La docencia desde la perspectiva del coaching en las aulas universitarias: el caso de la UAEMéx

 

Iliana Yadira Guadarrama Varón

Profesora de Tiempo Completo. Universidad Autónoma del Estado de México

0009-0002-5001-856X

iyguadarramav@uaemex.mx

Yessica Yael Gómora Miranda

Profesora de Tiempo Completo. Universidad Autónoma del Estado de México

0009-0003-1832-5700

yygomoram@uaemex.mx

Eva Martha Chaparro Salinas

Profesora de Tiempo Completo. Universidad Autónoma del Estado de México

0000-0001-7955-4628

emchaparros@uaemex.mx

 

RESUMEN

Las habilidades de coaching han permeado en diferentes espacios del desarrollo humano. El ámbito educativo como punto de partida en la formación académica y profesional requiere de cambios importantes en la labor que desempeñan los docentes para promover el aprendizaje. El coaching educativo es una de las alternativas que fomenta la enseñanza con nuevas herramientas que impulsen la mejora continua en el sector educativo (Rascón y Pérez, 2017; Ramos et al., 2019; Campayo, 2022). El coaching incentiva el desarrollo del conocimiento y la calidad educativa a partir de aspectos como la comunicación asertiva; el bienestar emocional y los procesos de autoaprendizaje en una sociedad que demanda mayor cercanía, interés y conexión entre las personas (Álvarez et al., 2018; Domínguez et al., 2018; Bernández y Belmonte, 2020; Bécart, 2016; Valero, 2019; Flores, 2021; Bécart y Ramírez, 2016). Esta ponencia es parte de una investigación cuantitativa más amplia y previa en donde se exponen los hallazgos de un cuestionario que se aplicó a una muestra incidental no probabilística de 156 estudiantes, procedentes de tres licenciaturas escolarizadas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). Se exploraron las opiniones del alumnado sobre las habilidades de sus docentes, para identificar aquellas funciones inscritas en la perspectiva del docente-coach y las que se mantienen dentro del modelo tradicional. En el presente documento se analizan dos variables distintas: comunicación asertiva y bienestar emocional. El estudio también aborda reflexiones sobre de los beneficios que el coaching puede aportar para las funciones que tienen los docentes en las universidades. El autoconocimiento, la responsabilidad, el apoyo emocional y el nivel de profundidad en la comunicación son aspectos que suman a la calidad educativa, y que demuestran que las necesidades actuales demandan otras estrategias.

Palabras clave: Comunicación asertiva, bienestar emocional, docente-coach, universidades.

 

Teaching from a coaching perspective in university classrooms: the case of the UAEMex

ABSTRACT

Coaching skills have permeated different areas of human development. The educational field as a starting point in academic and professional training requires important changes in the work performed by teachers to promote learning. Educational coaching is one of the alternatives that promotes teaching with new tools that drive continuous improvement in the educational sector (Rascón and Pérez, 2017; Ramos et al., 2019; Campayo, 2022). Coaching encourages the development of knowledge and educational quality based on aspects such as assertive communication, emotional well-being and self-learning processes in a society that demands greater closeness, interest and connection between people (Álvarez et al., 2018; Domínguez et al., 2018; Bernández and Belmonte, 2020; Bécart, 2016; Valero, 2019; Flores, 2021; Bécart and Ramírez, 2016). This paper is part of a larger and previous quantitative research where the findings of a questionnaire that was applied to a non-probabilistic incidental sample of 156 students, coming from three schooled degrees of the Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), are exposed. The students' opinions about their teachers' skills were explored to identify those functions inscribed in the teacher-coach perspective and those that remain within the traditional model. Two different variables are analyzed in this paper: assertive communication and emotional well-being. The study also discusses reflections on the benefits that coaching can bring to the roles of teachers in universities. Self-knowledge, responsibility, emotional support and the level of depth in communication are aspects that add to educational quality, and that demonstrate that current needs demand other strategies.

Key words: Assertive communication, emotional well-being, teacher-coach, universities, self-learning.

