Contribución de los artistas plásticos baracoenses en la conformación de la identidad cultural municipio Baracoa
Lic. Yurannis Londres Ramírez.
Profesor Instructor.
Universidad de Guantánamo, Cuba.
https://orcid.org/0009-0005-6184-7429
yurannis@cug.co.cu
MSc. Diosveldy Navarro Lores.
Profesor Auxiliar.
Universidad de Guantánamo, Cuba
https://orcid.org/0000-0001-9998-5871
diosveldy@cug.co.cu
MSc. Anays Brown James.
Profesor Instructor.
Universidad de Guantánamo, Cuba
https://orcid.org/0000-0001-6030-1815
anays@cug.co.cu
RESUMEN
La concepción de la producción plástica como producción que refleja desde lo simbólico y lo comunicativo, la intención de conservar valores identitarios adquiere matices socioculturales no siempre considerados. La reflexión en torno a este tema sugiere preguntas que antes no se hacían. Entre dichas preguntas se ubica la siguiente ¿Cómo los artistas plásticos baracoenses han contribuido a la configuración de la identidad cultural en el municipio Baracoa? Se utilizó una metodología cualitativa, apoyándose en la revisión de fuentes bibliográficas y entrevistas a informantes claves, artistas plásticos baracoenses y directivos del sector de la cultura. Se determinó que el estudio de la producción plástica en Baracoa, ha permitido comprobar que lo identitario se refleja en la imagen citadina, vista a través de sus tradiciones, historias ancestrales, raíces comunes, estilos de vida cotidiana, motivaciones, creencias, valores, costumbres, y actitudes incluyendo la autenticidad del acto creativo y las posibilidades de originalidad artística, lo que permite distinguir algunos rasgos relevantes de la identidad cultural baracoense, todo lo cual ha permitido a los artistas plásticos baracoenses contribuir a la conformación de la identidad cultural en el municipio y su expresión artística complementa la visualidad citadina de símbolos que constituyen referentes para el reconocimiento individual y grupal, además de actuar como mediadora en la creación de un imaginario social producido a partir de la socialización y uso de los signos artísticos, como expresión de identidad.
Palabras claves: Identidad cultural; formación de la identidad cultural; formación de valores; signos artísticos; discurso pictórico.
Contribution of baracoenses plastic artists in the conformation of cultural identity Baracoa municipality
ABSTRACT
The conception of plastic production as a production that reflects from the symbolic and communicative, the intention of preserving identity values acquires sociocultural nuances not always considered. Reflection on this topic suggests questions that were not asked before. Among these questions is the following: How have Baracoa plastic artists contributed to the configuration of cultural identity in the Baracoa municipality? A qualitative methodology was used, based on the review of bibliographic sources and interviews with key informants, plastic artists from Baracoa and directors of the cultural sector. It was determined that the study of plastic production in Baracoa has allowed us to verify that the identity is reflected in the city's image, seen through its traditions, ancestral stories, common roots, daily life styles, motivations, beliefs, values, customs. , and attitudes including the authenticity of the creative act and the possibilities of artistic originality, which allows us to distinguish some relevant features of the cultural identity of Baracoa, all of which has allowed the plastic artists of Baracoa to contribute to the formation of cultural identity in the municipality, and its artistic expression complements the city visuality of symbols that constitute references for individual and group recognition, in addition to acting as a mediator in the creation of a social imaginary produced from the socialization and use of artistic signs, as an expression of identity.
Keywords: Cultural identity; formation of cultural identity; formation of values; artistic signs; pictorial discourse.
INTRODUCCIÓN
El concepto de identidad es complejo, ya que lleva consigo procesos, rasgos y características intrínsecos. Según su acepción más común se refiere a un conglomerado de intangibles que van desde la concepción del estado-nación hasta el asentamiento de una cultura determinada.
