Socialización desde la integración entre familias, escuelas y comunidades: retos en la sociedad cubana actual
Elena Ricardo Ochoa
MsC. Profesora Auxiliar. Universidad de Holguín. Cuba
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4007-7171
E-mail: ricardoelena422@gmail.com
Iraida Sánchez Castro
MsC. Profesora Asistente. Universidad de Holguín. Cuba
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5703-3140
E-mail: iraidasanchezcastro@gmail.com
Iliana Abesada Lobaina
MsC. Profesora Asistente. Universidad de Holguín. Cuba
ORCID: https://orcid.org/0009-0003-5791-8883
E-mail: iabesadalobaina@gmail.com
RESUMEN
En el mundo actual se acrecientan las investigaciones sobre el complejo proceso de socialización, la efectividad de las influencias de los agentes socializadores y los retos que estos agentes deben enfrentar, en las condiciones macro, meso y micro sociales en que se desenvuelven. Cuba no está ajena a todo lo antes dicho. En esta sociedad, se espera que la socialización transcurra según las reglas instituidas y, como corolario, la formación integral de los individuos, con un comportamiento acorde a los valores contenidos en el proyecto social cubano. En tal sentido, son múltiples los logros obtenidos. Sin embargo, evidencias empíricas y teóricas apuntan a la existencia de situaciones que implican serios retos para la acción de todos los agentes socializadores. En el presente trabajo las autoras profundizan en algunos de los principales retos a las influencias socializadoras interrelacionadas de las escuelas, las familias y las comunidades, en la sociedad cubana actual. El contenido del análisis sobre el tema utiliza las informaciones obtenidas a través de diferentes métodos y técnicas de investigación, tales como, análisis bibliográfico, revisión de documentos, entrevistas abiertas, y observación.
Palabras claves: Comunidad, Cuba, escuela, familia, socialización.
ABSTRACT
In today's world, research is increasing on the complex process of socialization, the effectiveness of the influences of socializing agents and the challenges that these agents must face, in the macro, meso and micro social conditions in which they operate. Cuba is not immune to all of the above. In this society, socialization is expected to occur according to the established rules and, as a corollary, the comprehensive training of individuals, with behavior in accordance with the values contained in the Cuban social project. In this sense, there are multiple achievements. However, empirical and theoretical evidence points to the existence of situations that imply serious challenges for the action of all socializing agents. In this work, the authors delve into some of the main challenges to the interrelated socializing influences of schools, families and communities, in current Cuban society. The content of the analysis on the topic uses information obtained through different research methods and techniques, such as bibliographic analysis, document review, open interviews, and observation.
Keywords: Community, Cuba, school, family, socialization.
INTRODUCCIÓN
El estudio de las interrelaciones entre la familia, la escuela y la comunidad es fundamental en el complejo mundo actual, ya que estos agentes son fundamentales para la socialización y la formación integral de los individuos. La interrelación y colaboración efectiva entre ellas es una condición básica para el mejoramiento del rendimiento académico, la preparación de los sujetos para integrarse plenamente a los distintos ámbitos de su sociedad, la formación en valores compartidos, el logro de la cohesión social y el progreso social y educativo (Vera, et al., 2018; Fernández, et al., 2021).
Dada la importancia del tema, se acrecientan las investigaciones sobre el mismo, desde las cuales se realizan significativas contribuciones a su conocimiento y a las propuestas de comprensión y solución de retos y problemáticas que se presentan en la necesaria interrelación entre las escuelas, las familias y las comunidades.
En tal sentido, autores como, Vila, 2002; Torio, 2004, Reinaldo, 2020; Brizuela, et al., 2021, coinciden en la importancia de considerar cómo se interrelacionan la familia, la escuela y la comunidad, desde sus funciones y realidades, en aras de lograr los objetivos educativos y, en general, alcanzar una socialización más efectiva de los sujetos.
Esos autores, entre otros, reconocen que la interrelación entre las familias, las escuelas y las comunidades enfrenta no pocos retos actuales, tales como, falta de comunicación y cohesión entre las familias, las escuelas y las comunidades; marginación, vulnerabilidad social y en general déficits de recursos que afectan a cada uno de esos agentes socializadores, lo cual limita la creación de lazos entre ellos; condiciones de via, estilos de vida y de crianza que obstaculizan la coordinación de acciones.