 

 

INTRODUCCIÓN

 

En el presente documento, en primer término, fue necesario abordar algunos aspectos esenciales que definen el coaching educativo. La figura del docente-guía (coach) puede ser vista como un actor que puede impactar positivamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje de una sociedad que cada vez se torna más desafiante, compleja y dinámica. Como se ha señalado líneas arriba, este documento es la segunda parte de una investigación que estuvo enfocada en revisar las prácticas docentes en tres espacios académicos de la Universidad Autónoma del Estado de México, a través de 156 cuestionarios que fueron aplicados a estudiantes que cursaban alguna de las siguientes tres licenciaturas: Administración, Mercadotecnia y Comunicación.

 

El problema que se abordó tiene que ver con la percepción que tenían los estudiantes de estos programas educativos acerca del claustro docente que les había impartido alguno de sus cursos de licenciatura. Específicamente se analizaron dos categorías: la comunicación asertiva y el bienestar emocional enfocado en la confianza. Desde esta óptica se analizó de qué manera se pueden incluir estrategias formativas para incentivar un aprendizaje significativo con la mejora de habilidades y herramientas por parte del profesorado. Además, se comentan algunas experiencias en el tema del coaching educativo que han reportado algunas universidades, a fin de hacer visibles los aportes de otras investigaciones que han tratado esta temática.

 

Asimismo, se busca proponer pautas para mejorar la calidad educativa desde la práctica docente. El docente tradicional ejerce una labor importante. Sin embargo, revisar de qué manera la vida universitaria puede transformarse con herramientas del coaching educativo, puede agregar valor al mundo académico, así como a la formación de quienes reciben clase como parte de su proceso de profesionalización.

 

METODOLOGÍA

 

Diseño de Investigación

 

El presente estudio se desarrolló a través del diseño de un instrumento de 25 ítems, aplicado a una muestra incidental no probabilística. El cuestionario fue enviado a través de Google forms a un total de 156 estudiantes de tres licenciaturas: Administración, Mercadotecnia y Comunicación, ubicados en tres espacios académicos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Dichos cuestionarios fueron distribuidos de la siguiente manera: 65 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; 32 en la Facultad de Contaduría y Administración Campus Ciudad Universitaria y, 59 en la Facultad de Contaduría y Administración Campus Los Uribe.

 

Las preguntas se redactaron a partir de bases conceptuales sobre el coaching educativo en las universidades y de ocho categorías que buscan representar la figura de un guía del aprendizaje (coach), a saber: 1) comunicación asertiva; 2) orientación sobre la actividad profesional; 3) bienestar emocional; 4) aprendizaje y mejora del rendimiento académico; 5) motivación y reconocimiento de capacidades para impulsar el empoderamiento; 6) retroalimentación; 7) responsabilidad y el compromiso y, 8) logros y promueve autonomía.

 

Se exploraron opiniones del alumnado sobre las habilidades de sus docentes, con el propósito de identificar funciones inscritas en la perspectiva del docente-guía (coach) y las que se mantienen dentro del modelo tradicional. Se validó el cuestionario a través de la Correlación de Pearson. Se identificó que, entre las diversas preguntas, todas mantenían al menos una correlación moderada con otra pregunta. Respecto al coeficiente Alpha de Cronbach, el instrumento mostró una fiabilidad de 0.83. Por su parte, la prueba de KMO y Barlet, mostró datos moderados, cercanos a 0.616. Consecuentemente, es posible confiar en la validez de contenido del cuestionario y con ello derivar análisis y conclusiones fiables.

 

Para la presente ponencia se analizan las siguientes categorías: Comunicación asertiva y Bienestar Emocional.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 

Comunicación asertiva

 

La categoría uno abarcó algunas preguntas vinculadas a la comunicación asertiva que promueven los y las docentes hacia el estudiantado. Los datos revelaron que cerca del 70 por ciento del profesorado manifiesta interés cuando los y las estudiantes comparten sus ideas o comentarios durante la clase (ver gráfico 1). Escuchar con interés y cuidado las aportaciones de quienes están en formación profesional resulta una acción relevante para asegurar el aprendizaje en el aula. Ampliar los comentarios o ideas para afianzar los conocimientos del alumnado es una de las tareas fundamentales de quienes están en el campo docente.

