El genocidio sobre Gaza como máxima expresión del neosionismo en Palestina

 

Antonio Basallote Marín

Universidad de Sevilla, Estado español

https://orcid.org/0000-0001-9823-3619

abasallote@us.es

 

RESUMEN

 

En octubre de 2023, el ejército israelí inició una campaña de genocidio en el contexto de diecisiete años de bloqueo y ocupación efectiva de la franja de gaza, convertida en un enorme campo de hacinamiento humano y objeto de bombardeos frecuentes desde 2007. El ataque de Hamas el 7 de octubre se convirtió en un casus belli para el gobierno israelí y su ejército de ocupación, pero la descomunal violencia ejercida sobre Gaza y sobre toda su población debe estudiarse en el contexto de acción de una ideología fundamentalista nacionalista y religiosa, denominada neosionismo. Consideramos la guerra genocida sobre Gaza como última consecuencia práctica de dicha ideología. Esta deriva radical del sionismo llevada a su extremo explica en buena medida las masacres cotidianas en Gaza, así como el recrudecimiento de la violencia del movimiento colono y del ejército ocupante en Jerusalén Este y en Cisjordania. Así, nuestro objetivo es analizar la violencia en Palestina en su debido contexto, en especial el contexto ideológico del que deriva.

Palabras clave: Gaza, genocidio, Palestina, sionismo, neosionismo.

 

The genocide on Gaza as the maximun expresion of neozionism in Palestine

ABSTRACT

 

In October 2023, the Israeli army began a campaign of genocide in the context of seventeen years of blockade and effective occupation of the Gaza Strip, converted into a huge human overcrowding camp and subject to frequent bombings since 2007. The Hamas attack on October 7 became a casus belli for the Israeli government and its occupation army, but the enormous violence exerted on Gaza, and its entire population, must be studied in the context of the action of a nationalist and religious fundamentalist ideology, called neo-Zionism. We consider the genocidal war on Gaza as the last practical consequence of this ideology. This radical drift of Zionism taken to its extreme largely explains the daily massacres in Gaza, as well as the escalation of violence by the settler movement and the occupying army in East Jerusalem and the West Bank. Thus, our objective is to analyze violence in Palestine in its proper context, especially the ideological context from which it derives.

Keywords:  Gaza, Genocide, Palestine, Zionism, Neozionism.

 

O genocídio de gaza como expressão máxima do neo-sionismo na Palestina

RESUMO

 

Em Outubro de 2023, o exército israelita iniciou uma campanha de genocídio no contexto de dezassete anos de bloqueio e ocupação efectiva da Faixa de Gaza, convertida num enorme campo de superlotação humana e sujeita a bombardeamentos frequentes desde 2007. O ataque do Hamas em 7 de Outubro tornou-se um casus belli para o governo israelita e o seu exército de ocupação, mas a enorme violência exercida sobre Gaza e toda a sua população deve ser estudada no contexto da acção de uma ideologia nacionalista e fundamentalista religiosa, chamada neo-sionismo. Consideramos a guerra genocida em Gaza como a última consequência prática desta ideologia. Esta tendência radical do sionismo levada ao extremo explica em grande parte os massacres diários em Gaza, bem como a escalada de violência por parte do movimento de colonos e do exército ocupante em Jerusalém Oriental e na Cisjordânia. Assim, nosso objetivo é analisar a violência na Palestina em seu contexto próprio, especialmente o contexto ideológico do qual ela deriva.

Palavras-chave: Gaza, genocídio, Palestina, Sionismo, neo-sionismo.

 

 

INTRODUCCIÓN

Los medios de comunicación de Israel han pretendido erigir el 7 de octubre de 2023 en su particular “11 de septiembre[1],” para declarar, como hicieran los Estados Unidos, una fraudulenta “guerra contra el terror,” que sirviera de “cheque en blanco” contra toda la población palestina en los Territorios Palestinos Ocupados. Sin embargo, y sin restar un ápice de repulsa al terror causado por Hamas ese día en Israel, no podemos obviar el contexto específico de violencia en el que se produjo. La milicia de resistencia armada HAMAS (acrónico árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) llevó a cabo un ataque brutal contra soldados y civiles israelíes, resultando en una gran matanza el 7 de octubre de 2023. Así mismo, hizo rehenes a más de 200 personas, entre soldados y civiles.