En Cuba, se le brinda especial atención a la entre la familia, la escuela y la comunidad, considerándose crucial para la socialización, especialmente en el contexto actual. Se asume, oficialmente, que esa triada permite un desarrollo integral de los niños, donde la familia establece las bases de valores y normas, la escuela proporciona educación formal y la comunidad ofrece un entorno social enriquecedor (Chacón, 2022).
Los principios de la educación cubana, según diversos autores, se fundamentan en la integralidad, la equidad, la inclusión y el desarrollo sostenible. Estos principios buscan formar ciudadanos críticos, creativos y comprometidos con su entorno. Para la escuela cubana es un requerimiento la colaboración con otros agentes socializadores, en medio de un proceso de perfeccionamiento que busca la renovación pedagógica, participación social, desarrollo de competencias, integralidad; de manera que se mejores la calidad educativa y se formen ciudadanos integrales. La labor educativa se concibe como un esfuerzo conjunto que trasciende las fronteras de la escuela, involucrando a todos los actores sociales (Jiménez, & Verdecia, 2020).
No obstante, los estudios de Zabala, et al, 2023, entre otros; más los resultados del estudio empírico realizado por las autoras, dan cuenta de que a a pesar de la prioridad del tema en la sociedad cubana actual, existen situaciones y realidades sociales en Cuba que generan diversos retos a la socialización de los sujetos desde la integración entre los diversos agentes, y como resultado se produce una socialización deficitaria.
En el presente trabajo las autoras profundizan en algunos de los principales retos a las influencias socializadoras interrelacionadas de las escuelas, las familias y las comunidades, en la sociedad cubana actual. El contenido del análisis sobre el tema utiliza las informaciones obtenidas a través de diferentes métodos y técnicas de investigación, tales como, análisis bibliográfico, revisión de documentos, entrevistas abiertas, estudio de casos y observación.
METODOLOGÍA
Se aplicó la triangulación de fuentes, métodos, e informaciones. En cuanto a los métodos se acudió al análisis y crítica de fuentes, concretado a través de las operaciones lógicas de análisis-síntesis, inducción-deducción. El proceso de selección, recopilación e interpretación de la información bibliográfica se guía por los conceptos principales del estudio, hasta alcanzar una base adecuada de conocimiento a partir de la cual se pudiera articular el análisis propuesto. El estudio de casos, el análisis de documentos y la observación científica, se aplican a una muestra de 30 individuos y sus respectivas familias, seleccionada de forma intencional en una comunidad residencial del municipio Holguín, de la provincia cubana de igual nombre. Ello, unido a entrevistas abiertas a 15 profesores de alumnos en edades comprendidas entre la niñez e inicios de la juventud, posibilitó obtener informaciones empíricas relevantes sobre los retos de la socialización de los sujetos desde las interacciones entre las escuelas, las familias y las comunidades. Las informaciones teóricas y empíricas se triangulan para realizar el análisis presentado en este artículo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La socialización es el proceso a través del cual los individuos aprenden y se apropian de las normas, valores, comportamientos y roles de su cultura y sociedad. Este proceso es fundamental por cuanto permite a los individuos integrarse y actuar dentro de su comunidad y sociedad (Balea, 2021).
En el proceso de socialización es crucial la interrelación entre los agentes socializadores, por cuanto ello favorece un apoyo más completo, desde responsabilidades compartidas, para el éxito académico y el bienestar de los sujetos; contribuye a la adaptación de la enseñanza escolar a las diversas necesidades del alumnado, considerando sus contextos familiares y comunitarios; ayuda a que el proceso de socialización sea más coherente, facilitando la formación en valores y normas culturales que son esenciales para la formación integral de los estudiantes; mejora la comunicación y la cohesión social entre todos los agentes socializadores, lo que contribuye a la solución de problemas y a un ambiente educativo más positivo (Vila, 2002).
Por supuesto, cuando se asume la importancia de la interrelación entre los mencionados agentes socializadores, implica reconocer las importantes funciones que tienen cada uno de ellos y las responsabilidades compartidas, pero sin suplantar funciones, desde lo cual se puede mantener la colaboración, el diálogo, la participación conjunta en actividades, y la coordinación de esfuerzos para educar y socializar a los individuos (Vila, 2002; Torio, 2004; Brizuela, et al., 2021).
En cuanto a las funciones que tienen cada uno de estos agentes socializadores es oportuno realizar las siguientes consideraciones. La escuela tiene entre sus funciones la formación integral de los individuos, la educación formal, desarrollando habilidades académicas y sociales. También es responsable de formar y promover la disciplina y el diálogo; preparar a los estudiantes para resolver problemas y para adaptarse a los cambios de circunstancias socioculturales; atender las diferencias individuales y culturales, de manera que cada cual desarrolle sus potencialidades y capacidades (Torio, 2004; Reinaldo, 2020).
