Ideario pedagógico martiano. Referente para desarrollar proyectos educativos en Urbano Noris
Dr. C. Juan Raciel Suárez Suárez
Profesor Titular. Centro Universitario Municipal Urbano Noris Cruz. Holguín
https://orcid/0000-0003-3306-8012
juanrs@uho.edu.cu
Lic. Beralia Suárez Torres
Dirección Municipal de Educación. Urbano Noris Cruz. Holguín
M. Sc. Maité Yalina Monlongo Beltrán
Profesor Asistente. Centro Universitario Municipal Urbano Noris Cruz. Holguín
Maiteyuho.edu.cu
RESUMEN
El estudio sistematizado del ideario pedagógico y educativo de José Martí permite comprender su dimensión universal, la resonancia de actualidad que preserva y los altos valores que están implícitos en el mismo. Entre sus aportaciones relacionadas con la educación se incluyen valiosas propuestas y reflexiones acerca de proyectos, planes y propósitos educativos que pensó y quiso desarrollar o que, propuestos y desarrollados por otros, ponderó en su tiempo, los cuales tienen actualidad y se convierten en referentes para la labor de perfeccionar la educación. En este artículo se realiza un estudio sintetizado de los mismos, a través de la revisión de la amplia y profunda obra martiana y apoyados en la síntesis desde una visión interpretativa contextualizada, se abordan ideas actuales que corroboran la importancia de ir al legado martiano, como herramienta teórica para alcanzar mayor calidad educativa y asumir los retos de una educación cada vez más compleja y exigente.
Palabras clave: proyectos educativos, ideario martiano, pedagogía, Urbano Noris.
ABSTRACT
The systematized study of José Martí's pedagogical and educational ideology allows us to understand its universal dimension, the current resonance that it preserves and the high values that are implicit in it. His contributions related to education include valuable proposals and reflections about educational projects, plans and purposes that he thought about and wanted to develop or that, proposed and developed by others, he considered in his time, which are current and become references for the work to improve education. In this article, a synthesized study of them is carried out, through the review of Martí's broad and profound work and supported by the synthesis from a contextualized interpretive vision, current ideas are addressed that corroborate the importance of going to Martí's legacy, such as theoretical tool to achieve higher educational quality and take on the challenges of an increasingly complex and demanding education.
Keywords: educational projects, Martí's ideology, pedagogy, Urbano Noris.
INTRODUCCIÓN
Un análisis de la periodización de las ideas educativas y la acción pedagógica martianas revela como a lo largo de su amplia actividad educativa Martí defendió una educación popular, científica, general, cuyos contextos declaratorios pudieron ser Cuba, México, Guatemala, Venezuela, Estados Unidos, no obstante, comprendió como más allá de los escenarios para ser justa debía ser distributiva, alcanzar a todos con oportunidades reales y tener su sustento desde la primaria hasta la universitaria en la ciencia, la que debía ponerse en un lenguaje sencillo, asequible.
Ponderó avances educativos en naciones como Francia, Alemania, entre otras y dejó establecido que los sistemas educativos debían aprender, asimilar las mejores experiencias, construirse sobre la base del estudio de la experiencia universal, pero atendiendo a su especificidad, a su troncal espíritu histórico y cultural y dirigirse a la solución de los problemas de incumbencia de cada pueblo, comunidad.
La educación la percibió como un fenómeno histórico- concreto, de dimensión axiológica principalmente, que expresa el deber ser, conectada a la sociedad, responsabilidad de todos los factores sociales, que impone una apreciación del factor psicológico.
Proyectos educativos
La concepción pedagógica del Apóstol no es solamente cuestión de ideas, sino de un pensamiento llevado y derivado continuamente de la práctica y que se reconoció y enriqueció esmeradamente por esta manera práctica de materializar las ideas. Concepción que se expresa unida a un proyecto político- social de desarrollo sucesivo. La teoría educativa que argumentó se proyectó en formas históricas-concretas, que si bien le asignaron limitaciones de disímiles índoles, trató de llevar hasta donde le fue posible.
Variados proyectos educativos recibieron el impulso aleccionador de su ciencia y el entusiasmo de sus ideas revolucionarias, alimentadas de la convicción de que la educación debía desempeñar un papel esencial en la liberación del hombre, idea que le imprimió a todo lo que pensó y trató de materializar en materia educativa.
