LA FENOMENOLOGÍA DEL ESPIRITISMO CRUZADO. ¿CREENCIA O RELIGIÓN?
THE PHENOMENOLOGY OF CROSSED SPIRITISM. BELIEF OR RELIGION?
AUTOR:
Luis Alberto Pérez Leyva
Profesor Auxiliar
Universidad de Guantánamo, Cuba.
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8874-1502
RESUMEN
El espiritismo cruzado como fenómeno religioso despierta interés, como la mayoría de los cultos en que el hombre establece comunicación con los espíritus. Esta religiosidad, aunque apareció como consecuencia del sincretismo religioso producto de la colonización, se fundamentó con la aparición de la filosofía que lo sustenta, el kardecismo, surgido a partir del siglo XIX con las concepciones de Allan Kardec. Sin embargo, antes que este eminente filósofo y pedagogo francés esbozara sus concepciones espirituales, la humanidad en sus diferentes épocas y culturas ya había trabado fuertes conceptos entorno al mundo espiritual. El presente trabajo basa sus análisis en explicar la fenomenología del espiritismo cruzado a partir de su origen y características, para comprender su naturaleza interna y externa de interpretación de la realidad espiritual. El debate actual de, si esta forma de manifestación religiosa es una creencia o una religión origina gran interés entre creyentes, practicantes e investigadores, por lo que se considera atinado su estudio y profundización para arrojar nuevas interpretaciones sobre este fenómeno religioso. Los métodos empleados fueron el hermenéutico, el analítico-sintético, el histórico-lógico, el inductivo-deductivo, el comparativo. Las técnicas usadas fueron, el análisis de documentos y la observación. La imbricación dialéctica de los métodos y las técnicas, posibilitan el establecimiento de generalizaciones en la fenomenología del espiritismo cruzado como práctica genuinamente cubana. El aporte de la investigación radica en la reconceptualización del espiritismo cruzado como creencia, teniendo en cuenta que su fenomenología caracteriza la cosmovisión del practicante cubano en su amplia interpretación de lo espiritual.
Palabras claves: Espiritismo cruzado, Kardecismo, Fenomenología, Sincretismo religioso, Religiosidad, Espíritus, Cultos.
Abstract
Cross spiritualism as a religious phenomenon arouses interest, like most cults in which man establishes communication with spirits. This religiosity, although it appeared as a consequence of religious syncretism resulting from colonization, was based on the appearance of the philosophy that supports it, Kardecism, which emerged in the 19th century with the concepts of Allan Kardec. However, before this eminent French philosopher and pedagogue outlined his spiritual conceptions, humanity in its different times and cultures had already developed strong concepts around the spiritual world. The present work bases its analyzes on explaining the phenomenology of crossed spiritualism based on its origin and characteristics, to understand its internal and external nature of interpretation of spiritual reality. The current debate about whether this form of religious manifestation is a belief or a religion generates great interest among believers, practitioners and researchers, which is why its study and deepening is considered appropriate to shed new interpretations on this religious phenomenon. The methods used were hermeneutic, analytical-synthetic, historical-logical, inductive-deductive, and comparative. The techniques used were document analysis and observation. The dialectical imbrication of methods and techniques makes possible the establishment of generalizations in the phenomenology of crossed spiritualism as a genuinely Cuban practice.The contribution of the research lies in the reconceptualization of crossed spiritualism as a belief, taking into account that its phenomenology characterizes the worldview of the Cuban practitioner in his broad interpretation of the spiritual.
Keywords: Crossed spiritualism, Kardecism, Phenomenology, Religious syncretism, Religiosity, Spirits, Cults.
INTRODUCCIÓN
El permanente diálogo del ser y el pensar desde la antigüedad hasta hoy continua en los debates centrales de la civilización por el componente fenomenológico que entraña su abordaje. Precisamente la relación entre el ser y el pensar, que se interpreta como la relación del hombre con su espiritualidad interior, constituye uno de los elementos que caracteriza al pensamiento religioso.
El fenómeno de la religión es consustancial para determinar que, en la historia de la humanidad, el hombre ha encontrado en la creencia en sí, un arma indispensable en la reafirmación de su yo. Esto lo ha conducido a interpretar la realidad circundante teniendo en cuenta la creencia y la fe como formas de interpretación fundamentales.