Conforme a De la Torre citada por Best (2012, p.2) señala que las dimensiones de la identidad nacional son comunes a otras identidades colectivas en lo que se refiere al plano psicológico, y al respecto plantea:
Estas dimensiones, pudiera decirse son como categorías que ayudan a entender los procesos identitarios, en los cuales descansa (…) lo objetivo y lo subjetivo, igualdad y diferencia, los límites de las identidades, continuidad y ruptura, lo consciente e inconsciente, lo cognitivo y lo afectivo, externo, lo heredado (recibido) y lo adquirido, por el pasado, el presente y el futuro, lo homogéneo y lo heterogéneo.
Resalta Best (2012, p.3)
Todos ostentamos una identidad cultural que da sentido a nuestras vidas, e indudablemente es una realidad que no es estática, sino dinámica, que además se construye y al mismo tiempo nos construye, es decir, la identidad cultural cambia y se adecua a los nuevos contextos sin negar, eso sí, el núcleo profundo de toda cultura que se relaciona con aquel sello distintivo y característico.
Preguntarse qué relación existe entre lo identitario y las producciones artísticas puede parecer obvio o recurrente. Sin embargo, desde la apreciación que conduce el presente artículo, las relaciones arte-identidad cobran un inestimable valor.
La concepción de la producción plástica como producción que refleja desde lo simbólico y lo comunicativo, la intención de conservar valores identitarios adquiere matices socioculturales no siempre considerados. La identidad emerge como valor para los sujetos en esas complejas dinámicas sociales, en contextos institucionales, espacios comunitarios y diversos grupos humanos.
La reflexión en torno a este tema sugiere preguntas que antes no se hacían. Entre dichas preguntas se ubica la siguiente ¿Cómo los artistas plásticos baracoenses han contribuido a la configuración de la identidad cultural en el municipio Baracoa?
De modo que en el presente artículo se pretende ilustrar la contribución de artistas plásticos baracoenses en la configuración de la identidad cultural del municipio Baracoa.
Desarrollo
Polemizar en torno a la identidad cultural no es una tarea fácil. Numerosos estudios afirman que es difícil la tarea de discernir sobre la identidad cultural, por los diferentes significados y acepciones realizados en disímiles contextos socioculturales, y tomando como punto de partida enfoques metodológicos y teóricos que la han abordado desde el prisma antológico hasta el antropológico del desarrollo cultural, sacados a la luz por varias ciencias que tienen este objeto de estudio.
De acuerdo con Best (2012, p.3)
La identidad no es la repetición del pasado, pues eso sería negación de la historia y con ello se llegaría a la auto negación o a la ausencia de identidad. La identidad son las raíces redescubiertas que nos permiten recrear, reorientar y proyectar hacia el futuro lo que somos. En la identidad se anudan dialécticamente el pasado, la tradición, el presente y el futuro, lo propio con lo universal a partir de la búsqueda de lo propio y la asimilación de lo universal.
La formación y desarrollo de la identidad cultural ha sido tema de interés para múltiples investigadores (Guadarrama, 1990; De la Torre, 2001; Molano, 2007; Rodríguez, 2008; Best, 2012; Garza y Llanes, 2015; Campos-Cremé, 2016; Salabarría y otros, 2019; Vélez, 2019; Leiva y otros, 2022; Quiala y González, 2023). Por una parte, algunos afirman que su formación es un asunto prioritario en edades tempranas, desde el marco del desarrollo cultural y de la atención privilegiada a la infancia y el respeto a sus muchos derechos (Salabarría y otros, 2019, p.2); otros demostraron que, para el logro de la formación de la identidad, la socialización y la comunicación son procesos significativos (Best, 2012, p.6; Vélez, 2019, p.241).
Desde concepciones pedagógicas para la formación de la identidad (Garza y Llanes,2015; Leiva y otros, 2022, p.5) dan connotación a la educación en los valores identitarios de la sociedad y en el sentido de pertenencia inherente al desarrollo de los procesos culturales sustantivos (…), desde el rol de la comunicación y las estrategias comunicacionales (…). Estas dimensiones relacionadas con las estrategias comunicacionales son resaltadas también por otros investigadores (Vélez, 2019, pp.61-80; Leiva y otros, 2022, p.1)
Hechavarría y Piclín (2010) vinculan la cultura material representada en los patrimonios históricos y la historia local, en aras de fortalecer la identidad cultural desde el conocimiento de los Patrimonios Históricos a través de la enseñanza de la Historia Nacional.