Por su parte, el ejército israelí, tras asesinar a los milicianos que habían sorteado el muro y el sistema militar que encierra a la población palestina de Gaza, continuó con una campaña militar basada en “la destrucción y no en la precisión” (MacKernan & Kierszenbaum, 2023). Además, desde el 7 de octubre de 2023, hasta el 17 de abril de 2024, diferentes ONGs sobre el terreno denunciaron que el ejército israelí había secuestrado a miles de palestinos/as (8.300 sólo en Cisjordania) (Nashed, 2024)

Por último, para comprender la dinámica de violencia y dicho contexto específico, hay que considerar un marco histórico mayor, y analizar algunos hitos claves que ayuden a comprender la situación actual. Por ello, situamos la campaña genocida contra Gaza -y el aumento de la violencia colona y militar contra Cisjordania y Jerusalén Este-, en el contexto histórico e ideológico del sionismo y su expansión territorial desde la creación del Estado de Israel. En especial, veremos como el discurso sionista llevado a la práctica explica tanto la expansión territorial israelí como la violencia cotidiana contra la población palestina. Así mismo, la deriva fundamentalista religiosa del sionismo a partir de 1967, y en especial la hegemonía del neosionismo en las últimas 2 décadas (Jamal, 2018), se corresponde con el aumento significativo de dicha violencia, con el genocidio sobre Gaza como máximo exponente.

Breve contextualización histórica

El colonialismo europeo, y de forma destacada el franco-británico, contribuyó de manera decisiva a la configuración geográfica, política y socioeconómica del Mashreq u Oriente Próximo. A su vez, desde principios del siglo XX, en el contexto de ese colonialismo, y en vísperas de la Primera Guerra Mundial, entró en escena el sionismo, que se convertiría en la ideología más determinante y decisiva, por encima de otras locales (como el nacionalismo árabe o el islamismo), en el devenir histórico de la región palestina y de su población nativa (Basallote, 2022). Si bien la colonización sionista de Palestina comenzó en 1882, es a partir de la segunda aliya (1904-1914), cuando comienza la “colonización blanca” (Izquierdo, 2006, 2011) o colonialismo de asentamiento (Collins, 2012). Con este colonialismo de sustitución de la población nativa por la alóctona (Wolfe, 2006), el movimiento sionista adoptó los conceptos e ideas de “Kibush Avodah” (conquista del trabajo) y “Avodah Ivrit” (trabajo hebreo), sentando las raíces de la exclusión de la población árabe y las raíces del posterior apartheid, y el movimiento político-social y paramilitar derivado de una ideología nacionalista emergida en Europa que, así, está constituida en todas sus dimensiones.

La descomunal violencia y destrucción que actualmente aflige la franja de Gaza comenzó el 9 de octubre de 2023, tras el ataque masivo sobre Israel de algunas milicias de la resistencia armada palestina, principalmente Hamás. Así lo han reportado constantemente los mass media internacionales, pocas veces contextualizando dichos ataques. Consideramos que tanto la cobertura mediática como el análisis histórico o político de dichos hechos debe ser claramente explicado en su contexto. Así, no hay que olvidar los 17 años de bloqueo y ocupación por tierra, mar y aire a los que la franja de Gaza venía siendo sometida, por no hablar de las operaciones de bombardeos masivos desde 2008. Así mismo, el hacinamiento y la proliferación de campos de refugiados (la mitad de la población de Gaza es refugiada) proviene de la primera Nakba (1948) y de la limpieza étnica en torno al establecimiento del Estado de Israel sobre el resto de las tierras palestinas.

Por ello, nunca debe obviarse la consideración de la ideología sionista y su consiguiente movimiento político-militar y colonizador como cristalina e inequívoca raíz del “conflicto” que perdura (Basallote, 2015, 2017). El establecimiento del Estado de Israel y la posterior expansión territorial del mismo, con la ocupación militar de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este (además del Golán sirio), constituyen los hitos clave del proyecto colonial sionista. Un colonialismo de asentamiento (Collins, 2012) o de sustitución (Wolfe, 2006) que sigue vigente y que constituye una violencia directa, simbólica y estructural (Galtung, 1969) contra la población nativa palestina. A continuación, esbozamos los hechos fundamentales de dicho proyecto.

Entre 1882, cuando se establece la primera colonia sionista, y 1948, la historia de Palestina es, sobre todo, la crónica de la implantación de un movimiento colonial de origen europeo, mayoritariamente mediante la usurpación y acaparamiento de tierras para dichas colonias de asentamiento. En noviembre de 1947, Palestina sería propuesta para una división por la ONU mediante la Resolución 181 del Consejo de Seguridad. La propuesta de partición atribuía un 54% del territorio para la comunidad judía sionista proveniente de Europa y Rusia desde 1882 -sobre todo desde 1904-, aunque sólo era propietaria de un 5,8% de la tierra (Pappé, 2008, p. 41), y en la que había un 48% de palestinos, y el 46% restante para la población árabe nativa, que por entonces constituía el 75% de la población total (Weinstock, 1970, p. 322; Pappé, 2008, p. 47), con Belén y Jerusalén bajo control internacional (Pappé, 2007, 2017). Desde 1949, fecha en la que Israel consigue expandir su territorio hasta el 78% del total de la Palestina delimitada en el Mandato, hasta 2023, cuando más de 600.000 colonos israelíes habitan los Territorios Palestinos Ocupados (TPO), la historia de Palestina es la de la expansión territorial de dicho Estado mediante varias guerras y por medio de la construcción de un muro que se anexiona aproximadamente el 10% de Cisjordania; así como de un progresivo proceso de expulsión de buena parte de la población nativa. En la actualidad, los Territorios Ocupados de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este constituyen apenas un 20% de la Palestina delimitada en 1921 durante el Mandato Británico (1921-1948). Ese 20% de tierra, está formado por tres entidades territoriales inconexas, ocupadas militarmente y colonizadas desde 1967, con lo que la autonomía real se limita a algunos núcleos urbanos donde los palestinos viven, por lo general, en condiciones muy precarias. A esto hay que añadir que el Muro, que lleva construyéndose desde 2002, se ha anexionado aproximadamente un 10% de Cisjordania (Basallote, 2022a; Escudero, 2006).