En este sentido, el hombre planteó numerosas respuestas dirigidas a afirmar la creencia en la existencia de la vida después de la muerte, buscando sentido a la propia existencia. En tal sentido, el autor de esta investigación asume que, aunque el espiritismo como visión del mundo surgió en el siglo XIX, la creencia y prácticas espirituales existían desde la antigüedad.
La actual investigación titulada: La fenomenología del espiritismo cruzado. ¿Creencia o religión? Propone una descripción de la fenomenología que caracteriza al espiritismo cruzado como creencia, la cual es parte esencial de la cosmovisión religiosa sincrética de una parte considerable del pueblo cubano.
El sustento epistémico asumido se centra en las obras de Kardec. A. (2009, 2015). Las mismas ofrecen a la investigación una visión de la filosofía kardeciana, sus concepciones en torno al mundo de los espíritus y la hermenéutica que desde la actual investigación se realiza para la elaboración de una construcción teórica basada en nuevos enfoques sobre el espiritismo.
Sobre el enfoque fenomenológico, se asumen los presupuestos teóricos de Husserl, E. (1992, 1998); Heidegger, M. (2006); (Hernández, Fernández y Baptista, 2014). Los mismos abordaron la fenomenología en su lógica de interpretación de los fenómenos sociales al enfatizar que la diversidad de fenómenos a analizar no tiene términos, por lo que puede estudiarse todo tipo de emociones, experiencias, razonamientos o percepciones, es decir, puede centrase tanto en el estudio de aspectos de la vida común como también en fenómenos excepcionales.
Estos postulados contribuyen al análisis e interpretación del espiritismo cruzado como un fenómeno religioso singular. En esta creencia, las experiencias, emociones y percepciones del sujeto practicante determinan no solo su fe, sino también su sentido de vida, lo que establece en buena medida una cosmovisión religiosa e identitaria.
Otros autores, tales como, Ortiz, F. (1940), James, J. (1994, 1998), Guanche, J. (2005, 2011, 2013 y 2015), Bolívar, N. (2007), Barnet, M. (2011) y Cabrera, L. (2014); proponen un profundo análisis de las influencias de los cultos de sustrato africano en Cuba.
Sin embargo, la visión sobre el espiritismo cruzado constituye una limitación, al considerársele una manifestación práctica de la religiosidad popular más contemporánea.
El autor de la presente investigación asume de estos autores el enfoque contemporáneo del espiritismo cruzado en relación con los restantes cultos de sustrato africano llegados a Cuba, como la santería, el palo monte y el vodú; los cuales son más antiguos. Sin embargo, reconoce que sin el análisis del espiritismo cruzado no es posible entenderse en toda su dimensión la religiosidad popular cubana.
El espiritismo cruzado cubano constituye una creencia que producto de la amplia sincretización con las religiones, católica y de origen africano, aporta una nueva interpretación cultural de la relación hombre-naturaleza y hombre-divinidad. En el entendido, que el propio hombre es portador de la divinidad en sí y para sí y crea sus propios patrones cosmovisivos en los cuales la naturaleza divina se diluye en la naturaleza y las cosas.
El principal aporte es una reconceptualización del espiritismo cruzado, que lo distingue del resto de las prácticas sincréticas, teniendo en cuenta que la fenomenología que lo caracteriza porta una cosmovisión multirreligiosa. Su creencia y práctica, presenta una ritualidad que lo coloca más en el plano de una creencia y no de una religión, sin embargo, en el se presentan rasgos, tendencias y contradicciones que armonizan con el resto de las religiones sincréticas que conforman el cuadro religioso cubano de esta naturaleza.
DESARROLLO
El espiritismo cruzado como parte de la religiosidad popular cubana, se formó como consecuencia del sincretismo religioso entre el catolicismo, el espiritismo de base kardeciana, así como las religiones aborígenes y las de sustrato africano. Sus antecedentes se encuentran en la época colonial, donde los diversos factores transculturados de estas religiones favorecieron su formación.
Su fenomenología cosmovisiva y heterogénea devienen en rasgos que en la creencia y dentro de la ritualidad apuntan hacia elementos diversos en la interpretación que sobre el mundo tiene el sujeto practicante y su relación con la naturaleza.