En agosto de 1875 se refiere a un proyecto gubernamental que intentaba poner en práctica el presidente mexicano Lerdo relacionado con la instrucción primaria, ponderando la idea de dicho gobernante y la necesidad de brindar una atención especial a una enseñanza que constituía “base de hombres” .Su apoyo al proyecto es consecuente y diversas son las notas y reseñas que aparecieron en la Revista Universal, de México sobre el particular. Los últimos hallazgos en ese medio de prensa realizado por el investigador Reinaldo Suárez confirman lo anterior.
La instrucción primaria, comprendida como cultura, educación, conocimientos, ilustración es una necesidad. En carta a Joaquín Macal del 11 de abril de 1877 celebra otro propósito, esta vez en la tierra guatemalteca, que bajo la presidencia de Rufino Barrios fue presentado: Los códigos nuevos. El proyecto vinculado al campo del derecho, la legalidad y legitimidad imponía cambios profundos en el terreno educativo. A la luz de lo que presuponía los códigos nuevos, Martí realizó excelentes valoraciones, donde aparecen reflexiones futuristas, adecuados al entendimiento del valor de la educación como instrumento de emancipación.
Era preciso acabar con la ignorancia y convertir a cada hombre en un potencial ciudadano, solo se cita, cuando expresó: “No dudes, hombre joven. No niegues, hombre terco. Estudia, y luego cree. Los hombres ignorantes necesitaron la voz de la Ninfa. Y, extinguida la monarquía, se va haciendo un universo de monarcas. Día lejano, pero cierto.”
Se relaciona con la necesidad de formar hombres de bien, ciudadanos, personas cultas, solidarias. Valores.
Bajo el título de Aprender en las haciendas, mostró en 1883, en La América de New York un interesante comentario acerca de la necesidad de aprender en contacto con la realidad, en no enviar a los niños hispanoamericanos al norte a aprender lo que pueden hacer mejor en sus países, sin los riesgos de la lengua extraña, y la civilización viril, pero brusca, peculiar y extraña que le esperaría en los Estados Unidos. Pondera las virtudes de un aprendizaje desde las raíces y los problemas y necesidades propias y en contacto directo con la realidad que debía ser transformada.
Nada más importante que la misma realidad para aprender
Por esta misma época aconseja un sistema de maestros ambulantes, sobre la base, de que lo que importa es la cosa y no la forma en que se haga. Lo refiere como una necesidad para revelar a los hombres su propia naturaleza, y para darle, con el conocimiento de la ciencia llana y práctica, la independencia personal que fortalece la bondad y fomenta el decoro y el orgullo de ser criatura amable y cosa viviente en el magno universo”
En este proyecto, todavía no suficientemente estudiado por los educadores se ponen de manifiesto algunas ideas esenciales de la concepción pedagógica martiana: la educación no es solo conocimientos y habilidades, sino además, ternura, que hace tanta falta y tanto bien a los hombres, la necesidad de que la educación llegue a todos, riegue sabiduría y cariño por los campos, se adapte al medio y las necesidades, se revitalicen los campos y sean mejor atendidas las comunidades, el requerimiento de que mediante la educación la luz de cada hombre se revele, el papel del maestro, como un misionero de cultura y valores, cuyo método esencial sería el conversacional. Supone la misión de la educación de actuar sobre las desventajas de segmentos determinados de la sociedad, que son tenidos por iguales ante la ley y la sanción social.
El maestro va a donde los que necesitan la educación.
METODOLOGÍA
De los proyectos educativos en los que se enroló o tuvo intención de enrolarse Martí existe uno muy poco divulgado y que consideramos esencial y fue su propósito de ser editor de textos docentes. La idea la acarició durante largo tiempo y si bien se la expresó a su amigo Manuel Mercado en abril de 1886, no era idea nueva, pues se venía “preparando con un estudio cuidadoso de los menores detalles, desde hace muchos años”.
Su entusiasmo por aquel proyecto fue extraordinario, lo que era cualidad inherente a su personalidad. El propio héroe se encarga de expresarlo cuando escribió “desde que fui consultado, no pienso en otra cosa, y la doy por hecha...tan convencido estoy del bien que podría hacer, y el giro útil que podría dar al caudal puesto en ello, que en esto sí me propongo ser porfiado e incansable, y no pararlo hasta tenerlo conseguido”
¿Por qué aquel interés martiano en ser editor de libros docentes?