METODOLOGÍA Y MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL

La metodología utilizada es de análisis cualitativo, basado en la observación de la violencia en distintas estancias en el territorio entre 2010 y 2012, y en el análisis documental de fuentes primarias y secundarias, que ha incluido una abundante bibliografía especializada. Nos hemos fundamentado en los informes y documentos oficiales de organizaciones internacionales como la OCHA (Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU), y de la Corte Internacional de Justicia, y en el trabajo de campo de ONG palestinas, israelíes, e internacionales, como la organización de Derechos Humanos B´tselem, o Amnesty International (2017), entre otras. En ese sentido, ha sido fundamental el informe de la Relatora Especial para los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Anatomy of a Genocide (Albanese, 2024), y la demanda de Sudáfrica a Israel ante la Corte Penal Internacional. Así mismo, realizamos una revisión bibliográfica especializada en la Historia de Palestina e Israel, y del sionismo y el neosionismo. Por último, dada la vigencia y actualidad del proceso histórico, ha sido necesario recurrir a fuentes hemerográficas.

Respecto al marco teórico y conceptual, hay cuatro paradigmas y marcos teóricos que consideramos esenciales para identificar, analizar con rigor, y comprender, el pasado y el presente de Palestina. Son cuatro enfoques tan pertinentes como compatibles y complementarios entre sí.

El colonialismo de asentamiento.

Los estudios sobre el colonialismo de asentamiento (settler colonialism) como una forma específica y diferenciada del colonialismo de metrópoli comienzan a desarrollarse, según el historiador Lorenzo Veracini (2013), a mediados de la década de 1990. En este caso, no existe una metrópoli en un país de origen, ni se usa mano de obra nativa, sino que el grupo humano exógeno tiende a desplazar y a sustituir o reemplaza permanentemente a la población nativa (Wolfe, 2006), ocupando sus territorios, en lo que no constituye un acontecimiento coyuntural sino una estructura permanente (Cavanagh & Veracini, 2016, p. 29).

Ya en 1973, el historiador francés Maxime Rodinson escribió: Israel: A Colonial Settler-State? Pero es, sobre todo, a partir de la década de 1990, cuando autores palestinos y, posteriormente, el autor australiano Patrick Wolfe (2006, pp. 388-390), Lorenzo Veracini (2007), el autor israelí Marcelo Svirsky (2012), y algunos autores palestinos (Sabbagh-Khoury, 2022)… comenzaron a aplicar este paradigma al sionismo y a la cuestión palestina-israelí.

Limpieza étnica

“Al-Nakba” (catástrofe o desastre) es el nombre en árabe con que los palestinos y las palestinas conocen un proceso que tiene el 15 de mayo de 1948 como fecha de referencia y simbólica del expolio y las masacres que sufrieron. Fue entonces cuando las milicias paramilitares colonas Irgún, el Lehi, el Palmach y la Haganá, facilitaron la creación, por la fuerza, del Estado de Israel sobre Palestina. El proceso había comenzado en 1882 con la implantación de la primera colonia sionista, tras gestarse durante décadas una nueva ideología en Europa: el sionismo. Desde entonces hasta hoy, se ha producido un proceso constante de ocupación, colonización de tierras y persecución contra la población palestina que algunos autores han llamado al-Nakba al-Mustamirra (La Nakba “continua”) (Ashrawi, 2002; Khoury, 2012).

En la década de 1980, Israel hubo de abrir los Archivos Sionistas Centrales, que incluían los archivos Ben Gurión, los de la Haganá y los del Palmach, con lo que se pudieron documentar minuciosamente dichas masacres y, sobre todo, algunos historiadores concluyeron que se había cometido una limpieza étnica. Aunque ya existían obras palestinas -por ejemplo, de Constantin Zurayq (1956), Walid Khalidi (1988 y 2005), Arif al Arif (1956-1962) y Sami Hadawi (1967)-, que trataron la cuestión de la expulsión de los palestinos, hubo que esperar a que fueran judíos israelíes quienes aportaran los resultados de sus estudios, a la luz de los archivos sionistas desclasificados, a principios de la década de los 80 (Basallote, 2022a; Warchawsky, 2002, p. 36).