 

Gráfico 1. Categoría 1. Comunicación asertiva

 

 

 

Fuente: Elaboración propia, 2023.

 

La comunicación es una habilidad que permite expresar de manera clara, precisa y directa información entre quienes están participando como interlocutores. Requiere mejora, esfuerzos y trabajo constantes para desarrollarse de manera asertiva. La comunicación demanda atención, interés, empatía y colaboración para que cumpla su objetivo. Comunicar es una competencia necesaria en las organizaciones para poder fortalecer lazos de colaboración y cumplir con las metas de cada empresa o institución. Desde luego, la docencia necesita practicar de forma constante y eficiente la comunicación para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. El aula es un espacio donde surge el intercambio de ideas para la reflexión, el análisis y la construcción de un criterio propio sobre los temas que se abordan.

 

Algunos estudios sobre comunicación asertiva en el sector educativo argumentan que cuando el profesorado pone en práctica la asertividad, el desempeño del alumnado aumenta (Monje et al., 2009, citados por Calua et al, 2021). En Ecuador, un estudio realizado sobre educación superior indicó que el equipo docente requiere desarrollar asertividad al impartir clases para fomentar cercanía, conversaciones claras y tolerancia hacia la diversidad de opiniones (Bernal, et al., 2022). Asimismo, la forma, el estilo, el tacto y la serenidad para comunicar ideas o cuestionamientos son aspectos en donde la docencia puede seguir sumando esfuerzos formativos.

 

Una investigación desarrollada con docentes universitarios de Bogotá, Colombia (Palacios et al., 2019, acerca de las competencias sociales docentes, destacó que la asertividad, la escucha activa, el trabajo en equipo y el respeto, configuran un núcleo de gran importancia dentro del ejercicio de profesores(as) universitarios(as). Sin duda, el profesorado debe poseer determinados conocimientos en aquellos campos del saber que son propios de la disciplina o ciencia que imparte, a efecto de llevar a cabo su función de la mejor manera posible. Además de ello, actualmente se requiere de profesores(as) con otras habilidades para dar acompañamiento a estudiantes que necesiten desarrollar la capacidad de análisis, la mirada crítica y la confianza.

 

Algunos aportes sobre el coaching educativo refieren que se debe alentar a quienes están en la formación académica para desarrollar capacidades y habilidades en su estancia universitaria. De manera que parte de la responsabilidad de profesores y profesoras radica en generar condiciones y circunstancias que favorezcan el aprendizaje formativo. El docente como guía (coach), implica impulsar la autonomía, la libertad de pensamiento y el desarrollo de competencias en el estudiantado. Incluso, tal como lo advierten Ávila et al., (2020), se requiere de herramientas, metodologías y enfoques innovadores para incrementar la capacidad de resolver problemas, tomar decisiones y comunicar asertivamente. Aunque parecen temas ajenos a la labor docente, son acciones que actualmente se practican con frecuencia en los espacios universitarios.

 

El coaching educativo es una metodología que aporta herramientas para promover el aprendizaje áulico. Incluso, incentiva la responsabilidad, el compromiso, la conciencia y el sentido común para impulsar el logro de objetivos (Rueda, 2018). Dicha metodología es considerada una estrategia formativa basada en el acompañamiento para despertar el potencial de las personas en procesos de cambio. La cercanía con alumnos(as) por parte de docentes es fundamental porque crea condiciones para dialogar a partir de un lenguaje generativo que construya acuerdos, estrategias y vínculos a través de la comunicación asertiva.

 

La escucha por parte de docentes es una veta que permite aproximarse al entendimiento de las necesidades del estudiantado y puede mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. El interés y la receptividad de cada docente durante su labor universitaria fomenta una dinámica de apertura y apoyo que incentiva un mejor rendimiento académico (Bernal, et al., 2022)

 

También se les preguntó a los estudiantes encuestados si las y los docentes que imparten clase escuchan con atención cuando ellas o ellos expresaban que no entendían un determinado tema. En este rubro, poco más del 60 % consideró que sus docentes escuchan atentamente cuando expresan falta de claridad ante los temas y, un 35 % respondió que tal tipo de respuestas o de actitudes sucedía pocas veces (ver gráfico 2). Estos indicadores, si bien reflejan el interés de profesores y profesoras para atender dudas y necesidades del estudiantado, también dejan al descubierto la necesidad de fomentar conversaciones constructivas entre ambas partes, a fin de incentivar el aprendizaje.