Coherentes con el análisis del anterior autor, a la familia le corresponden funciones como el apoyo emocional y social, proporcionado afecto y seguridad. Asimismo trasmite normas y valores que regulan el comportamiento; garantiza los recursos materiales que satisfacen importantes necesidades básicas de sus miembros, y los prepara para que lleguen a la escuela en condiciones materiales y psicológicas adecuadas, facilitando su socialización.
La comunidad, por su parte, es el espacio social arco en el que se desarrollan las interacciones sociales. Las normas y valores comunitarios influyen en el comportamiento de los individuos. El acceso a los recursos y la calidad de la vida y las relaciones comunitarias son cruciales, así como la organización y capacidad de gestión de los diversos actores que actúan en la comunidad. De todo lo dicho depende, en buena medida, la efectividad de las interacciones entre las escuelas, las familias y las comunidades (Reinaldo, 2020).
En busca de profundizar sobre los retos actuales de la socialización de los individuos desde la integración entre las escuelas, las familias y las comunidades, los autores triangulan las informaciones obtenidas, mediante los diversos métodos empíricos utilizados, en la muestra de 30 individuos y sus familias de procedencia, _seleccionadas de forma intencional, residentes en la comunidad "Alcides Pino", del municipio Holguín.
Los hallazgos empíricos apuntan a retos relacionados con la debilidad o ruptura de los vínculos de los individuos y sus familias con las comunidades de residencia de donde son originarios, y entre la escuela, las familias y las comunidades, a razón de situaciones familiares y socioeconómicas desventajosas, que en muchos casos condicionan la emigración espontánea y no controlada hacia barriadas marginales.
Si bien esa debilidad o ruptura ya se observa en las comunidades de origen, suele agravarse cuando se produce tal emigración y el individuo y sus familias (muchas veces ya desestructuradas) tienen que establecer nuevos lazos escolares, familiares, comunitarios en circunstancias desventajosas. Ello supone no pocos retos para las escuelas, las que deberían refinar sus estrategias de inclusión y éxito de los nuevos miembros, más las formas de hacer más efectivo el vínculo entre la escuela, la familia y la comunidad, en aras de una socialización más efectiva de los sujetos, según las normas oficializadas.
Pero no siempre lo último se logra. Teniendo en cuenta la importancia que para la socialización del individuo tiene que este se mantenga integrado a la escuela, se forme en valores compartidos y alcance una preparación adecuada para integrase luego al ámbito del trabajo, uno de los indicadores de la superación de los retos ya mencionados es si se logra, o no, la integración a la escuela, especialmente en edades que son cruciales en el proceso de socialización, y el itinerario de vida posterior del individuo.
En tal sentido, es sugerente que del total de la muestra del estudio, 26(87 %) pierde el vínculo con las instituciones escolares, entre la niñez y los inicios del primer periodo de la juventud, lo que a la larga los puso en desventaja para integrase al mundo del trabajo. En ellos hay una elevada incidencia (69.23 %) de los que residen en barriadas marginales, algunos nacen cuando sus familias ya están asentadas en la comunidad, pero otros inmigran siendo niños acompañados por sus familias. El resto de los 26 individuos viven en barrios no marginales, pero salvo un caso tienen una difícil situación familiar y económica.
Las historias de vida de algunos de estos individuos ayudan a comprender el impacto de que sobre su itinerario escolar y social tuvo la inmigración hacia barriadas marginales, y cómo en la base de ese impacto está la debilidad o ruptura del vínculo familias, escuelas y comunidades, condicionado por múltiples factores.
Así, un individuo expresa: “De niña vivía bien, me iba bien en la escuela, tenía mis amigos en mi barrio. Luego mi mamá y mi papá se separaron. Mi papa se fue para Estados Unidos y nuca más se acordó de nosotros. Después mi mamá se volvió a casar por un tiempo. Un día le dio por irse del barrio y nos mudamos, y de ahí me arrastró para acá, para una casa llena de parchitos, casi sin tener que comer. Algunos vecinos nos ayudaron, hasta donde podían. De la escuela vinieron dos o tres veces, hasta que la dejé y me casé a los 15 años”.