Se fundamenta el enfoque fenomenológico en el estudio de las experiencias de vida, respecto de un suceso, desde la perspectiva del sujeto. Este enfoque asume el análisis de los aspectos más complejos de la vida humana, de aquello que se encuentra más allá de lo cuantificable. Según Husserl (1998), es un paradigma que pretende explicar la naturaleza de las cosas, la esencia y la veracidad de los fenómenos. El objetivo que persigue es la comprensión de la experiencia vivida en su complejidad; esta comprensión a su vez busca la toma de conciencia y los significados en torno del fenómeno (Fuster, 2019, p. 2).
Por lo antes citado, se asume que la fenomenología interna del espiritismo cruzado basa su creencia en las experiencias de vida de sus practicantes. En esta creencia la realidad objetiva del creyente-practicante se traduce en el constante devenir de las relaciones que establece con las entidades espirituales que no son extáticas. Las experiencias vividas por los sujetos cultores de esta creencia no se parecen entre sí.
Esto responde a las normas morales del creyente y su relación con ese entramado mayor que es la sociedad toda donde se inserta. “Me inicie en la obra espiritual a los 12 años”, refiere un espiritista de la provincia de Santiago de Cuba. “Tuve la asistencia de mi abuelo que desde niño me aconsejaba sobre cómo llevar esta práctica religiosa y él me aconsejaba y guiaba como proceder cuando veía cosas que para mí eran extrañas”. (Entrevista, espiritista:1. 5/7/2024).
Refiere que desde esa edad pasa muertos, (cae en trance) y desde entonces hasta hoy cultiva su creencia y prácticas guiado por la inspiración de su muerto de cabecera. En su cosmovisión considera que, aunque se practiquen varias concepciones religiosas, aunque sean parecidas, como la santería, el palo monte y el espiritismo, no se deben cruzar las corrientes espirituales y de santo, porque trae consigo perturbaciones.
Estas aseveraciones las fundamenta desde su experiencia como espiritista y santero que es también. Este análisis conduce al autor de la actual investigación a asumir que la fenomenología como ciencia, la que interpreta el conocimiento y los fenómenos inherentes penetra en lo más íntimo de las realidades como dinámica, en este caso, se ilustra con el fenómeno religioso al cual se le dedica este estudio.
De aquí se asume… “que es prioritario concebir las realidades como una dinámica de factores y actores que integran una totalidad organizada, interactuante y sistémica, cuyo estudio y comprensión requiere la captación de esa estructura dinámica interna que la define…” tal como lo señaló Martínez (1996).
Contextualizado a la creencia objeto de investigación, las realidades que presenta el espiritismo cruzado como creencia es diversa. Su diversidad integra elementos rituales eclécticos de una forma organizada que actúan de manera interactuante y sistémica.
Su culto sincretiza en un sistema cosmovisivo, oraciones tanto católicas como del devocionario kardeciano, se utilizan plantas con diversos fines rituales, que van desde la curandería hasta trabajos rituales. Se ejecutan sacrificios rituales de animales, lo cuales constituyen elementos sincretizados de las religiones de ascendencia africana, como la santería y el palo monte.
En las bóvedas espirituales y los altares, se combinan tanto imágenes católicas diversas, así como representaciones simbólicas alegóricas a espíritus congos, lucumíes, de familiares fallecidos, indios, gitanos, entre otros.
En la imagen que a continuación se muestra, se destacan los diversos elementos religiosos que ilustran en la bóveda espiritual como centro de fuerza mágico-religiosa del espiritismo cruzado la armonía simbólico-ritual de la cosmovisión fenomenológica del sujeto practicante.
Figura: 1. Bóveda espiritual del espiritismo cruzado. Fuente: archivo del autor. 12/5/2024
En su interior se mezclan creencias y símbolos producidos por los sistemas religiosos del catolicismo, la santería y el palomonte fundamentalmente, así como los generados espontáneamente por la religiosidad popular en sentido general. En el espiritismo cruzado asumen connotaciones diferentes, porque sufren modificaciones e interpretaciones de acuerdo con la lógica de funcionamiento del grupo o individuo que lo practique.
En las provincias del oriente cubano, Santiago de Cuba y Guantánamo, el espiritismo cruzado, está fuertemente marcado por las influencias del palo monte y el vodú haitiano, elemento que lo distingue de su práctica de la zona occidental, de marcada raíz en la santería. (Pérez, L.A. 2024, p. 57).
La creencia en la comunicación con los muertos y espíritus y el respeto hacia ellos ocupa un lugar central en su cosmovisión. Es el resultado de un sincretismo religioso que combina elementos espiritistas, católicos y africanos
De María como la madre de Jesús a las deidades yorubas, Ochún y Yemayá; como madres de las aguas, se encuentran presentes los principios de la maternidad como creación y la representación múltiple del agua como elemento común en la mayoría de los cultos sincréticos cubanos.
