-Nos sirvió para conocer de cerca que los protagonistas de la Historia están a nuestro lado, en disímiles profesiones y oficios, todos dignos de admirar y estudiar.

-Nos ayudó a admirar los conocimientos históricos de la Tercera edad que nos motivaron a profundizar en la Historia de la Revolución Cubana desde las fuentes orales que nos rodean.

-Nos favoreció un desarrollo personal y un crecimiento como personas y como jóvenes revolucionarias, una preparación política e ideológica, y la convicción de que no hay tarea, por difícil que sea, que no se pueda cumplir. Esta experiencia nos confirmó que la juventud es continuidad y que puede asumir cualquier obra.

Del Hospital Militar salimos más comprometidos con nuestro sistema social socialista, construimos no un equipo de trabajo, sino una familia que dejó de ver sus intereses individuales por los comunes, se puso en primer lugar la necesidad de conquistar la salud de los pacientes… que desde el primer momento esa fue la primera y única prioridad.

Por tercera vez nos incorporamos a otra zona roja, nuevamente en el Hospital de campaña en la sede Manuel Fajardo de la Universidad. Aquí, al igual que en las ocasiones anteriores, pasamos muchas horas de trabajo, pero siempre con la satisfacción de cumplir con un deber de amar a este país como a uno mismo. Esta enfermedad no tiene rostro y como sabemos por los partes de Salud, la mayoría de los infectados son asintomáticos; más de una vez presenciamos algún que otro paciente con no muy buen semblante y al día siguiente era todo lo contrario a lo que imaginamos, pues este era PCR negativo, mientras el más vivaracho era el positivo. Allí aprendimos a darle mucho más valor a las cosas y tuvimos la oportunidad de trabajar con personas maravillosas como los de cocina-comedor, que en más de una ocasión nos pidieron que, al subir, buscáramos el contacto de la madre que entraba con niños muy pequeños, para saber qué comida le gustaría que le hicieran a su bebé.

Cuando leíamos la carta de un paciente que se retiraba para su casa, nos subían las motivaciones, tanto como cuando nuestras tropas en Angola escucharon las de nuestro comandante. Pasar fechas importantes allí dentro se convirtió en algo normal, porque sabíamos que estábamos, sin pretenderlo, haciendo historia junto a nuestros galenos y cada joven que ha entrado a zona roja da una muestra al mundo de que aquí somos continuidad, que en nuestras escuelas se inculcan valores, que la solidaridad ya es parte de la idiosincrasia del cubano.

Todos los jóvenes de nuestro país pusieron en práctica una de las disímiles ideas del Comandante en Jefe Fidel Castro (1962) a los jóvenes en una de las conmemoraciones por el Asalto al palacio presidencial que protagonizó la FEU:

Creer en los jóvenes no es ver en los jóvenes a la parte del pueblo simplemente entusiasta, no es ver en los jóvenes a aquella parte del pueblo entusiasta pero irreflexiva, llena de energía, pero incapaz, sin experiencia. Creer en los jóvenes no es ver a los jóvenes simplemente con ese desdén con que muchas veces las personas adultas miran a la juventud. Creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria! ¡Amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas!

Todas estas tareas y misiones laS cumplimos sin dejar de lado nuestras obligaciones estudiantiles, aprovechando las posibilidades que nos brinda el desarrollo de la tecnología y las comunicaciones (a través de la Plataforma Moodle de la Universidad, de WhatsApp, del correo electrónico), que nos permiten estudiar, resolver las guías de estudio en cualquier lugar que nos encontrábamos. Implicaron un doble esfuerzo por nuestra parte, debido a las largas jornadas de trabajo en el día. Pero ese esfuerzo de estudiar hasta altas horas de la noche para poder cumplir a tiempo con las tareas docentes ha sido recompensado con el reconocimiento de los enfermos, de la familia, de la comunidad, de nuestro profesores y compañeros de aula, que se han ofrecido a darle continuidad a ese gesto de humanismo que nos enseñaron desde pequeños.

Le concedemos gran importancia a trasmitir nuestras experiencias a nuestros compañeros de aulas y futuros estudiantes, para que comprendan de una mejor manera el estudio de la historia actual, con el objetivo de fomentar la preparación política e ideológica e inculcar los valores patrios y humanos en nuestros futuros estudiantes. Ha sido una experiencia única que hemos podido unir a nuestras responsabilidades en la comunidad. Estas tareas las asumimos con orgullo y la satisfacción de ser útiles a los demás; estamos viviendo momentos de hacer y de estudiar para ofrecer suficientes argumentos en defensa de nuestros ideales socialistas. Este es nuestro Moncada, nuestra lucha Clandestina, nuestro Granma, nuestra Sierra, nuestro Girón. Por todo esto siempre que la patria nos convoque diremos presente.

 

3. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN

 

A esta misión fuimos con la idea de que nuestro aporte personal sería extraordinario, de que pondríamos en alto el papel de los jóvenes universitarios. Sin embargo, fue más lo que nos aportó en el orden personal.

Nos hizo más conscientes del esfuerzo de nuestro país para brindarle una atención médica de calidad al pueblo, a pesar del bloqueo. Pudimos ver de cerca el dolor humano y los peligros reales que implica la Covid-19.

Nos sirvió para conocer de cerca que los protagonistas de la historia están a nuestro lado, en disímiles profesiones y oficios, todos dignos de admirar y estudiar. Nos ayudó a admirar los conocimientos históricos de la tercera edad que nos motivaron a profundizar en la Historia de la Revolución Cubana desde las fuentes orales que nos rodean.

Nos favoreció un desarrollo personal y un crecimiento como personas y como jóvenes revolucionarias, una preparación política e ideológica, y la convicción de que no hay tarea por difícil que sea que no se pueda cumplir. Esta experiencia nos confirmó que la juventud es continuidad y que puede asumir cualquier obra, como leímos en este ensayo previamente.

BIBLIOGRAFÍA

 

Castro, F. (1962). Discurso pronunciado en el acto homenaje a los mártires del asalto al Palacio Presidencial, en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 13 de marzo de 1962.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos

Castro, F. (1991). Discurso pronunciado en el acto estudiantil con motivo del XXXIV Aniversario del Asalto al Palacio Presidencial y a Radio Reloj, efectuado en el antiguo Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1991. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos

Engels, F. (1981). Dialéctica de la Naturaleza. Editorial Progreso.

Escambray. (9 de junio de 2020). Diario de la pandemia. Cronología de la COVID-19 en Cuba. Escambray. https://www.escambray.cu/especiales/coronavirus/cronologia/