Comprendía la necesidad de poner en los docentes textos que le permitieran educar, formar a hombres de bien y suplir lo que no se les daba y pedían y necesitaban los maestros. Es decir, libros útiles, con ediciones sucesivas y que puestos en su verbo serían “libros humanos y palpitantes, - no meros textos, sino explicaciones de la vida y sus elementos, y preparaciones para luchar con ella- la esencia y flor de todo lo moderno”
No es ocioso señalar que, aunque se han dado pasos de avance en el país actualmente hacía el cumplimiento de este propósito, la escuela cubana está necesitando una revisión cuidadosa del tema, para poner en manos de los educadores y los estudiantes de los diversos niveles educacionales textos humanos y palpitantes. Estamos haciendo un estudio, que apoyado por un grupo multidisciplinario en los que están estudiantes actuales o anteriores de la educación preuniversitaria, profesionales en formación, docentes experimentados y jóvenes y especialistas de diversas especialidades, pretende realizar la propuesta de reeditar libros necesarios en las bibliotecas de los preuniversitarios.
Horacio Díaz Pendás ha señalado con acierto el lugar que ocupa en la práctica pedagógica martiana La Liga, como proyecto que apoyó sensiblemente y ofreció consejos pertinentes en los aspectos organizativos, partiendo de su amplia experiencia pedagógica.
Defendió como criterio fundacional del proyecto la igualdad y generosidad, solicitando de sus organizadores la oportunidad de serles útil, útil de veras en su Sociedad de La Liga, o cualquier otra, de hombres o mujeres, donde no les venga mal un amigo sincero que les ayude a buscar la verdad, o un compañero que contribuya a propagarlas”. Recomendaba en una interrogante” ¿Por qué no crean una serie de conferencias sobre asuntos prácticos, de asunto actual y lenguaje llano, sin pretensiones por parte de los conferenciantes, ni mucha obligación por parte del auditorio?”
En 1892 después de más de dos años de existencia de La Liga reconoció que “es una casa de educación y de cariño, aunque quien dice educar, ya dice querer. En La Liga se reúnen, después de la fatiga del trabajo, los que saben que sólo hay dicha verdadera en la amistad y en la cultura”.
De todos los proyectos el más conocido y sobre el cuál se ha escrito con mayor abundancia es la Edad de Oro(1889), revista escrita para los niños de América, empresa a la que entró con mucha fe, y como cosa seria y útil, a la que la humildad de la forma no quita cierta importancia de pensamiento”.
En la Edad de oro,( esperando la contienda libertaria en Cuba, alertando acerca de otros peligros para su América), puso Martí, de manera durable y útil ” todo lo que a pura sangre me ha ido madurando en el alma”. Al asumir el pedido del editor para que escribiera la revista, el Apóstol lo hacía pensando en contribuir a la formación de los niños como hombres de su tiempo y de su espacio latinoamericano, con mensajes bien pensados, lecturas seleccionadas cuidadosamente, variedad de temas, revelación del valor de la historia y los héroes del continente, conocimiento de las realidades y un enseñar como sin querer.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En los proyectos educativos que refiere, bien porque los haya ideado, asumido o criticado se vislumbran ideas que redundan en un enfoque humanista, donde el hombre, el ser humano es lo más importante y centro por tal motivo, de todo proyecto educativo que asuma. No falta la capacidad que le otorga a la educación como preparación para la vida, en tanto, además necesidad social que debe ser concebida a tono con los tiempos y no simplificada al papel de trasmisora de conocimientos, sino potencial fuerza formadora de las mejores virtudes del hombre.
Para Martí desempeñaba un papel protagónico la concepción de la educación como un proceso que impone la relación dialéctica entre instrucción y formación, entre conocimientos y sentimientos y resaltan el lugar de la historia, la tradición, los valores históricos en el proceso formativo, de la cultura, la lectura y la naturaleza en el sentido que la educación es elevación, superación, perfeccionamiento, mejoramiento humano. Señala la pedagogía del amor como fórmula de calidad y garantía del mejoramiento.
Se revela la necesidad de hacer que los hombres conozcan su propia naturaleza y darle a ese conocimiento un carácter científico, en lenguaje comprensible, sentido práctico, donde quede demostrado el valor de ser bueno, activo y útil a los otros. La educación en sus cimientos no puede complejizarse, sino impregnar ideas gérmenes, habilidades, abrir apetitos de saber y por tanto, han de ser asumidas con métodos flexibles, acciones prácticas y provechosas, e ir infiltrando una ciencia y un conocimiento que le es familiar y por tanto le estimula y sirve a los intereses de aprendizaje del educando. Enseñar de modo que el estudio ocupe y enamore.