La obra más destacada sobre la documentación de dicha limpieza étnica es The Ethnic Cleansing of Palestine, del historiador israelí Ilán Pappé (2006). La obra se centra en la elaboración y ejecución por parte de la cúpula dirigente sionista y sus milicias de un plan (el Plan Dalet)[2] para la expulsión de entre unos 750.000 palestinos y palestinas, que constituían más de la población autóctona o nativa de lo que hoy es Israel. Así mismo, dicha limpieza étnica supuso la destrucción de entre 530 (Abu-Sitta, 2004) y 613 localidades palestinas (Bronstein & Merza, 2023). Junto a estas obras cabe destacar la de Nur Masalha (2012), Nakba, limpieza étnica, lucha por la historia.

En la actualidad, parece que la expulsión de personas palestinas en Gaza no sólo es mayor sino, de nuevo, claramente intencionada, y acompañada de masacres de civiles. El pasado 13 de octubre de 2023, el Ministro de Inteligencia israelí propuso un plan de “transfer” o expulsión forzosa de los 2,3 millones de palestinos/as de Gaza (Teibel, 2023), es decir, lo que significaría la limpieza étnica[3] de toda la población palestina de dicho territorio. A comienzos de 2024, y sólo desde octubre de 2023, más de un millón y medio de personas han sido desplazadas del norte y centro de la franja hacia al sur, mientras que en Cisjordania al menos 1009 personas, de 16 aldeas, fueron expulsadas, según documenta la organización israelí de derechos humanos B´tselem[4].

Apartheid

En noviembre de 1975, la Asamblea General de la ONU emitió la Resolución 3379 en la que se consideraba el sionismo como una forma de discriminación racial. La resolución, que llamaba explícitamente a la “eliminación de toda forma de discriminación racial”, sólo fue eliminada en 1991 por presión estadounidense e israelí, como condición para acudir a la Conferencia de Paz de Madrid del mismo año. En este sentido, hay que destacar la tipificación que se ha hecho del Estado de Israel como “regimen de apartheid”. Es el caso de varias organizaciones de reconocido prestigio como Human Rights Watch (2021)[5], Amnistía Internacional (2022)[6], y la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Oriental (ESCWA, su acrónimo en inglés), que denunciaron directa y literalmente “crímenes de Apartheid[7]”. No en vano, distintos Relatores Especiales para los Derechos Humanos de la ONU, habían denunciado lo mismo durante años, como recogía en 2009 el informe jurídico en materia de derechos humanos y derecho internacional humanitario elaborado por la especialista Luciana Coconi, publicado en 2010. Así mismo, la organización de Derechos Humanos israelíes B´tselem, en su informe de 12 de enero de 2021, constata minuciosamente por qué Israel es un “apartheid” en su informe A regime of Jewish supremacy from the Jordan River to the Mediterranean Sea: This is apartheid.

La literatura sobre el apartheid en Israel-Palestina es también abundante. En Israel, el académico y activista Uri Davis realiza un estudio sobre el sistema histórico de segregación racial por parte del Estado sionista (1987) y reflexiona, así mismo, sobre la lucha antisionista contra el apartheid dentro de la propia sociedad israelí (2003). Otro autor fuera de Israel es Ben White (2011). Consideramos también destacable la obra coral Apartheid Israel: The Politics of an Analogy, de Sean Jacobs y Jon Soske (2015), donde se analizan las similitudes y diferencias con el caso de Sudáfrica.

Por otra parte, como hemos podido constatar sobre el terreno, el apartheid está presente en toda la geografía de la Cisjordania ocupada y en Jerusalén Este. Cada año son más numerosas las By Pass Roads, carreteras de uso exclusivo para judíos, mientras que las carreteras para la población palestina suponen esquivar una multitud de obstáculos impuestos por el ejército y por las colonias de asentamiento; han de serpentear en numerosas ocasiones por complejas rutas que, normalmente, están salpicadas por checkpoitns[8]. El ejemplo más ilustrativo del apartheid, de la violencia que representan los checkpoints y la colonización es, en nuestra opinión, el centro histórico de Al-Jalil/Hebrón. El “insoportable peso de la humillación cotidiana” (Martín, 2003) y el famoso triángulo de la violencia, que diría Galtung (1969), se puede observar en toda Cisjordania y Jerusalén Este, pero Al-Jalil/Hebrón, y en especial su “ciudad vieja,” constituyen un buen ejemplo.