Las diosas del panteón yoruba antes mencionadas, tienen además su identidad sincrética en las vírgenes católicas, La Caridad del Cobre y la Virgen de Regla. Una morena, encontrada en la Bahía de Nipe por Juan mulato, Juan negro y Juan el blanco y que a partir de su hallazgo fue adorada antes que los africanos esclavizados en Cuba, por los aborígenes del cerro del Cobre.
En tanto, la Virgen de Regla, la única del santoral católico negra, se debe a la influencia del mahometanismo que nos llegó de los españoles, ya que éstos estuvieron bajo la influencia musulmana 8 siglos, hasta que en el año 1492 se completó el proceso de reconquista de la Península Ibérica, año en el que también se producen los viajes de descubrimiento de Colón.
Del espiritismo kardeciano llegado a Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, se fueron transculturado sus principios asentados en la tradición del evangelio, por lo cual no se alejan de la tradición católica. Esto permitió una mejor asimilación de sus elementos con la transculturación ya existente entre el catolicismo y el mundo africano aquí presente.
El resultado de esta transculturación generó nuevas formas de adoración espiritistas, en espiritismo de cordón, de mesa, de caridad y el cruzado; el cual sintetizó en un sistema heterogéneo, múltiple, multicultural y multirracial una amplia cosmovisión.
De las religiones africanas en su conjunto, el espiritismo cruzado se nutre de las concepciones de la creencia en los elementos de la naturaleza, las piedras, los árboles, la tierra y el agua; bajo la visión que en cada elemento de la naturaleza habitan espíritus.
Particularmente de la santería toma elementos de representación múltiple como el uso de plantas consideradas sagradas con valor ritual y medicinal, las cuales se mezclan con agua litúrgica preparadas con fines rituales. También se asimiló el sacrificio ritual de animales, por considerarse que la sangre purifica.
La identidad de los nombres de las deidades se conserva al igual que en la santería, pero también se les reconoce como en el santoral católico; incluso hasta en las fechas conmemorativas, salvando algunas regiones del país que festejan algún santo en determinada fecha y no por ello con coincidencias en el territorio nacional.
Esto ocurre por ejemplificar un caso connotado entre otros tantos con la deidad de los caminos y avatares de la vida y la muerte, elegguá. Este oricha del panteón africano representa el equilibrio armónico entre el bien el bien y el mal. Su festividad se celebra en unos casos 13 de junio por su alegoría con la festividad católica a San Antonio de Padua, santo protector de los niños, la oratoria y las cosas perdidas.
En otros casos se celebra el 29 de junio en recordación del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, San Pedro el llavero, y San Pablo el predicador. La alegoría y sincretismo del dios africano eleggúa con estos santos católicos se asienta en las similitudes existentes que permiten identificarlos. Este fenómeno es característico en las religiones afrocubanas o populares, lo cual se integra en las creencias y las prácticas del espiritismo cruzado cubano.
Del palo monte o Regla Conga, asimiló la adoración a los muertos y entidades bajo las características de los elementos de la naturaleza, porque en esta concepción religiosa la creencia particularmente en la tierra es un elemento sagrado. De ella nos llega el sustento, hacia ella se regresa al morir.
En sentido general, en la tierra están contenido el principio y el fin de la vida. En ella descasan los secretos de estas religiones ancestrales de caracteres totémicos y animistas que el espiritismo cruzado asimiló y continúa asimilando en un franco proceso de reconceptualización de principios religiosos y rituales en torno al culto a los espíritus.
Estas características hacen del espiritismo cruzado una creencia, nutrido de los componentes de varias religiones, que lo acercan al panteísmo como concepción filosófica del mundo. Esta cosmovisión del mundo entraña la visión de Dios como unidad presente en la naturaleza y las cosas.
El panteísmo es una concepción del mundo y una doctrina filosófica según la cual el universo, la naturaleza y la deidad que los monoteístas llaman Dios son equivalentes. El panteísmo no estipula a un ente como Dios, sino que la ley natural, la existencia y el universo (la suma de todo lo que fue, es y será) se representa por medio del concepto teológico de lo que las religiones llaman «Dios».