 

Gráfico 2. Categoría 1. Comunicación asertiva

 

 

Fuente: Elaboración propia, 2023.

 

 

El coaching educativo busca que mediante la generación de conversaciones abiertas y amables se construyan lazos de cercanía que amplíen los senderos por los que transita el aprendizaje significativo. La comunicación como herramienta del coaching es la base para un diálogo constructivo. Saber expresar de manera clara y pertinente necesidades, pensamientos, sentimientos y posturas sobre lo que ocurre, constituye un factor primordial en cualquier espacio universitario y laboral. Por ello es recomendable que él o la docente integren en su quehacer momentos para las discusiones, el análisis y los debates mediante una expresión verbal adecuada que inste al respeto de las distintas perspectivas que suelen emerger. Asimismo, como lo señalan Bernal, et al., (2022), el profesorado es un referente y facilitador de respuestas claras, cercanía, tolerancia ante la diversidad y el desacuerdo, así como de un clima que impulse el aprendizaje y la participación constante.

 

Una investigación sobre comunicación asertiva desarrollada en Ecuador (Mendiburu et al., 2022), con estudiantes universitarios de la licenciatura en educación básica señaló que el desempeño docente demanda habilidades y capacidades para hacer frente a esta labor. No basta con la preparación en temas específicos en los campos del saber; también se necesitan determinadas formas y estilos en la expresión verbal. El profesorado precisa responder comentarios, aclarar dudas y reforzar el aprendizaje áulico, y para ello se requiere de una comunicación con actitud que fomente respeto, serenidad y claridad.

 

Algunas investigaciones han evaluado la comunicación asertiva en el ámbito educativo para exponer su relevancia en la mejora del desempeño docente. Incluso, se han desarrollado estrategias asertivas en la práctica cotidiana para fomentar el aprendizaje y fortalecer las capacidades del alumnado. Por ejemplo, el equilibrio entre decir y sentir para poner en práctica la inteligencia emocional y saber gestionar la emoción y expresarla. Otra estrategia es elegir solamente palabras positivas durante el diálogo que se mantiene en el aula cuando haya que expresar situaciones desfavorables o negativas. Una estrategia más consiste es promover un vocabulario asertivo que incluya palabras que promuevan serenidad, respeto, empatía y cortesía para enfrentar escenarios adversos (Cañas y Hernández, 2019).

 

La comunicación asertiva también se relacionó con el fomento de la comunicación en el aula a través de un diálogo hacia comprensión de los temas que se imparten por parte del docente. En este sentido, cerca del 60 % del alumnado aseguró que sus docentes mostraban interés y apertura para generar conversaciones que mejoren el entendimiento de los temas expuestos en clase (ver gráfico 3). Esta cifra indica la necesidad de seguir avanzando para que el aprendizaje y el intercambio de ideas sean constantes en quienes están a cargo de la docencia en las universidades.

 

¿Qué podría aportar la comunicación asertiva y la cercanía entre docentes y estudiantes en los espacios educativos? Desde luego, una comprensión de las necesidades de los estudiantes y un vínculo más colaborativo entre docente y alumno que dé lugar al aprendizaje y la formación profesional de calidad. Además, pueden sumar esfuerzos para la formación profesional, manteniendo una mirada crítica y una constante capacidad reflexiva. El ejercicio docente en esta época de cambios y desarrollo tecnológico a gran escala sitúa al sector educativo en un entorno más complejo. La falta de atención y concentración por parte de estudiantes en el aula virtual o presencial demandan una comunicación asertiva que promueva el interés, motivación y crecimiento personal y profesional en estudiantes universitarios(as).