Sustentar la enseñanza en el amor, que debe llevar al desarrollo de un hombre integral, que sepa, piense, haga, ame y cuya educación debe atender lo intelectual, lo físico y lo moral y más allá de los futuros abogados, médicos, clérigos y comerciantes de formar hombres. Para revelar ese hombre de América consideró, que junto a las revoluciones que ensanchen las economías, las haga distributiva y realice las transformaciones en lo superestructural era preciso la educación y el cultivo de las tierras.
Para Martí la educación debía preocuparse del desarrollo social, el crecimiento individual, la elevación de la cultura y la capacidad del hombre de hacer bien, lo que implicaba tener presente: el hombre como centro de todo el proceso educativo, a razón de objeto y sujeto, donde todo lo otro deviene en instrumentos, formas organizativas, métodos y recursos accesorios; la formación integral del hombre, conformado a su tiempo y con los conocimientos, habilidades y virtudes que le permitan actuar acorde a su especial condición humana; impregnare a la educación el carácter y las potencialidades necesarias para que pueda cumplir con su misión liberadora y constructiva, es decir, el carácter científico, general, integral.
Asimismo abogó Martí por la educación de la mujer, la del indio y el negro, la de los campesinos y obreros , la educación de los discapacitados, la coeducación, la educación técnica y física; que la sociedad fuera una gran escuela, donde todos y todo debían educar, lo que presuponía educar a la propia sociedad en la cultura de las virtudes y el respeto a la dignidad humana, además del empleo de vías convencionales y no convencionales de educación e involucrar el acto educativo concreto que se produce en el contexto escolar como un proceso reciproco de conexión entre lo instructivo y lo educativo.
Martí no es un caso aislado, ni la suya constituye una concepción surgida de la nada. El ideario martiano se inserta dentro de la tradición del pensamiento pedagógico cubano que viene de Caballero, Varela, Luz y Mendive, que presupone asumir a Luz como referente principal y a Mendive como el padre espiritual.
Este pensamiento destaca ideas básicas como la identidad nacional, el interés por la patria, el interés social, la experimentación en la enseñanza, el aprendizaje desvinculado de la memorización, la enseñanza activa, natural y el humanismo como piedra de toque, que permite discernir que en el campo educativo cubano se fue formando un pensamiento que tenía como eje central la utilidad de la virtud y no el utilitarismo. Es un pensamiento pedagógico que asimila la experiencia universal, pero llena su contenido de lo propio, de lo autóctono.
Como se ha reiterado Martí no desarrolló una teoría acerca de la educación, pero si opinó con amplitud y profundidad acerca del tema, fue un conocedor, que ejerció el magisterio prolijamente, lo que hace posible destacar algunos presupuestos teóricos vitales entre los que están: Educar es poner coraza contra los males de la vida. El amor es el lazo de los hombres, el modo de enseñar y el centro del mundo. Se ha de enseñar la literatura del espíritu y la de la materia. La educación ha de ser directa y sana. La educación verdadera está en el coadyuvamiento y cambio de almas.
Pidió igualmente desarrollar a la vez la inteligencia del niño y sus cualidades de amor y pasión. Poner en la educación más sentimiento. Educar es elevar. Hay que ennoblecer las mentes, y ajustar las almas. Instruir es funesto sino se enseña a la vez la sencillez, armonía y espiritualidad del mundo. Enseñar con ternura y sabiduría. Aprender por sí mismo. No aprender de memoria. Enseñar como sin querer.
La escuela la concibió como una institución esencial de la sociedad, con un profundo sentido transformativo, que debía preparar para la vida a tono con los requerimientos temporales y espaciales, asimiladora de la cultura anterior, incluida la vinculada al desarrollo de las ideas pedagógicas. Escuela con esencias científica, humanista, que debía propiciar un aprendizaje activo, dialéctico, de construcción del conocimiento, que invitara a partir de un contenido rico, motivador y aplicable y una interesante envoltura externa al aprendizaje del alumno por sí mismo. Educar de forma creativa, desformalizada.
Concibe presupuestos metodológicos que, como ha significado Horacio Díaz Pendás destacan en primer término, la necesidad de que en la aplicación de cualquier método se tome en consideración la realidad y particularidades de los alumnos. Martí no se casó con ningún método y le parecieron buenos casi todos, solo que a partir de la idea esbozada anteriormente. Propuso que se privilegiara el aprendizaje de los alumnos por si mismo, partiendo de la convicción de que no se sabe bien sino lo que se descubre, además otorgó un destacado papel a la investigación y la indagación, además de significar el diálogo como método, donde la reflexión y el procedimiento conversacional desempeñaran un protagonismo especial.