La implantación masiva de colonias y de carreteras de uso exclusivo para judíos comenzó a partir de 1967, pero se incrementó, sobre todo, en paralelo al llamado “proceso de paz”. Con ellas, se multiplicó la ignominia contra el pueblo palestino, así como con la construcción del Muro a partir de 2002, que generó una bantustanización del territorio palestino, fragmentando en numerosas áreas urbanas y rurales discontinuas y ocupadas por el ejército israelí.

Por último, cabe destacar que el apartheid está institucionalizado, y hay dos leyes fundamentales de Israel que apuntalan y evidencian dicho sistema. Se trata de la Ley del Retorno y de la Ley del Estado judío. Basada en la idea Volkish de comunidad de sangre (Basallote, 2017), la Ley del Retorno de 1950, ampliada en 1970, permite a todas las personas del mundo consideradas por las autoridades israelíes como “judías” o descendientes de judíos hasta tercera generación, emigrar a Israel y recibir la ciudadanía. La ley, discriminatoria y racista respecto a los refugiados palestinos -que, en cambio, sí tienen el derecho al retorno reconocido por el derecho internacional-, lo es también con quienes se hayan convertido a otra religión (Gresh & Vidal, 2004, p. 259). Por su parte, la Ley del “Estado Nación judío”, aprobada en 2018, establece que "Israel es el hogar histórico del pueblo judío", Jerusalén es su capital, y afirma que sólo la comunidad judía tiene derecho de autodeterminación; la ley es, así mismo, consecuencia de la hegemonía neosionista, y como afirma el profesor israelí Amal Jamal (2018, p. 165) , “revela las agresivas tendencias racistas de las instituciones israelíes; y su objetivo es afianzar la ideología judía nacional y religiosa del estado”.

Genocidio

Tras la primera semana de bombardeos e invasión terrestre de 2023, el experto israelí Raz Segal (2023), profesor de estudios sobre el Holocausto y genocidios en la Stockton Universidad de Estocolmo, definió sin ambages el ataque como un claro caso de “genocidio”. Así mismo lo definió Craig Mokhiber, Alto Comisionado de la ONU en Nueva York, la semana siguiente (31-10-2023), como “un genocidio de manual,” antes de dimitir como protesta por la inacción y “completa complicidad”, según decía, de los “EE.UU, UK y buena parte de Europa.”[9] En Israel, el ICAHD (acrónimo inglés del Comité Israelí Contra la Destrucción de Casas), también realizó una llamada al final del “genocidio israelí contra el pueblo palestino.”[10]

En enero de 2024, Sudáfrica presentó ante la Corte Penal Internacional una demanda contra Israel por la comisión de “genocidio en Gaza”. El documento de la denuncia documenta numerosas violaciones de los Derechos Humanos y crímenes de guerra[11] . El jurista judío polaco Raphaël Lemkin acuñó el término "genocidio" en 1944, haciendo énfasis en que los genocidios surgen de un “continuo” y tienen un contexto. Por esta razón, la denuncia de Sudáfrica contextualiza debidamente “los actos de genocidio en el contexto más amplio de la conducta de Israel hacia palestinos durante sus 75 años de apartheid, sus 56 años de ocupación beligerante del territorio palestino y su bloqueo de Gaza de 16 años, incluidas las violaciones graves y actuales del derecho internacional asociadas a ellos, incluidas graves violaciones del Cuarto Convención de Ginebra y otros crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.”[12] Varios Estados se han unido desde ese momento a dicha denuncia, el primero fue Brasil y el último, hasta el momento en el que se escribe este artículo, Turquía.

A fines de enero de 2024, el Tribunal falló indicando que, en base a la documentación aportada por Sudáfrica, era “plausible” que se estuviese cometiendo “genocidio”. Por ello ordenó a Israel “tomar medidas efectivas para impedir la destrucción, y garantizar la preservación de las pruebas relacionadas con las denuncias de actos comprendidos, en el ámbito del artículo segundo y el artículo tercero de la Convención sobre el Genocidio, contra miembros del grupo palestino en la Franja de Gaza". Así mismo, en el fallo, se afirma que "Israel debe tomar medidas inmediatas y efectivas para permitir la prestación de los servicios básicos y la asistencia humanitaria que se necesitan urgentemente para hacer frente a las adversas condiciones de vida a las que se enfrentan los palestinos en la Franja de Gaza."[13]

Lejos de cumplir con el dictamen del máximo órgano judicial a nivel internacional, Israel, a pesar de ser signatario de este, prosiguió con su campaña de violencia en los mismos niveles de magnitud e intensidad. Por ello, el 24 de marzo de 2024, la ONU publicó el informe de la Relatora Especial para los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, titulado Anatomy of a Genocide.[14] En el sumario, la relatora establece que:

 

Al analizar los patrones de violencia y las políticas de Israel en su ataque a Gaza, este informe concluye que hay motivos razonables para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión de genocidio por parte de Israel. Una de las conclusiones clave es que el gobierno, el liderazgo militar y los soldados de Israel han distorsionado intencionalmente los principios del jus in bello (sic), subvirtiendo sus funciones protectoras, en un intento de legitimar la violencia genocida contra el pueblo palestino. (Albanese, 2024, p. 1).