Etimológicamente, la palabra está compuesta del término griego (pan), 'todo', y (theos), Dios. De manera general, el panteísmo puede ser considerado como una ideología filosófica o como una concepción del mundo. En el teísmo se enfrentan dos términos: «dios» y «mundo». El panteísmo procede a relacionarlos al máximo; el resultado ha de ser un monismo, que puede adoptar diversas caracterizaciones.
En el caso del espiritismo cruzado constituye una creencia caracterizada por un carácter doctrinal y ritual. Esto se debe a la influencia del catolicismo y del espiritismo kardeciano su base doctrinal. De ambas concepciones toma como base las oraciones considerando que sin la ejecución ritual de estas no es posible el inicio de la sesión espiritual.
Además “es de suma importancia el ritual de las oraciones porque es el canal más pacífico de comunicación con los espíritus, porque permite la educación espiritual del ser en cuestión y del propio médium espiritista”. Refiere así el espiritista y santero Antonio Arevich de Manzanillo, Granma; director del centro espiritual: Las tres Potencias Divinas.
Criterio que el autor de esta investigación considera valioso, teniendo en cuenta que las oraciones constituyen un medio eficaz de ejecución ritual. Mediante estas se comienzan y cierran las sesiones espirituales. Sin embargo, el valor de las oraciones en el espiritismo cruzado no se encuentra tan solo en el hecho de la apertura o cierre de las sesiones.
Las oraciones constituyen el canal de comunicación con el mundo invisible, también son el tránsito o puente espiritual entre la existencia corporal y la espiritual. Con la muerte física el cuerpo llega al límite de la existencia material, sin embargo, el alma cambia de condición puesto que continúa al fin de la materialidad corporal.
En este estadío, el alma, definida “con el sentido que en general tiene dentro del espiritismo y del espiritualismo, justica plenamente el empleo de la palabra animismo”, (Hartmann, 1946, p. 31). La concepción del animismo, no se refiere aquí a las clasificaciones de las religiones tribales de los pueblos antiguos en animismo o totemismo.
El animismo se aborda aquí desde la concepción del espiritismo como anima que habita en la esencia del alma que alienta al cuerpo. Por esta razón, el valor de las oraciones reestablece el vínculo del alma con el mundo de los espíritus, el que había abandonado cuando encarnó en un cuerpo material, sin embargo, a éste regresa cuando la muerte pone término a la vida material.
Dentro de las cualidades de la oración se encuentran el valor contenido en la humildad, en la prudencia y en la capacidad de examinar los propios defectos a través del valor moral de los evangelios. La oración es una invocación, por ella un ser se pone en comunicación mental con otro ser al que se dirige.
“Puede tener por objeto hacer un pedido, dar gracias o glorificar. Se puede orar para sí mismo, para otro, para los vivos y para los muertos. El espiritismo hace comprender la acción de la oración, explicando el modo de transmisión del pensamiento. Por la oración el hombre llama el concurso de los buenos espíritus…” (Kardec, 2013, pp. 238-239).
Esencialmente la oración cumple una importante función dentro de la ritualidad del espiritismo en su conjunto y particularmente en el espiritismo cruzado. Su acción favorece en la armonía espiritual durante los actos ceremoniales. Incluso en las festividades del bembé, que tiene origen en los barracones de esclavos de los tiempos de la colonia, las oraciones son de los primeros elementos ejecutados en la ritualidad, como vía de invocación de los espíritus, muertos, entidades y orichas-santos.
En este tipo de festividad se le rinde culto al santoral católico con base en las creencias africanas sincretizadas, por ejemplo, San Lázaro católico con Babalú-Ayé africano, o Santa Bárbara con Changó, Santiago apóstol con Oggún. Dentro de este ritual, las oraciones ocupan un lugar esencial, las que son recitadas a los santos referidos u otros a los que se le dedica el honor ritual.
Haciendo una comparación entre el ritual-festividad del bembé con las denominadas misas espirituales dedicadas a los difuntos, el autor acota que el uso de los devocionarios católicos y kadecistas son esenciales. Dentro de las oraciones más importantes se encuentran el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo, oraciones universales.
También se ejecutan las oraciones kadecistas, al empezar la reunión, evocación a los buenos, a los espíritus guardianes y espíritus protectores, entre otras. Otra que se realiza por considerarse importante es a los recién fallecidos, que como su nombre lo indica, se realizan durante los actos de los rezos de los nueve días por un difunto caído o desencarnado.