Asociado a lo anterior un reto no menos importante es cómo lograr la efectividad del vínculo entre la escuela, la familia y la comunidad, atendiendo a las realidades de familias desestructuradas, con una difícil situación socioeconómica, y escasa preparación y condiciones para comprender y realizar las funciones que le son propias y las que le corresponden en el vínculo con otras instituciones y grupos sociales.
Por razones que aun requieren de mayor investigación, lo cierto es que el mencionado reto se acentúa en las condiciones actuales, evidencia de ello es que de los 26 individuos que pierden el vínculo con la escuela, experimentan la pérdida o debilidad de lazos comunitarios, y una escasa o nula interrelación familia- escuela,- a edades que son cruciales en el proceso de socialización-, 23(76, 66 %) proceden de familias con una situación socioeconómica regular o pésima, y su inmensa mayoría (92.30 %) corresponde a familias monoparentales maternas, reconstituidas, y ampliadas.
Esas 26 familias presentan graves problemas de funcionamiento, lo cual complejiza las acciones a realizar por la escuela y los actores comunitarios, y limita seriamente la capacidad de las familias para interrelacionarse con efectividad con el resto de las instituciones y grupos sociales.
Entre los problemas de funcionamiento más destacados que afectan la interrelación entre las escuelas, las familias y las comunidades se constatan, en la muestra estudiada, un debilitamiento de sus funciones económicas, formativas, afectivas, que afecta la satisfacción de necesidades perentorias de sus miembros, satisfacción que es importante para que el individuo asista a la escuela en condiciones biológicas y psicológicas óptimas.
Ese debilitamiento de las funciones económicas, según los resultados del estudio, tienen mucho que ver con la desintegración laboral de la mayoría de las 26 familias, la carencia o precariedad de los ingresos, una búsqueda diaria, presentánea, de los recursos para satisfacer las necesidades perentorias de la familia, en circunstancias de crisis económica y persistente proceso inflacionario.
Estas son familias cuyo tiempo diario se consume en buscar lo necesario para el sustento, o realizar las tareas domestico familiares. El tiempo que pudieran dedicar a la atención de las necesidades escolares de sus miembros pasa a un segundo plano o sencillamente se asume como imposible. La casi totalidad de las mencionadas familias tienen escasa preparación para actuar de forma coordinada con la escuela y otros agentes socializadores, asumen que la escuela es la única responsable de la formación de los más jóvenes y desatienden los procesos educativos escolares.
La eleva incidencia de familias disfuncionales en lo formativo, afectivo, relacional, se evidencia en la presencia, en esas 26 familias, de dos o más de las siguientes problemáticas: diversas formas de violencia intrafamiliar; miembros alcohólicos; escasos límites al comportamiento de los demás, incluidos aquellos que tienen que ver con las exigencias escolares; anuencia a comportamientos transgresores de normas.
Los hallazgos apuntan a que los retos que se presentan en la socialización de los individuos, desde la interrelaciones familias, escuelas y comunidades, son retos que tienen que ver con situaciones que se combinan diversamente, en circunstancias sociales determinadas afectando dichas interrelaciones, con efectos negativos en la socialización de los individuos.
Una de las cuestiones más llamativas de los resultados de este estudio es que, según parece, algunas problemáticas que están en la base de los retos a la socialización desde la integración entre familias, escuelas, y comunidades, son problemáticas que se reproducen en algunos barrios y familias; lo cual termina afectando por generaciones la adecuada socialización de sujetos de las mismas familias.
El resultado de las entrevistas a 15 docentes de niveles de enseñanza que forman a niños y adolescentes confirma y amplía algunos de los hallazgos ya mencionados sobre el tema. Al respecto, los entrevistados coinciden en que, desde su experiencia, los principales retos de la socialización desde la integración entre la escuela, las familias y las comunidades son: lograr atender las diferentes necesidades educativas, formativas, cognoscitivas y afectivas de alumnos que tienen diferentes situaciones familiares, barriales y socioeconómicas, y también, en algunos casos, diferentes bases de conocimientos para cursar con éxito el grado de escolaridad en el que se encuentran.
Asimismo, se encuentran varias referencias a que es todo un reto lograr que los padres y comunidades se impliquen en los procesos educativos formales, cuando sus situaciones no siempre son las mejores, o no entienden la importancia de implicarse activamente en esa labor.
Además, hay consenso entre los entrevistados respecto a que un aspecto relacionado con lo antes dicho es la preparación continua de los propios docentes para adaptarse y atender la diversidad de sus alumnos, en condiciones complejas que afectan a alumnos y profesores.