El minucioso informe argumenta y documenta que al menos se dan tres de los patrones que demuestran la intención deliberada de cometer el genocidio: “Los actos genocidas pueden incluir acciones u omisiones deliberadas, incluida la falta de proteger al grupo del daño. La evidencia presentada en las siguientes secciones sugiere Israel ha cometido al menos tres de los actos prohibidos en la Convención” (Albanese, 2024, p. 6).

RESULTADOS

Sea como fuere, hay dos elementos fundamentales para discernir entre conceptos y dilucidar cuál es el más ajustado a la realidad. En primer lugar, los hechos sobre el terreno y, en segundo lugar, su correlación con el discurso del gobierno israelí y de sus autoridades militares. 

Respecto a la primera cuestión, a las 1139 víctimas israelíes desde el 7 de octubre, en Gaza el número de víctimas palestinas a 04 de mayo de 2024 se eleva al menos a 34,654 (sin contar a miles de desaparecidos), mientras los heridos superan los 77,908[15]. Los bombardeos israelíes son diarios y constantes a lo largo de la franja de Gaza, incluido el sur, a donde las autoridades israelíes instaron a desplazarse a la población del norte[16]. Así mismo, han atacado la mayor parte de los hospitales y escuelas[17], incluidas las de la ONU y su agencia para los refugiados UNRWA, provocando numerosas matanzas[18]. Además, la virulencia de los bombardeos indiscriminados se ha cebado con campos de refugiados, en especial el de Yabalia, donde se cometió una masacre con al menos 400 víctimas[19].

El bombardeo masivo y constante de zonas residenciales (ya se ha destruido más del 72% de las viviendas de la franja de Gaza y el 85% son inhabitables, en lo que la ONU denomina “domicidio”), de hospitales, escuelas y campos de refugiados, refleja una clara intención de dañar y aterrorizar a la población civil, y así lo reflejan no sólo los hechos, sino la retórica bélica de las autoridades israelíes, como vamos a señalar.

La Convención para la Prevención y la persecución del Crimen de Genocidio, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1948, y puesta en marcha en 1951, establece que un genocidio se puede cometer “mediante actos con la intención de destruir, en su totalidad o en parte, un grupo nacional, étnico, racial o religioso, tales como:

(a)Matar miembros del grupo;

(b) Causar serios daños físicos o mentales del grupo;

(c) infligir deliberadamente en el grupo condiciones de vida calculadas para llevarla a su destrucción física en su totalidad o en parte;

(d) Imponer medidas destinadas a prevenir la natalidad en el grupo;

(e) Transferir por la fuerza niños del grupo a otro”[20].

Como denunciara el especialista israelí Raz Segal, ya en el mes de octubre de 2023 al menos tres de estos actos se estaban cometiendo con intencionalidad, como demuestran las declaraciones de algunos miembros del gobierno y del ejército. Posteriormente, la acusación de Sudáfrica en diciembre de 2023 ante la Corte Internacional de Justicia y la ONU a través de su Reportera Especial para los Derechos Humanos en los TPO certificó los hechos denunciados en el citado informe Anatomy of a Genocide.

Las declaraciones de portavoces del gobierno y del ejército israelí no han dejado lugar a dudas desde el principio de la intencionalidad del nivel de violencia descrito y de la destrucción de toda la franja de Gaza, al margen de cualquier lucha contra el Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS). Así, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, lo declaró en términos inequívocos el 9 de octubre: «Estamos imponiendo un asedio completo a Gaza. Sin electricidad, sin comida, sin agua, sin combustible. Todo está cerrado. Estamos luchando contra los animales humanos y actuaremos en consecuencia.»[21] A casi un mes del corte de esos elementos vitales para la supervivencia, el bloqueo continuó, y desde entonces Gaza está en una “crisis humanitaria sin precedentes”, como denunciaron numerosas organizaciones internacionales, incluida la ONU[22]. A principios de 2024, ya es un hecho constatado que la privación de alimentos y otros elementos básicos para la supervivencia, como los medicamentos, se está empleando como arma de guerra[23].

El 9 de octubre, el primer ministro Netanyahu se refirió a que iban a “reducirles (a Hamas) a escombros” e instaba a la población de Gaza a huir a la vez que se les prohíbe la salida: “huid de ahí, vamos a actuar con toda nuestra fuerza en todas partes.”[24] Posteriormente, ha realizado arengas y un par de discursos con tintes fundamentalistas, citando la Biblia y pasajes violentos, haciendo especial referencia a los palestinos como “Amalek”, un pueblo mítico que habría sido enemigo en la antigüedad[25]. De manera similar se ha referido el ministro de finanzas, el fundamentalista nacionalista-religioso Bezalel Smotrich, llamando a la “total aniquilación de Gaza[26].”