 

La labor del docente como coach insta a que los y las estudiantes sean autónomos y asuman sus responsabilidades o roles. Pretende fomentar la conciencia sobre la práctica de la asertividad en la comunicación y una escucha atenta que se materialice en metas y acciones, en línea con los propósitos profesionales y personales. De manera que el estudiantado sea proactivo y que sume esfuerzos para lograr los objetivos de aprendizaje. De igual forma, busca promover conciencia en quienes están en la formación profesional sobre sus hábitos, áreas de oportunidad, fortalezas y necesidades principales, dado que muchas veces se transita por la vida académica con aquella prisa por egresar más que por construir y desarrollar habilidades para la vida (Casado et al., 2010 citado en Bécart y Ramírez, 2016).

 

La propuesta desde el coaching educativo es que el o la docente sea capaz de fomentar respuestas y recursos en el estudiantado. Se trata de una labor que busca ayudar y promover aptitudes y competencias en el desarrollo académico universitario (Villa, 2008 citado en Valero, 2019). De allí que la comunicación asertiva, como herramienta del coaching, puede ser “el fundamento del sistema educativo el cual a su vez puede promover el desarrollo de la criticidad de los aprendices, quienes, al experimentar un diálogo excelso con sus maestros, pueden fortalecer su personalidad y fomentar hábitos de proactividad que confluyan hacia la autonomía educativa” (Martínez, 2018, p.92).

 

Gráfico 3. Categoría 1. Comunicación asertiva

 

 

Fuente: Elaboración propia, 2023.

 

Finalmente, esta categoría estuvo enfocada en la interacción de los y las docentes con el grupo. Se preguntó si los docentes promovían la escucha activa para favorecer el diálogo y la participación grupal. Al respecto, cerca del 60 % respondió que ello ocurría siempre (ver gráfica 4). Esta cifra refleja una práctica importante que puede impulsar el desarrollo de estrategias didácticas que fortalezcan las competencias académicas de los y las estudiantes. No obstante, es claro que dicha práctica debería ser más alta, porcentualmente hablando.

 

Un estudio en Lima, Perú sobre la competencia tutorial en docentes destacó que las habilidades humanas en el claustro docente son necesarias para la formación holística del alumnado. Algunas de estas son la comunicación asertiva, el trabajo colaborativo y la solución de conflictos. El estudio resaltó la necesidad de que el docente tutor promueva un ambiente de seguridad, bienestar y confianza. Parte de los resultados del estudio refieren que una de las responsabilidades docentes es la construcción de un clima que fomente espacios seguros en el aula. Asimismo, la necesidad de que exista integración e intercambio de ideas en beneficio del crecimiento y desarrollo académico de quienes están en la formación universitaria (Albitres y Sánchez, 2023).

 

Gráfico 4. Categoría 1. Comunicación asertiva

 

 

 

Fuente: Elaboración propia, 2023.

 

Otras investigaciones sobre coaching educativo en España refieren que es una estrategia innovadora que suma a la formación docente y que impacta el proceso de enseñanza-aprendizaje. Asimismo, apuntan que se trata de una metodología que incentiva la orientación a resultados, objetivos y soluciones relacionadas con el rendimiento académico. De igual forma, aseveran que promueve la confianza, la autoestima, el manejo del estrés y la resiliencia. Por ello, el rol del docente desde las aulas y bajo los principios del coaching, pretende mejorar las competencias en el alumnado para convertirse en agente de cambio dentro del sistema educativo universitario (Bécart y Ramírez, 2016; Domínguez et al., 2018).

 

Dentro de la categoría tres, relacionada con el bienestar emocional se preguntó si el alumnado siente confianza para externar con sus profesores y profesoras las dudas relacionadas con un tema de clase. Poco más de la mitad contestó que siempre la experimentan (ver gráfico 5). Este dato resalta un trabajo que la mayoría de los y las docentes realiza para generar entornos confiables que fomenten claridad en los temas y por lo tanto una mejora en el aprendizaje.

 

Gráfico 5. Categoría 3. Bienestar emocional

 

 

Fuente: Elaboración propia, 2023.