Se resalta que, desde concepciones sociológicas, antropológicas y culturológicas, el tema de la formación de la identidad ha sido también estudiado. Se destacan, en este sentido, los estudios realizados por Matos et. al. (2023) que propuso una metodología sustentada en una concepción teórico-metodológica que favorece el tratamiento de la identidad cultural local en la formación inicial del Licenciado en Gestión Sociocultural para el Desarrollo.
Molano (2007) aporta a la discusión sobre desarrollo territorial con identidad cultural, a través de un breve recorrido sobre la evolución de los conceptos de cultura, identidad y patrimonio cultural. Con maestría excepcional, define la identidad cultural como el sentido de pertenencia a una colectividad, a un sector social, a un grupo específico de referencia (p.6). Puntualiza que la identidad no es un concepto fijo, sino que se recrea individual y colectivamente y se alimenta de forma continua de la influencia exterior (p.6). En este aspecto, coincide con autores que desde concepciones pedagógicas connotan dimensiones relacionadas con procesos de comunicación, socialización e interacción con los demás, como bien se expresó en párrafos anteriores (Best, 2012, p.6; Garza y Llanes, 2015; Vélez, 2019, p.241; Leiva y otros, 2022, p.5).
Por otra parte, Berger y Luckman (1988, p. 240) expresaron que la construcción de identidades es un fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad, presupuesto que mantiene nexo con lo considerado por autores anteriores. Continúan estos autores resaltando que:
(…) las identidades se construyen a través de un proceso de individualización por los propios actores para los que son fuentes de sentido (Giddens, 1995, pp.93-139) y aunque se puedan originar en las instituciones dominantes, sólo lo son si los actores sociales las interiorizan y sobre esto último construyen su sentido.
Conforme indica Fisher, citado en Wikipedia (2024),
La identidad cultural es el sentido de pertenencia a un determinado grupo social y es un criterio para diferenciarse de otros colectivos. De manera que, un individuo puede identificarse con alguno o algunos de los contenidos culturales de un grupo social (tradiciones, costumbres, valores) pero -y esto es significativo para comprender el concepto de identidad cultural desde Fisher- dentro de un mismo grupo aparentemente homogéneo existen varias identidades, puesto que cada uno de sus integrantes se identifica con varios -no todos, ni de la misma manera- con los componentes señalados.
Vergara y Vergara (2002) propusieron algunos elementos básicos para una reinterpretación sociológica de la identidad cultural.
González (2020) puntualizó que la identidad adquiere valor sicológico en su relación con la cultura, pues se convierte en motivación creativa de esta última, en resultado de la cultura, y lo contrario también es válido, pues la cultura es, aunque relativa, identidad (p.14).
Olazabal y otros (2021) analizaron los aspectos teóricos y metodológicos que sustentan la integración de la identidad cultural como recurso local, a la gestión del desarrollo territorial —desde la estrategia de desarrollo municipal—, con el fin de contribuir a aprovechar su potencial en la activación del desarrollo del territorio.
Según Reigosa (2007), las ciudades y pueblos de cada país son ricos en símbolos. Sus calles, construcciones, parques y plazas, historias de vida, esculturas, etc. En ellos se encuentran, obras de arte y creaciones pictóricas que son un reflejo del presente y el pasado, fruto de la laboriosidad de sus pobladores, personalidades destacadas, artistas, escultores, pintores.
La concepción de la producción plástica como producción que refleja, desde lo simbólico y lo comunicativo, la intención de conservar valores identitarios adquiere matices socioculturales no siempre considerados. La identidad emerge como valor para los sujetos en esas complejas dinámicas sociales, en contextos institucionales, espacios comunitarios y diversos grupos humanos.