En ese mismo orden de cosas, se encuentran referencias a la necesidad de superar ciertos déficits de recursos que se necesitan para visitar las comunidades y realizar actividades que activen la relación entre la escuelas, las familias y las comunidades. A ello se añade la urgencia de revitalizar organizaciones comunitarias, especialmente en barriadas con rasgos de marginalidad.
Aunque en menor medida no escapa a la percepción de los docentes entrevistados los retos asociados al acceso y uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones para la socialización de los individuos. En algunos casos esos retos lo relacionan con el diferente grado de acceso de los individuos a tabletas, celulares y computadoras propias, lo que marcaría diferencias a la hora de acceder a la información, realizar las tareas y alcanzar el éxito académico.
Otros entrevistados enfatizan en que algunos de los alumnos que tienen mayor acceso a dichas tecnologías, sobre todo cuando los padres no ponen límites al tiempo de su uso, ocupan mucho de su tiempo en ver películas, jugar, comunicarse, y se desentienden de las labores escolares.
Los hallazgos obtenidos, en sentido general, confirmarían cuán importante es que en la socialización de los sujetos actúen de forma interrelacionada la escuelas, la familias y las comunidades; así como la necesidad de identificar y superar los retos que en tal sentido se presentan en cada contexto social, de lo contrario se produce una socialización deficitaria.
Los retos identificados en el estudio no son privativos de alguna sociedad particular, aunque, por supuesto, en cada sociedad tiene sus condicionamientos, formas de expresión y maneras de intentar darle solución. En el mundo, diversos estudios dan cuenta de los retos que se presentan en las interrelaciones entre los diferentes agentes socializadores.
Sobre lo último se ha constatado que no pocas veces hay falta de comunicación y colaboración entre docentes y las familias, dificultándose el apoyo mutuo; en algunos barrios, la escasez de recursos comunitarios limita la posibilidad de una vida social activa, el desarrollo de acciones y proyectos conjuntos entre la escuela y la comunidad; debilidad o ausencia de políticas y acciones que garanticen actividades extraescolares subvencionadas; crisis de confianza en el sistema educativo; prejuicios y estereotipos sobre ciertas familias y comunidades, lo que obstaculiza la integración entre los agentes socializadores (Vila, 2002).
En este mismo orden de cosas, la diversidad de las estructuras familiares y los estilos de vida en la actualidad generan retos para la coordinación entre escuela y familia; la violencia y el absentismo son problemas muchas veces interconectados, cuya solución demanda de la solución de causas sociales, individuales y grupales; y falta de preparación y condiciones materiales de algunos padres y educadores para realizar con eficacia todas las funciones que le corresponden; aumento del individualismo, y falta de apoyo familiar y social, con afectaciones en la cohesión familiar y comunitaria (Torio, 2004).
La calidad de las relaciones familiares, el apoyo emocional y los recursos económicos influyen en el bienestar de los miembros de la familia. El nivel educativo y la formación de los padres pueden facilitar u obstaculizar las oportunidades de aprendizaje y desarrollo de los hijos. La disponibilidad de recursos, infraestructura y actores bien capacitados de las escuelas y comunidades son cruciales para los procesos educativos y de socialización de los individuos (Harvey, et al., 2022).
Por otra parte, uno de los hallazgos del estudio empírico se relaciona con retos concernientes al desigual acceso y usos de las tecnologías. Sobre el particular, según Balea (2021), es justo reconocer que las tecnologías de la información y las comunicaciones y los procesos de virtualización tienden a modificar las formas en que interactúan los individuos y grupos sociales; cuando las familias tienen acceso a recursos educativos y de apoyo en línea, puede enriquecerse el proceso de socialización de sus hijos.
En la escuela las nuevas tecnologías de enseñanza facilitan el acceso a la información y a la colaboración, y el desarrollo de habilidades para un mundo cada vez más digitalizado, lo que puede enriquecer el proceso de socialización de los hijos. En la comunidad, el uso de las tecnologías pudiera favorecer la formación de redes sociales, la cohesión social, la participación cívica y en la toma de decisiones, creando oportunidades para las interacciones entre las familias, las escuelas y las comunidades (Balea, 2021; Santana, & Deler, 2023).
No obstante las enormes ventajas del acceso a las tecnologías, ello también tiene sus desafíos. Es necesario garantizar un igual acceso a las TIC, formar a las familias en el uso efectivo de las TIC, prepararlas para que su uso se destine a resolver problemas específicos de niños y adolescentes, y realmente faciliten la efectividad de las interrelaciones entre familia, escuela y comunidad (De Armas, et al., 2022).