A parte de las oraciones, ocupan un lugar esencial dentro de la ritualidad, las ofrendas, las cuales son variadas. Se ofrendan velas, tabacos, flores, vasos o copas de agua clara, muy esencial para la canalización de las buenas energías. El agua dentro de la concepción ecléctica-panteísta del espiritismo cruzado posee una función múltiple.
El agua se utiliza con fines de purificación mediante acciones de limpieza ritual, por considerarse que con el agua se apartan las malas energías. Su utilización puede ir acompañada con el uso de plantas con diferentes usos rituales de purificación y medicinal.
Dentro de la ritualidad se utiliza el sacrificio ritual de animales como palomas, gallos, gallinas, animales cuadrúpedos, como chivos, carneros incluso cerdos. Es importante aclarar, que dentro de la ritualidad del espiritismo cruzado no siempre es necesario el sacrificio animal, este exvoto tiene sus objetivos. Las razones son múltiples en dependencia al ofrecimiento prometido por el creyente-practicante.
Dentro de los fines están, por enfermedad, por promesa o peticiones especiales. De manera general se considera que el sacrificio animal tiene la función de fortalecer a las entidades o librar al creyente de males mayores al alimentar a las entidades con sangre animal para librarse de situaciones que conllevan derramamiento de sangre como los accidentes, por citar un ejemplo.
Junto a estos elementos se ofrendan de igual manera frutas, comidas, dulces, los cuales de manera general armonizan en la decoración del altar como objeto-espacio ritual. En su conformación se aprecia una herencia cultural multiétnica.
“La práctica religiosa del catolicismo influyó en la estructura estética de los altares domésticos, en cuya composición prevalecen las imágenes de bulto procedentes de Europa…” (Ruiz, 2016, p. 93).
Esta tradición responde a la estructura hegemónica que el catolicismo impuso a las culturas dominadas, aborígenes y africanos, a las que no solo les impuso la evangelización, sino también la adoración católica a sus santos. Costumbre que trascendió en el tiempo porque mayormente los esclavos sometidos adoptaron estos patrones religiosos por detrás de los cuales continuaron adorando a sus dioses.
En la imagen que se muestra, se evidencia la concepción ecléctica-panteísta del espiritismo cruzado llevada a los altares, como muestra del profundo sincretismo religioso que lo caracteriza.
Figura: 2. Altar perteneciente al espiritista y santero Antonio Arevich, director del centro espiritual: Las Tres Potencias Divinas, Manzanillo, provincia Granma, 8/7/2024.
Los elementos rituales dentro del espiritismo cruzado son parte de la herencia cultural heredada del sincretismo religioso, el cual es parte esencial de la identidad cultural de la nación cubana. “El término fue creado por los filósofos griegos Platón y Aristóteles. Más tarde, Erasmo de Rotterdam usaba la palabra para llamar la atención a las influencias clásicas en el cristianismo, lo que este filósofo consideraba como hecho positivo. Sin embargo, en el siglo XIX los estudiosos de religión usaban el término más bien en un sentido peyorativo, equivalente a "desorden" o "confusión". Más tarde se usaba la palabra con frecuencia en estudios comparativos de religiones…” (Stewart, Ch. y Shaw. R, 1994, p.4).
Bastide (1973) niega el sincretismo analogías, que se corresponden, pero no son idénticas. En su modo de ver existen diferentes compartimientos en la mente de los practicantes de religiones llamadas sincréticas, donde son computarizadas las experiencias y creencias africanas por un lado y las experiencias cristianas por el otro, sin mezclarse. Dice que los afroamericanos pueden distinguir bien entre conceptos cristianos y ancestrales.
Este posicionamiento del autor brasileño sirve a los propósitos de la actual investigación, porque contribuye a diferenciar los aspectos religiosos que se dan en los cultos de origen sincréticos. Si bien es cierto que en las prácticas religiosas afroamericanas de las cuales el espiritismo cruzado es parte, porque su culto está presente bajo varias formas en Latinoamérica, los aspectos rituales que lo caracterizan son claramente diferenciables.
Un ejemplo lo constituye la adoración y presencia de entidades africanas en la ritualidad, para el caso cubano, nos encontramos a Ma. Rufina, reina conga, o mamá Francisca, africana madre de aguas o Ta. Julián. Estas son entidades que evocan el recuerdo de los negros esclavos pertenecientes fundamentalmente a la etnia conga considerablemente extendida en Cuba y gran parte de Iberoamérica, con diferentes funciones dentro de la ritualidad, como la curandería esencialmente.