Así mismo, cabe señalar la llamada explícita a una “nueva nakba” (“catástrofe” en árabe) para los palestinos por parte de Ariel Kallner, parlamentario israelí: “Ahora mismo, una meta: Nakba! Una Nakba que eclipsará la del 48.”[27] El propio presidente de Israel, Isaac Herzog acusó a toda la nación (palestina) de ser responsable (del ataque de Hamas el 7 de octubre), legitimando así el ataque contra civiles[28]. Otro ejemplo de retórica genocida o belicista contra toda la población palestina es el de las declaraciones del ministro de Defensa, el ultraderechista Ben Gvir. Ante el llamamiento de las organizaciones de Acción Humanitaria ante la grave crisis vital, el ministro israelí declaró con cinismo: “La única cosa que necesita entrar en Gaza son cientos de toneladas de explosivos de las fuerzas aéreas. Nada de ayuda humanitaria[29]”. A principios de 2024, a pesar del proceso de Israel en la Corte Penal Internacional por posible comisión de genocidio, Ben Gvir no dudó en afirmar públicamente que habría que expulsar a los gazatíes y ocupar la franja; Por otra parte, desde el principio, el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, proclamó la intención de dañar por encima de ser selectivos en los bombardeos: “el énfasis está en la destrucción, no en la precisión”[30] (Basallote, 2023). 

 

CONCLUSIONES

 

Como decíamos al principio, es preciso contextualizar la inusitada y descomunal violencia en los Territorios Palestinos Ocupados. Así, puede dilucidarse que la vigente campaña genocida de Israel sobre Gaza se inserta en la lógica del colonialismo de asentamiento y de sustitución propio de la ideología sionista, llevado al extremo en su deriva fundamentalista. La guerra genocida de Israel en Gaza constituye un hito más en el eslabón de la cadena de la aplicación de los principios y directrices del pensamiento sionista, pero en la aplicación de su versión fundamentalista religiosa y más nacionalista.

Durante la Gran Revuelta Árabe, y en vísperas de la Comisión Peel (1937), el líder más destacado del movimiento sionista, Ben Gurion, expresó de manera inequívoca las aspiraciones mínimas del proyecto colonial y es, sin duda, representativa de todo el proceso hasta la fecha:

Un Estado judío en una parte de Palestina no es un final, sino un principio. La creación de ese Estado judío servirá como medio a nuestros esfuerzos históricos de redimir el país en su tota-lidad. Traeremos al país cuantos judíos pueda contener; construi-remos una economía judía sólida. Organizar una fuerza de defensa sofisticada, un ejército de élite. No tengo ninguna duda de que nuestro ejército será uno de los mejores del mundo. Y también es-toy seguro de que nada nos impedirá asentarnos en todo el resto del país, ya sea por medio del entendimiento mutuo y el acuerdo con nuestros vecinos árabes o por cualquier otro medio. (Regan, 1992, p. 17).

 

La situación de violencia en Palestina-Israel y, en especial, la violencia directa constante a la que está sometida la población de Gaza, convertida en su totalidad en refugiada y encerrada en la franja, tiene un contexto claro y unos factores clave. Obviar o invisibilizar dichos elementos resulta poco riguroso y nada transparente. Al menos, es preciso destacar los aspectos referenciados, sin los cuales, no puede comprenderse bien qué sucede. Así mismo, sin subrayar el contexto, el lenguaje resulta perniciosamente sesgado.

 

BIBLIOGRAFÍA

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[1] https://www.bbc.com/mundo/articles/cd17x22mwxko

[2] Cfr: https://unrwa.es/actualidad/sala-de-prensa/75-aniversario-de-la-nakba-se-cumplen-75-anos-de-la-expulsion-de-palestinos-y-palestinas-de-sus-hogares-aun-sin-solucion-justa-ni-definitiva-a-su-situacion/

[3] La Comisión de Expertos de Naciones Unidas enviada a la antigua Yugoslavia definió el término en informe S/25274 como "…Hacer que una zona sea étnicamente homogénea mediante el uso de la fuerza o la intimidación para expulsar de la zona a personas de determinados grupos." En el informe definitivo S/1994/674, la misma Comisión lo definió como “una política diseñada por un grupo étnico o religioso para desplazar mediante la violencia o el terror, a la población civil de otro grupo étnico o religioso de ciertas zonas geográficas.” Cfr: https://www.un.org/en/genocideprevention/ethnic-cleansing.shtml

[4] Isolated Palestinian communities and single-farm families forcibly transferred”, 18-01-2024, B´tselem: https://www.btselem.org/settler_violence/20231019_forcible_transfer_of_isolated_communities_and_families_in_area_c_under_the_cover_of_gaza_fighting