Respecto a la preparación de la familia para actuar coordinadamente con otros agentes socializadores, se coincide con Vargas, et al. (20023), en la importancia de la orientación familiar, o sea, la ayuda que busca fortalecer la relación entre la familia, la escuela y la comunidad. El maestro orientador debe diagnosticar problemáticas familiares, proyectar acciones educativas efectivas, considerando las características y diversidad del contexto socio-comunitario
Sin embargo, según los últimos autores referenciados, no son pocos los desafíos y retos que se presentan en comunidades socialmente complejas en el proceso de orientación social. En tal sentido sobresale, el reto de adaptarse a diferentes realidades y necesidades; lograr la participación activa de los agentes comunitarios; involucrar, para el análisis y tratamiento interdisciplinario, a maestros, psicólogos, sociólogos y otros especialistas para abordar las necesidades de las familias de manera integral (Vargas, et al., 2023).
En Cuba, las dificultades económicas y sociales en Cuba han dado lugar a una sociedad más heterogénea, acentuando problemas como: insuficiente conocimiento, condiciones y orientación de las familias, para cumplir sus funciones; aumento del alcoholismo, violencia, y otras problemáticas sociales que afectan el desarrollo de los adolescentes en contextos vulnerables. Al mismo tiempo, hay síntomas de una crisis en la percepción de la calidad de la educación; dependencia de "repasadores”; desigualdades según la capacidad económica de las familias. Todo los cual produce afectaciones a la relación escuela-familia-comunidad, no obstante los logros del perfeccionamiento del sistema educativo cubano (De Armas, et al., 2022).
En realidad cuando se alude a comunidades socialmente complejas, de alguna manera se reconoce que existen situaciones de vulnerabilidad social en Cuba, que se manifiesta de diversas maneras, tales como, insuficiente acceso a recursos básicos como educación, salud y empleo puede llevar a comunidades enteras a situaciones de marginación; desigualdades económicas, déficits alimentarios; vulnerabilidad demográfica; déficits en el acceso a la vivienda; malas condiciones de las viviendas; falta de infraestructuras adecuadas, entre otras problemáticas(Martín, 2019), que afectan directamente las interrelaciones entre las escuelas, las familias y las comunidades.
En esta misma línea de análisis, el estudio de Zabala, et al. (2023), analizan las desigualdades sociales en Cuba desde una perspectiva interseccional, destacando cómo estas afectan a diferentes grupos, incluyendo a los niños y niñas migrantes. Se identifican desigualdades en múltiples dimensiones, como género, color de piel, y condiciones socioeconómicas, que se manifiestan en ámbitos como la educación, la vivienda y la participación social.
Los niños en situaciones de pobreza o en contextos de migración experimentan barreras significativas en el acceso a recursos. Los niños migrantes enfrentan desafíos adicionales en el ámbito escolar, como actitudes prejuiciosas y racistas. Aunque la educación en Cuba es gratuita y obligatoria, ello no garantiza el éxito escolar. Las desigualdades persisten y afectan la educación de niños y adolescentes, a razón de que afectan el acceso a los recursos, la calidad educativa, las oportunidades reales, la formación de prejuicios y estereotipos, entre otros aspectos que afectan su éxito escolar (Zabala, et al., 2023).
CONCLUSIONES
El presente trabajo permitió profundizar en aspectos teóricos y empíricos del tema seleccionado, desde lo cual se articula un análisis que pudiera ampliar, de conjunto con otros autores, los conocimientos sobre los retos a la socialización desde la integración entre las familias, las escuelas y las comunidades.
Los hallazgos apuntan a que no obstante la prioridad que en Cuba tiene la búsqueda de una socialización adecuada de los sujetos, en lo cual se prioriza oficialmente los procesos educativos y se incentiva la interrelación entre los diversos agentes socializadores, en algunas familias y comunidades se reproduce una socialización deficitaria que en alguna medida es resultado de la debilidad o ruptura de los vínculos entre las escuelas, las familias y las comunidades, condicionado por desventajas barriales, familiares, socioeconómicas.
Dada la importancia y complejidad del tema, se hace necesario continuar profundizando, desde una perspectiva transdisciplinaria, en los retos analizados y otros, ampliando la muestra del estudio, en las circunstancias actuales de la sociedad cubana.
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