Esta diversidad permite apreciar en el espiritismo cruzado una práctica culturalmente inclusiva, de elementos rituales que en su esencia tienen sustentos históricos que transversaliza el análisis de esta creencia-práctica. Teniendo en cuenta los aspectos antes referenciados, se sume que: “el espiritismo, en su amplia diversidad de expresiones, cruza todas las manifestaciones de la religiosidad popular cubana por su cualidad incluyente, desde los transformados vestigios heredados de las comunidades aruacas originarias, hasta las prácticas de estirpe hispánica, africana o de otras expresiones culturales”, (Guanche, 2013, pp. 166-168).
Este concepto de espiritismo cruzado que ofrece Guanche se asume en la investigación, aunque no es el único existente. Sin embargo, su episteme apunta a la cosmovisión heterogénea que simboliza esta manifestación de la religiosidad popular cubana, que no es pura. Como apuntó James 2001, “ninguno de estos sistemas mágico-religiosos puede ser encontrado ya en su forma pura, es decir, aislado en sí mismo. Hay que acercarse a ellos con la preocupación de buscar líneas tendenciales que ciertamente difieren en grados de inclinación, pero que no por ello dejan de existir como causa de cruzamiento y mezcla”, (p. 170).
La realidad religiosa sincrética cubana por antonomasia presenta estos profundos hibridismos que hacen de Cuba, un ajiaco, como lo definió Fernando Ortiz. Ajiaco, porque en alusión a este típico plato de la cocina cubana, la religión toda en nuestra isla presenta esos profundos y diversos componentes que hacen de esta tierra culturalmente rica y diversa.
JUSTIFICACIÓN METODOLÓGICA Y RESULTADOS
La metodología empleada permitió sistematizar en el fenómeno religioso objeto de estudio y realizar una descripción de su fenomenología. Los métodos y técnicas contribuyeron al análisis espacial y temporal del fenómeno religioso del espiritismo cruzado para determinar sus características, evolución, regularidades y tendencias.
Teniendo en cuenta el estudio y abordaje de sus características, el autor de la investigación constató que el espiritismo cruzado cubano presenta características que lo acercan al panteísmo. Como concepción religiosa y filosófica, esta visión del mundo considera que los poderes de la divinidad suprema se encuentran presentes en la naturaleza y las cosas.
Teniendo en cuenta los resultados del presente estudio arrojados por la descripción del fenómeno del espiritismo cruzado cubano. Se considera como aporte, la reconceptualización del fenómeno religioso objeto de estudio.
El espiritismo cruzado cubano, constituye una cosmovisión ecléctica de creencias, ritualidad y práctica contextualizado en un espacio geográfico y tiempo histórico determinado que porta como resultado una nueva manifestación de la religiosidad popular con características incluyente contentiva del ideal emancipatorio.
Este nuevo enfoque conceptual se asume desde el análisis histórico y temporal del espiritismo cruzado. En el análisis de su cosmovisión, se asume como una práctica religiosa distintiva del resto de las formas religiosas de origen africano, como la santería y el palo monte.
CONCLUSIONES
La práctica de la religiosidad popular en Cuba y dentro de ella, el espiritismo cruzado, son parte esencial de la historia de la nación cubana y forma parte de la identidad cultural como uno sus componentes.
El espiritismo cruzado en tanto creencia y práctica constituye una creencia panteísta con características centradas en la naturaleza.
Su creencia y práctica identifica la cosmovisión de una parte considerable del pueblo cubano, asentado en los cultos sincréticos.
BIBLIOGRAFÍA
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Entrevista a espiritista: 1. Santa María, Santiago de Cuba, 5/7/2024.
Entrevista virtual realizada al espiritista y santero, Antonio Arevich de Manzanillo, Granma. Director del centro espiritual: Las tres Potencias Divinas, 8/7/2024.
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ANEXOS
Figura: 3. Altar de Juan González Pérez. El Cimarrón del Cobre, Santiago de Cuba, 8/7/2024
Figura: 4. Inscripción en la cueva del cimarrón. El Cobre, Santiago de Cuba, 8/7/2024.
Figura: 5. Monumento al cimarrón, tributo a la ruta del esclavo. El Cobre, Santiago de Cuba, 8/7/2024.