[5]A Threshold Crossed. Israeli Authorities and the Crimes of Apartheid and Persecution”: https://www.hrw.org/report/2021/04/27/threshold-crossed/israeli-authorities-and-crimes-apartheid-and-persecution

[6]El apartheid israelí contra la población palestina: Cruel sistema de dominación y crimen de lesa humanidad”, 1 febrero 2022: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/el-apartheid-israeli-contra-la-poblacion-palestina-cruel-sistema-de-dominacion-y-crimen-de-lesa-humanidad/

[7] ESCWA on “Israeli Practices towards the Palestinian People and the Question of Apartheid”: https://www.unescwa.org/news/escwa-launches-report-israeli-practices-towards-palestinian-people-and-question-apartheid

[8] Puestos de control militares ubicados en las carreteras palestinas que unen ciudades y otras poblaciones. La vida cotidiana palestina está determinada por el criterio del ejército en estos controles.

[9] Cfr. https://www.theguardian.com/world/2023/oct/31/un-official-resigns-israel-hamas-war-palestine-new-york

[10] Cfr. https://icahd.org/2023/11/02/icahd-calls-for-an-end-to-israeli-genocide-against-the-palestinian-people

[11]El documento original puede consultarse en la web de la Corte Internacional de Justicia: https://www.icj-cij.org/sites/default/files/case-related/192/192-20231228-app-01-00-en.pdf (consultado por última vez el 30-04-2024).

[12] (ICJ, 29-12-2023: 1-2). International Court of Justice, fecha de publicación del documento y páginas. https://www.icj-cij.org/sites/default/files/case-related/192/192-20231228-app-01-00-en.pdf

[13] Cfr. https://news.un.org/es/story/2024/01/1527332

[14] Puede consultarse el informe en https://www.un.org/unispal/document/anatomy-of-a-genocide-report-of-the-special-rapporteur-on-the-situation-of-human-rights-in-the-palestinian-territory-occupied-since-1967-to-human-rights-council-advance-unedited-version-a-hrc-55/

[15] Cfr. https://www.aljazeera.com/news/liveblog/2024/5/4/israels-war-on-gaza-live-talks-in-egypt-set-to-steer-wars-direction

[16] Cfr. https://www.reuters.com/world/middle-east/why-is-israel-attacking-south-gaza-after-telling-people-go-there-2023-10-25

[17]Cfr.  https://www.aljazeera.com/news/2023/11/4/israeli-strikes-target-schools-hospitals-mosques-on-gaza

[18] Cfr. https://www.europapress.es/internacional/noticia-nuevo-bombardeo-israeli-escuela-unrwa-deja-decenas-muertos-ciudad-gaza-20231103213027.html

[19] Cfr. https://www.elmundo.es/internacional/2023/10/31/654156d9e9cf4a86678b4573.html

[20] Cfr. https://www.un.org/en/genocideprevention/documents/atrocity-crimes/Doc.1_Convention%20on%20the%20Prevention%20and%20Punishment%20of%20the%20Crime%20of%20Genocide.pdf

[21] Cfr. https://www.timesofisrael.com/liveblog_entry/defense-minister-announces-complete-siege-of-gaza-no-power-food-or-fuel/

[22] Cfr. https://dppa.un.org/en/israel-palestine-crisis-has-reached-unprecedented-level-of-dehumanisation-independent-rights-expert

[23] Cfr. https://www.newyorker.com/news/q-and-a/gaza-is-starving. Véase también https://www.btselem.org/gaza_strip/20240108_israel_is_starving_gaza

[24] Cfr. https://www.middleeastmonitor.com/20231008-netanyahu-vows-to-turn-gaza-into-rubble/

[25] Cfr. https://www.motherjones.com/politics/2023/11/benjamin-netanyahu-amalek-israel-palestine-gaza-saul-samuel-old-testament/

[26] Cfr. https://www.haaretz.com/israel-news/2024-04-30/ty-article/.premium/smotrich-calls-for-no-half-measures-in-the-total-annihilation-of-gaza/0000018f-2f4c-d9c3-abcf-7f7d25460000

[27] Cfr. https://www.nbcnews.com/news/investigations/palestinians-fear-leave-northern-gaza-may-never-able-return-rcna120950

[28] Cfr. https://www.huffpost.com/entry/israel-gaza-isaac-herzog_n_65295ee8e4b03ea0c004e2a8

[29] Cfr. https://www.anews.com.tr/world/2023/10/17/israeli-ministers-inhumane-comment-after-hospital-massacre-only-one-thing-should-enter-gaza-tons-of-explosives

[30]Cfr. https://www.theguardian.com/world/2023/oct/10/right-now-it-is-one-day-at-a-time-life-on-israels-frontline-with-gaza.