Por otra parte, Medina y otros (2012), afirman que la identidad cultural de determinado ente social encuentra su reflejo en sus creaciones artísticas. Montero (2013), problematizó la construcción histórico-cultural de la identidad latinoamericana, dentro del ámbito de su producción estética. Clavelo (2017), aprovechó las potencialidades de las Artes Plásticas para potenciar los sentimientos identitarios en los estudiantes de secundaria básica. Rodríguez (2008), discurrió sobre las relaciones entre la cultura y el arte como elementos influenciados por las realidades contextuales que definen la identidad de los pueblos latinoamericanos. Quiala y González (2023), abordaron lo relacionado con la formación de valores a través del trabajo con las esculturas.
De manera que, la identidad cultural constituye una fuente de inspiración para los artistas. Permite a los creadores expresar su propia visión del mundo y conectar con su comunidad. En un mundo globalizado, es importante reconocer la riqueza y diversidad de las identidades culturales, siendo el arte una herramienta poderosa para promover la comprensión intercultural y el respeto por la diferencia.
El correcto tratamiento de los elementos que identifican al país, a la región o a la localidad, puede contribuir a la formación del valor identidad, lo cual se puede intencionar a través de la laboriosidad de sus pobladores. Este particular ha sido profundamente estudiado y demostrado por diferentes investigadores. Banfi (1967) consideró que la estructura social brinda al artista las condiciones determinantes de la creación artística; Hauser (1975) sostuvo que el arte está tan indisolublemente ligado a la realidad como la ciencia; Egórov (1978) planteó que el artista representa la vida en forma de imágenes artísticas, expresando en ellas las opiniones sociales y estéticas de una determinada sociedad o clase; Tejeda (1988) resaltó que el espacio como entorno, atmósfera, fuente de motivaciones o, simplemente, como vivencia, constituye parte sustancial del medio social de los creadores, se nutren, buscando las "raíces" (…) no para citar estos elementos tal y como se manifiestan en la realidad, sino para hacer otra lectura de ella, asumiendo su esencia en imágenes artísticas o literarias. (p.93)
Pese a sus múltiples acepciones en todos los tiempos, la cultura ha sido uno de los factores que más connota y da sentido a las identidades. No es casual que así suceda, pues las diversas manifestaciones artísticas se han encargado de perpetuar en imágenes variados elementos distintivos de la vida cultural de grupos, comunidades y naciones enteras (Tamayo, 2008).
Pero no puede hablarse de cultura sin tener en cuenta la identidad, como conjunto de prácticas humanas que identifican a cada grupo o a los individuos que lo conforman (Gonzáles, 2007).
Un ejemplo de este planteamiento es el que resume las características, símbolos y otras manifestaciones culturales que expresan una visualización de la ciudad, como rasgos distintivos o referentes del territorio baracoense, que tributan a su reconocimiento social.
En el tercer milenio, la expresión artística baracoense complementa la visualidad citadina con símbolos que constituyen referentes para el reconocimiento individual y grupal, además de actuar como mediadora en la creación de un imaginario social producido a partir de la socialización y uso de los signos artísticos como expresión de la identidad.
Históricamente, los artistas plásticos baracoenses han escogido temas sociales en los que han centrado su atención para darle tratamiento a diversos aspectos de su producción. Al revisar la literatura sobre el tema, ha podido observarse cómo los escenarios culturales que contextualizan a los artistas han condicionado su desarrollo cotidiano. Estos expresan singularmente la identidad, y a su vez, ellos juegan un papel importante en la configuración de esta identidad porque vuelcan en ella elementos distintivos de su personalidad creadora.
La ciudad primada de Cuba, Baracoa, es el lugar donde se celebra el “Salón 1ro de abril”, dirigido a los creadores del municipio. Los artesanos se destacan en la realización de tallas en madera y otras texturas naturales, en el modelado del papel maché, en tejidos, trenzados, etc. Se utilizan maderas preciosas o típicas de la región, además del caracol, el coco, las plumas, el yarey, el guaniquiqui, la yagua, el tibisí, el estambre y el yute, entre otros.