 

Una investigación desarrollada desde la perspectiva de género por el Tecnológico Nacional de Coatzacoalcos acerca de la percepción de los alumnos sobre la confianza que les inspiraban sus profesores o profesoras, refirió que el desarrollo educativo requiere de la práctica de algunos valores, tales como: la confianza, el respeto y la consideración entre docentes y estudiantes (Tejera y Cardoso 2015, citados por Céspedes et al., 2022). Asimismo, apuntó que la confianza es un aspecto que detona participación, motivación, interacción y una comunicación más efectiva en las aulas universitarias.

 

Mejorar las prácticas docentes para promover un mejor desempeño es una responsabilidad que le concierne a las universidades. Necesidades del mundo académico, como las habilidades sociales, requieren atención para valorar y ajustar aquello que pueda sumar a la calidad educativa. Actualmente las Instituciones de Educación Superior (IES) necesitan trabajar y redoblar esfuerzos para que el profesorado cuente con aptitudes y habilidades que se reflejen en egresados y egresadas con mayores herramientas para enfrentar un mundo laboral cada vez más desafiante (Céspedes et al., 2022)

 

El clima de un salón de clases está dirigido por quienes están al frente de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Crear una atmósfera que promueva la participación es una responsabilidad del profesorado. Incentivar que el estudiantado practique sus habilidades comunicativas para que exprese sus ideas es parte del desarrollo académico. Sin embargo, se requiere de ambientes que fomenten el diálogo y la capacidad argumentativa que muchas veces se merma durante la formación profesional. Incluso, en diversas ocasiones, los y las docentes crean formas de aprendizaje unidireccionales que no dan lugar a una discusión que permita el desarrollo del pensamiento y la capacidad analítica.

 

Un trabajo que versó sobre la importancia de las habilidades blandas para la docencia universitaria, desarrollado en Chile, concluyó que el aprendizaje significativo tiene lugar cuando el estudiante está motivado por saber y conocer lo que se comparte en el aula, que en ello está implicado el interés por ampliar y explorar los conocimientos, pero también depende de la cercanía, la motivación y el compromiso del docente hacia el estudiantado y hacia el curso (Naranjo, 2019). La misma investigación postuló que “un docente debe ser confiable, empático, cercano, al mismo tiempo que debe evidenciar conocimiento y ser veraz” (Naranjo, 2019, p.92).

 

En la misma categoría del “Bienestar emocional”, se indagó si ante temas personales los y las estudiantes sentían confianza para acercarse con sus profesores y profesoras y compartir algún tema personal que afecte su desempeño académico. Cerca de la mitad respondió que sí experimentaban dicha confidencialidad (ver gráfico 6).

 

Gráfico 6. Categoría 3. Bienestar emocional

 

Fuente: Elaboración propia, 2023.

 

El coaching educativo, propone que se acredite un rol activo por parte del docente para mejorar los niveles de aprendizaje. Fomentar entornos seguros y de confianza para que los y las estudiantes se atrevan a expresar lo que piensan o lo que no está claro, es una tarea que involucra a la docencia. Los vertiginosos cambios que se viven actualmente, como resultado de la revolución digital y el impacto que está provocando la Inteligencia Artificial (IA), ponen de relieve la importancia que reviste el hecho de que el mundo académico busque estrategias innovadoras para diversificar las estrategias de enseñanza-aprendizaje. Más allá de colocar al coaching educativo como una propuesta de mejora, es importante subrayar que diferentes investigaciones, tanto internacionales como locales, advierten que gravitan valores, competencias, habilidades, roles y actividades que requieren ser conocidas e implementadas por el profesorado de todos los niveles educativos y, desde luego, en todas las Instituciones de Educación Superior (IES).

 

El papel del docente como guía (coach) plantea la urgencia de promover entre los estudiantes la conciencia, la confianza la credibilidad en sí mismos, la responsabilidad, el compromiso, entre otros aspectos (Ávila et al., 2020). Es una labor que va más allá del docente tradicional, quien muchas veces está enfocado solamente en impartir una asignatura y evaluar los conocimientos.