El Maestro insistió en el valor de la constancia, la persuasión y el ejemplo personal del educador como método formativo y en palabras hermosas legó un método de la labor educativa que a veces se pierde y es el del enseñar como sin querer. Esta prescripción metodológica ,que presupone inculcar ideas indirectamente, sin necesidad de hacer tan evidente lo que se quiere inculcar, sino confiando en la inteligencia de los educandos, en la capacidad para sacar sus propias conclusiones constituye una premisa esencial en las propuestas de actividades docentes y extradocentes que se argumentaran en la tesis y hace además , tangible el valor instructivo y educativo que poseen recursos como el contacto del educando con la cultura, el papel de la lectura, el aprovechamiento de la historia y lo que el entorno ofrece en su múltiple diversidad al acto educativo y también fue un defensor de la observación y la experimentación como métodos principales del conocimiento, sin negar la etapa teórica del conocimiento
En la concepción martiana el alumno desempeña un papel activo, es constructor de su propio conocimiento, no debe aprender de memoria sino lo imprescindible, debe ejercitar la capacidad de la investigación, el análisis, la reflexión y desarrollar su potencial creador y el maestro es esencial, insustituible. El valor que le otorga al educador está en sus juicios acerca de maestros extranjeros como Peter Cooper, Bronson Alcott o cubanos como Varela, Luz, Mendive, Eusebio Guiteras, Manuel Barranco y tantos pedagogos en los que resaltó la especial condición de guías, sembradores de almas y que desarrollaron sus actividades educativas a partir del ejemplo personal, el amor, el conocimiento y el poder de entendimiento de sus alumnos.
En las ideas pedagógicas de Martí se percibe con claridad que el hombre se hace y se hace en su comportamiento justo, pues no se nace rey, sino que se forma. “Al nacer flota sobre su cabeza una corona, a él, el ceñírsela
Martí propugnó cuatro ideas en calidad de pautas para lograr una buena educación, como son: la lectura de las cosas bellas, el conocimiento de las armonías del mundo; el contacto mental con las grandes ideas y hechos nobles y el trato íntimo con las cosas mejores que en toda época ha ido dando de sí el alma humana.
Martí ayuda a producir el reivindicación cultural indispensable y poner todo el acervo cultural y científico de la humanidad al servicio de todos y en su importancia para hacer mejor al ser humano, pues el contacto con esos valores presupone articular naturaleza, asociación, conocimiento, solidaridad, cultura, ciencia, historia y espiritualidad que permiten formar seres humanos mejores, más profundos e inteligentes, con valores y virtudes que le aporten individual y colectivamente, con capacidad para participar y transformar en favor del bien común.
CONCLUSIONES
La obra martiana acerca de la educación y el acto pedagógico en sí mismo permite entender su coherencia acerca de cuáles deben ser los proyectos pedagógicos esenciales y el camino que ha de recorrer esta formación para lograr que sea efectiva, integral y pueda aportar a un ser humano más capacitado para actuar en la sociedad.
Sin dudas los pedagogos cubanos necesitan mirar hacia la pedagogía propia, estudiarla más profundamente, percibir sus aportes y concebir que en la base y en sus fundamentos está el legado de José Martí, lo que permite entender que la incorporación consecuente de tal acervo daría un buen resultado, enseñaría de dónde partir, qué ideas resultan esenciales, cuáles son los métodos apropiados, la manera de organizar el proceso formativo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ávila, M. García, A y Pérez, R. (2021): “El estudio de las ideas educativas de José Martí en Cuba entre 1990 y 2013”. EduSol, vol. 21, núm. 75, pp. 83-95.
Chacón, N. (2018): Dimensión Ética de la Educación y un enfoque para la Pedagogía. INTERFACES DA EDUCAÇÃO, 9(27), 08–25. https://doi.org/10.26514/inter.v9i27.3265.
Díaz, H. (2010). Apuntes martianos para las clases de Historia de Cuba y otras ideas. Editorial Pueblo y Educación, La Habana.
Hart, A. (2009): Ética, Política y Cultura. Con la Honda Martiana. Oficina del programa Martiano. La Habana.
Martí, J (1975): Obras Completas, tomos 6,7, 15 y 18. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana.
Ramírez, M. (2012). José Martí y su labor como pedagogo. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 17 Nº 169. Recuperado de http://www.efdeportes.com
Vygotski, L.S. (1987). El desarrollo de las funciones psíquicas superiores. La Habana, Cuba. Editorial Científico Técnica.
Vitier, C. (2005). Cuadernos Martianos II y III. Editorial Pueblo Educación. La Habana.