También en las artes aplicadas se utilizan el cuero y metales como el cobre y el bronce. Todas estas piezas tienen gran demanda y aceptación por el turismo que visita la ciudad y son comercializadas a través del Fondo de Bienes Culturales.
Baracoa no envejece, a pesar de su secularidad. La riqueza humana de sus pobladores y la amplitud de sus brazos para acoger visitantes hacen que sus costumbres y tradiciones puedan conocerse e identificarse singularmente. Históricamente, las artes plásticas han ocupado un espacio importante en la vida espiritual del baracoense. El movimiento artístico cultural iniciado por Eliseo Osorio, como maestro y promotor de la manifestación más inmediata: la pintura, ha encadenado a cuatro generaciones de pintores y talladores donde los más jóvenes ya se consolidan.
El desarrollo acumulado por las artes plásticas en Baracoa posibilita ampliar su historia, reconocida desde los años 1930 hasta estos días, por varias generaciones de pintores en los diversos géneros, tendencias, temas y estilos, que identifican a esta pléyade de artistas vanguardistas del movimiento cultural de la región , avalancha que llega con un sello de cubanía e identidad cultural distinguida del resto del país: realismo surrealismo, expresionismo, neo cubismo, paisajismo, y realismo mágico descubren conceptos , mitos y leyendas, desde y universales.
Mitos y leyendas impresos en variadas técnicas y estilos, desde los más remotos ancestros hasta la tipicidad del paisaje tradicional. Al hablar de identidad cultural en Baracoa, hay que contar con las artes plásticas como una de las manifestaciones de mayor desarrollo y solidez en lo que respecta a la creación artística.
Muchos piensan que la vanguardia plástica de los ochenta se desvanece y envejece ante la creatividad de otros creadores más recientes, pues una tempestad hace llegar opciones con sólidas propuestas que marcan el sello de cada uno de sus protagonistas. Sin embargo, la expresión sin igual de estos artistas ochentistas, cuyos mensajes pictóricos no se separan de los tradicionales temas que identifican a Baracoa, hacen único y auténtico un sentimiento regional de costumbres y tradiciones descontaminadas del entorno cultural globalizador que marca el final del siglo XX y los inicios del XXI, a diferencia de otros territorios del país.
El discurso pictórico se acerca preñado de una fantasía poética fabulosa, con anécdotas tradicionales, costumbristas y cotidianas, conducidas por manos diestras que convergen en lienzos, yutes, colores, trinchas, dioses, rituales y estampas alistadas a descender y alargar el tiempo. Esperando la señal de su espíritu, nombres como Luis Eliades Rodríguez, Orlando Piedra, Yoel Rey Barroso, Roel Caboverde y Rolando Estévez acreditan estos resultados a nivel municipal, nacional e internacional.
Baracoa posee una prestigiosa cultura, nutrida por su pueblo alegre y dinámico, que ha desarrollado como parte de su idiosincrasia ese vínculo arraigado en sus tradiciones y costumbres; el quehacer de estos artistas llega al pueblo con un gran sentido de identificación y pertenencia. El chocolate, el coco, los cucuruchos, los hermosos paisajes, las construcciones coloniales, los preciosos amaneceres, la hospitalidad de la gente, son elementos que distinguen a la ciudad y que son recreados como componentes indispensables en la obra de estos pintores, que más allá del afán del comercio, llevan al lienzo su sello particular de pertenencia, que lo distinguen de los demás artistas de Cuba, porque no es más que su interpretación del fenómeno sociocultural de Baracoa, de la presencia de elementos naturales y autóctonos de la zona.