 

La figura del docente-guía(coach) proyecta otros retos para una sociedad más compleja que demanda dinamismo en las aulas, a fin de captar de mejor manera la atención e interés de alumnos y alumnas. No obstante, dicho papel, rol o función, plantea la necesidad de ir más allá de la labor académica. Es claro que si brinda la orientación requerida por el estudiantado que asiste a las universidades, entonces serán capaces de mejorar su potencial y avanzar de mejor manera en su desarrollo profesional. Se trata entonces de apoyarles en el abordaje de temas personales que afectan su trabajo, dedicación y desempeño durante su carrera universitaria.

 

Algunas de las situaciones adversas que suelen experimentar los y las estudiantes y que tienden a mermar su desempeño académico son: la falta de recursos económicos, la necesidad de trabajar y estudiar al mismo tiempo, la ausencia de los padres y madres, así como las responsabilidades de maternidad y paternidad a temprana edad, entre otros. Dichas circunstancias pueden ser la causa del abandono o la deserción escolar. Por ello, la voz y orientación del docente-guía (coach) cobra un papel relevante para dar alguna alternativa que permita la continuidad y conclusión de los estudios universitarios. A veces, el talento se puede retener a través del apoyo de docentes dispuestos a escuchar y a contribuir desde su labor.

 

CONCLUSIONES

 

La formación profesional que proporcionan las universidades requiere que la labor de su personal docente sea innovadora, a fin de responder apropiadamente a una sociedad cada vez más desafiante en diversos ámbitos. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la Inteligencia Artificial (IA) son recursos que pueden ayudar a mejorar diversas estrategias de aprendizaje. Sin embargo, también es cierto que configuran un espacio que puede llevar a la desatención y el bajo rendimiento del estudiantado. Por ello, las habilidades para mejorar la práctica docente desde el coaching educativo son aspectos que pueden sumar a la interacción entre docentes y estudiantes.

 

Resultado de la aplicación de 156 cuestionarios a estudiantes de tres programas de licenciatura impartidas por la Universidad Autónoma del Estado de México, se analizaron dos categorías acerca de la labor desempeñada por su claustro académico, durante la impartición de clases. Por un lado, la comunicación asertiva y por otro costado, aquello que sucedía con el bienestar emocional, desde el ámbito de la generación de la confianza del alumnado hacia sus profesores(as).

 

La comunicación asertiva emergió como una habilidad que se practica por parte de los y las docentes, aunque se requiere continuar progresando para dar mejores resultados. Dicha comunicación fomenta la cercanía entre profesores y profesoras y el estudiantado. Asimismo, contribuye a la construcción de una mirada crítica ante los contenidos y a la capacidad de análisis y la práctica constructiva del diálogo entre los dos actores del proceso de enseñanza-aprendizaje. Las aulas universitarias son los espacios en donde se gesta la formación profesional para preparar a las nuevas generaciones con conocimientos, habilidades y el uso de herramientas que sumen a su vida laboral en entornos cada vez más complejos, dinámicos, inestables y competitivos.

 

El bienestar emocional, desde la dimensión de la confianza, puede estimular la participación, la motivación y la interacción con una comunicación más efectiva en las aulas. Generar confianza en los espacios áulicos requiere del impulso y de las mejores actitudes por parte del profesorado. Crear ambientes que insten la mejora continua puede favorecer al desempeño académico de quienes están en formación. Se sabe que estas dinámicas oportunas entre estudiantes y docentes aportarán seguridad y confianza en el desempeño laboral de quienes se formaron años atrás en los espacios universitarios.

 

Es necesario reconocer que actualmente la práctica docente todavía conserva diversos rasgos que proceden del modelo tradicional, basado en una relación vertical y en la clase o disertación oral. Ante ello, recientemente las experiencias de corte internacional revelan que en aquellos ambientes educativos en los que se practican las llamadas “habilidades blandas” como: la escucha; el trabajo colaborativo; la solución de conflictos; la comunicación asertiva, ente otras, contribuyen a una formación más integral, significativa, relevante y pertinente. En suma, la responsabilidad docente requiere una labor más holística que promueva un desarrollo humano y profesional en el estudiantado universitario.

 

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