En los diferentes cuadros observados como muestra de este estudio están presentes el Yunque, los ríos, las playas, la iglesia católica, el campesino, la mulata, las tradiciones culinarias y las calles principales con sus personajes habituales. Enfrentar la obra plástica de los jóvenes pintores nacidos con la Revolución, es descubrir en su mundo onírico el sentido más lógico de amar la herencia campestre y urbana de la cual todos forman parte. La creación artística de esta generación es plural, pero permite diversificar las obras por las texturas, formas y contenidos, en tonos cuyas gamas de sienas, ocres y naranjas, entre otros, deja entrever también negros y grises, que desembocan en verdes azules, lo que ofrece un concepto del campesino, usando como arma para disfrazar el lenguaje pictórico con recursos y elementos costumbristas de la cotidianidad; cuentos y relatos que conducen a un realismo mágico insular y antillano.
La labor artística de estas figuras constituye la vanguardia de la pintura baracoense.
Por ejemplo, Orlando Piedra concede especial importancia en sus excepcionales y coloridos paisajes y retratos de campesinos, al expresionismo, al realismo y al hiperrealismo; también utiliza el expresionismo abstracto, el diseño y el humor gráficos. Entre sus obras más destacadas se encuentra la serie temática “Baracoada”, “Mancha de peces”, “Sueño en el fondo de la miel”, “Novios recogiendo café”, “Catedral de Baracoa”, “Chorrera del Duaba” y “Muelle de Baracoa”. Muchas de sus obras se encuentran en España, Estados Unidos, Alemania, Italia, Bélgica, Canadá, Panamá e Inglaterra.
Roel Caboverde se inclina preferentemente por el tema campesino con marcado énfasis neo cubista. Entre sus obras más destacadas se encuentran “Feria en el Malecón”, “Guateque”, “Procesión”, “Polimitas y Maracas”, “Campesinos cortando caña”, “Macheteros”, “Negros Pregoneros”, “Pescadores” y “Jugadores de Dominó” entre otras.
Rolando Esteves representa en sus obras el tema costumbrista y mitológico, entre sus obras se encuentran “Rumba Atabey”, “Afroditas”, “Perfil con Fruta”, “Pescadores de Sueños”, “La pesca del Tetí”, “la Iglesia Católica” entre otras.
Luis Eliades Rodríguez Martínez apuesta fundamentalmente por lo afro y los orichas. Entre sus obras se destacan, “Oshún Reina”, “Shangó monta el chivo”, “Súplica”, “Yemayá y sus collares”, “Embó”.
Yoel Rey Barroso apela a lo genuino de la metodología y el campo baracoense que trata con el realismo mágico. Entre sus obras está “Torreones: Identidad”, “Torreones hechizados”, “Mi ciudad”, “Viva Cuba Libre”, “Triángulo Fraternal” y “Entre señales”.
Una parte significativa de los cuadros de estos artistas se exhibe en colecciones personales en más de una decena de países, incursionan en variados estilos, tendencias, como el expresionismo, cubismo, la paisajística, el realismo mágico y el surrealismo, junto a la defensa de la identidad, evidenciándose que son reconocidos no solo en su región.
A quienes conforman esta promoción de vanguardia plástica baracoense siguen otros pintores más jóvenes como Densi Gaínza y Abel Lobaina, también premiados en diferentes salones y concursos, que además ya suman obras notables con su participación en muestras colectivas. Mientras, cuatro talentosos jóvenes, encabezados por Yoeldris Rey Lores, egresaron recientemente de la academia provincial para demostrar que el relevo está asegurado.
CONCLUSIONES
Este acercamiento inicial al estudio de la producción plástica en Baracoa, ha permitido comprobar que lo identitario se refleja en su imagen citadina, vista a través de sus tradiciones, historias ancestrales, raíces comunes, estilos de vida cotidiana, motivaciones, creencias, valores, costumbres, y actitudes, incluyendo la autenticidad del acto creativo y las posibilidades de originalidad artística, lo que permite distinguir algunos rasgos relevantes de la identidad cultural baracoense.
Los artistas plásticos baracoenses han contribuido a la conformación de la identidad cultural en el municipio y su expresión artística complementa la visualidad citadina de símbolos que constituyen referentes para el reconocimiento individual y grupal, además de actuar como mediadora en la creación de un imaginario social producido a partir de la socialización y uso de los signos artísticos, como expresión de identidad.
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